¿La
transición española sigue vigente?
De los años que he vivido los
primeros cuarenta lo fueron bajo el régimen anterior y los siguientes cuarenta
bajo este régimen que pensamos iban a ser siempre democrático. Con estos datos
ya pueden calcular mi edad.
En los tiempos del régimen de
Franco podías tener problemas si la brigada político social te catalogaba como
rojo, comunista o desafecto a la hora de obtener un certificado de adhesión al
régimen, obligatorio para algunas cosas, aunque la mayoría de la gente no tenía
ningún temor por el famoso fichero que creo fue destruido en la transición.
Con la aprobación de la
Constitución me pareció que nadie sería
nunca inquietado por sus ideas. Ha ido pasando el tiempo y compruebo con
aprensión que cada vez con más frecuencia puedes ser tachado de carca,
machista, xenófobo, fascista como igual a franquista, y si te confiesas de
derechas serás ultraderechista.
Ya no es necesario ningún
fichero policial para ser atacado, pues las redes sociales y los medios de
comunicación pueden airear tus ideas para adjudicarte el sambenito que se les
ocurra. Si me confieso de derechas, como hago ahora mismo, ya sé que seré señalado como un carca de la
ultraderecha.
Creo que esta situación, que
cada vez resulta más amenazante, se inició bajo la presidencia de Rodríguez
Zapatero y su nefasta ley de Memoria Histórica, que Rajoy fue incapaz de
derogar (¿de quién recibiría la orden de no hacer nada?) ley que ha
representado de hecho el cuestionamiento de la validez de todo el proceso de la
transición.
Como dice el profesor
Torné-Dombidau, miembro del Foro para la concordia civil, en artículo de Ideal
del pasado sábado, ¿Por qué le llaman
memoria histórica cuando quieren decir ajuste de cuentas? Y finaliza su
magnífico artículo, en mi opinión, diciendo que
“la llamada “memoria histórica” es una grosera e ideológica manipulación de la
historia. Un burdo y extemporáneo ajuste de cuentas, alentado y subvencionado
desde la izquierda. Con aquélla perece la concordia y la paz civil”.
Si todo esto es ya preocupante,
la Unión Europea también se dedica a abominar de la derecha llamándola ¿cómo
no? Ultraderecha, y amenazando a las
naciones que se atreven a rechazar los mandamientos que los políticos de
Bruselas se empeñan en imponer: ideología de género, feminismo feroz, aborto,
matrimonio homosexual, aceptación de emigrantes, etc.
Orban, presidente de Hungría con
el respaldo mayoritario de sus
ciudadanos por varias legislaturas, ha sido amenazado en Bruselas por defender
la familia, el matrimonio entre hombre y mujer, sus propias creencias y
tradiciones. No cree en el multiculturalismo, se niega a fomentar la homosexualidad
y la transexualidad en los colegios y jardines de infancia y conoce bien la mano de otro húngaro, George
Soros, que mueves los hilos de la política europea. El mismo Soros que visitó
al actual presidente del gobierno a los pocos días de su toma de posesión.
También el italiano Salvini
enfadó a los políticos de Bruselas declarando que Italia necesita que sus
ciudadanos tengan hijos, que hay que ayudar a que puedan tenerlos y no que los
niños los pongan los musulmanes. ¿Y en España?
Parece que la consigna es
evitar que haya una política de derechas para poder continuar con una
socialdemocracia que acabe por imponer su voluntad, aquí en España y en toda
Europa.
Francisco Rodríguez Barragán
Publicado en
No hay comentarios:
Publicar un comentario