Clientelismo político
Ahora cuando son noticia de
nuevo las irregularidades de los expedientes de regulación de empleo (ERES) andaluces,
se ha señalado en diversos medios que tales irregularidades se produjeron al
objeto de establecer en Andalucía una red clientelar del partido socialista
cosa que comparto.
Pero si en los ERES se
produjeron delitos en forma de malversación de caudales públicos, también se
dieron otras circunstancias que favorecieron el clientelismo del socialismo
andaluz. Me refiero a los subsidios de desempleo agrario y planes de empleo
rural (PER) creados mediante disposiciones legales, en beneficio de Andalucía,
para paliar de alguna manera el paro estacionario y el bajo nivel de renta
media de los andaluces, nivel que después de tantos años sigue a la cola de las
regiones, perdón autonomías, españolas.
Cuando comenzó esto me
contaron de un gobernador civil, aún no se llamaban subdelegados del gobierno,
que dijo a los alcaldes de su provincia y partido que era una magnifica
herramienta para ganar siempre las elecciones si sabían manejarla de forma
adecuada.
Si consultamos los
resultados electorales andaluces desde el principio de la hegemonía socialista
podemos comprobar que la victoria en los pueblos es siempre de los socialistas,
pero no así en las capitales de provincia donde hay más variedad de partidos
ganadores.
El subsidio de desempleo
agrario tiene la ventaja de que mientras el resto de los desempleados necesitan
al menos 180 días de trabajo cotizados, los trabajadores agrícolas pueden
obtenerlo con solo 20 días, aunque en algún periodo se exigieron 35 días. La
prestación puede extenderse 200 o 300 días al año.
Según las estadísticas
publicadas en la página de la Seguridad Social el Sistema Especial Agrario
tiene en España 719.000 afiliados de los que algo más de 419.000 corresponden a
Andalucía, cerca del 60%, mientras que en el régimen general de los 13.291.000
trabajadores que existen en España, en Andalucía hay 1.848.000 que representan
casi el 14% del total.
Es lógico suponer que una
buena parte de los inscritos en el Sistema Especial Agrario no son trabajadores
agrícolas y que han entrado en el mismo buscando la facilidad en la obtención
del subsidio de desempleo. En todo caso está claro que a efectos electorales
los que figuran como trabajadores
agrarios son decisivos cada vez que hay elecciones
Para convertir a los
trabajadores agrícolas en clientes del partido hegemónico de los ayuntamientos,
éstos cuentan con el dinero del PER que les permite realizar obras y servicios en
el municipio contratando a los paisanos que les votan y, como los días de estos
trabajos sirven para obtener el subsidio de desempleo agrario, siempre les
estarán agradecidos.
El procedimiento está bien
pensado para mantener la clientela sin necesidad de cometer ningún delito, pero
habría que preguntarse si ha servido para sacar a la Andalucía agrícola de su
permanente atraso. Para lo que sin duda ha servido es para mantener al PSOE en
el poder andaluz de forma permanente hasta las últimas elecciones autonómicas
en que ha necesitado del apoyo del nuevo partido de Ciudadanos pues Izquierda
Unida, su aliado natural y tradicional ha desaparecido.
Este sistema pro-clientelar
fue extendido también a Extremadura y Castilla-La Mancha que imagino con
resultados parecidos.
No he oído que las medidas
de regeneración de las que alardea Ciudadanos tengan en cuenta la lacra que
representa el clientelismo político que seguramente también se da en otras
autonomías.
Francisco Rodríguez Barragán
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