En
España además de palacios y museos tenemos magnificas catedrales que no nos
atrevemos a enseñar a los jefes de estado.
Ya ha pasado la reunión de la
OTAN en Madrid que no sabemos si ha servido para algo, pero en la que ha lucido
su elegancia y sonrisa el matrimonio Sánchez con todos los visitantes.
Para los visitantes ha sido una
especie de excursión para disfrutar de las bellezas españolas visitando el
Palacio Real, los jardines de la Granja de San Ildefonso e incluso comer en
alguno de nuestros museos.
No sé cuales eran los objetivos
de la reunión, pero ni han terminado con la guerra de Ucrania ni han asustado
al autócrata ruso Sr. Putin. Han abierto las puertas para que entren en la
organización otros países una vez levantados los vetos de Turquía.
Tampoco han llegado a ningún
acuerdo respecto al suministro de gas que, según parece, seguirá subiendo de
precio como puede comprobar cualquiera que tenga que llenar el tanque de
combustible.
Comprendo que muchos de los que
han venido no son religiosos, pero se ha perdido la gran ocasión de mostrar a
los visitantes nuestras maravillosas catedrales. Seguramente el anfitrión
español tampoco le gusta verlas.
El señor Biden, un extraño
combinado de abortista y católico, tampoco parece haber reparado que España no
solo tiene cuadros renacentistas, y el inevitable Guernica de Picasso más
relacionado con la muerte de un torero que con un ya olvidado bombardeo de los
alemanes, tiene también maravillosas vírgenes, santos y personajes de los
tiempos en que España pesaba en el mundo mucho más que hoy.
De lo tratado en la reunión de la
OTAN lo que de veras nos afecta es que tengamos que aportar el doble en gastos
de defensa, que terminaremos pagando todos los españoles (exceptuados los
políticos) y que la defensa de Ceuta, Melilla o Canarias no parece que sea
automática si somos atacados por los países del Norte de África. De nuestros
gobernantes, incluido el ministro señor Albares, no se puede esperar que nos
aclaren los que son amigos o enemigos.
La esposa del presidente turco
Sr. Erdogán vino con su traje y velo musulmanes pues parece que son los únicos
que no reniegan de su fe como el resto de loa europeos que, si tienen alguna
religión, la ocultan pudorosamente.
Aquí en España nos divertimos con
la patochada del orgullo gay, esperando los sanfermines o celebrando extemporáneos
carnavales.
No podemos olvidarnos de que se
aproximan elecciones y que el usufructuario de la Moncloa hará todo lo que
pueda, legal o ilegal, para seguir agarrado al sillón presidencial, que todo
está cada día más caro, que la inflación está por las nubes y que lo único que
se puede esperar es más de lo mismo.
Con todas las reservas, confiemos
en que el Sr. Feijoo sea capaz de revertir la situación y que los partidos
comunistas y sanguijuelas separatistas y etarras dejen de ser necesarios para
nada.
Los cristianos de a pie solo
podemos rezar para que Dios nos ayude a salir de esta complicada situación
geopolítica y vuelva la paz y la convivencia entre las naciones. (Ah, también
rezar para que no tengamos otra pandemia de COVID)
Francisco Rodríguez Barragán
Publicado en
https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez
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