jueves, 22 de octubre de 2009

DE TODAS MANERAS

A mi buen amigo Manuel A. Bobenrieth lo han nombrado profesor emérito de la Escuela Andaluza de Salud Pública. Su discurso de agradecimiento por tal distinción, que fue rubricado por un largo y caluroso aplauso de los asistentes, contiene un pasaje del mayor interés porque pone de manifiesto su calidad humana y su actitud ante la vida. Como sus palabras pueden ser útiles para todos, le pedí y obtuve su autorización para hacerlas llegar a mis lectores. Las copio a continuación:

“Los años de formación médica y los cincuenta y dos años subsecuentes de ejercicio profesional en Chile, Estados Unidos de Norteamérica y España, en los campos de medicina familiar, epidemiología, gestión de hospital universitario, salud pública, educación en atención médica, publicaciones científicas, docencia en metodología de investigación, escritura científica y lectura crítica de los artículos publicados, me enseñaron entre muchas otras lecciones:
Que la gente actúa, con nosotros a veces, en forma irracional y egoísta: queramos a la gente de todas maneras;
Que la gente suele ser desconfiada y obra muchas veces solo por su interés, buscando su propio beneficio: confiemos en la gente de todas maneras;
Que el bien que hacemos hoy suele ser olvidado mañana: hagamos el bien de todas maneras;
Que si compartimos nuestro saber como vocación y sentido de misión, alguna gente puede sospechar que actuamos por motivos mezquinos ulteriores: compartamos nuestro saber con respeto, inteligencia y corazón de todas maneras;
Que si tenemos éxito en el cumplimiento de nuestra misión y en nuestra relación, algunas veces ganaremos falsos amigos y verdaderos enemigos: cumplamos con éxito y lealtad nuestra misión de todas maneras;
Que el hombre más digno con las ideas más grandes y nobles puede ser desacreditado por el hombre más vil con la mente más pequeña y retorcida: actuemos con dignidad de todas maneras;
Que lo que nos costó tanto construir a lo largo de años puede ser devastado y hasta destruido de un día para otro: construyamos con optimismo de todas maneras;
Que el proceder con honestidad y franqueza a veces nos hace vulnerables: seamos francos y honestos de todas maneras;
Que alguna gente necesitada recibe nuestra ayuda; pero esta misma gente también nos puede olvidar y rechazar cuando necesitamos su apoyo: ayudemos a la gente de todas maneras;
Que los alumnos son –a veces– inquietos, desconfiados, escépticos, pasivos, distraídos, hipercríticos: reconozcamos, comprendamos y comprometámonos con los alumnos, con dedicación y amor, de todas maneras;
Que no hay triunfo sin sacrificio, ni éxito sin dolor: batallemos por el triunfo y el éxito de las causas justas, nobles y compasivas de todas maneras;
Que el opinar con sinceridad nos puede causar penas, daños y perjuicios: cultivemos y manifestemos con sinceridad, con prudencia y oportunidad de todas maneras;
Que la gente a menudo nos valora más por la autoridad, el poder, la influencia y los bienes materiales que poseemos, que por lo que verdaderamente somos: seamos verdaderos, pacientes, comprensivos, esforzados, modestos y solidarios de todas maneras;
Que la gente muchas veces interpreta nuestra actitud de respeto, de prudencia, de ecuanimidad y de sensibilidad como signo de debilidad y de complacencia: seamos respetuosos, prudentes, ecuánimes y sensibles de todas maneras;
Que la gente puede captar erróneamente nuestra comprensión y tolerancia como síntomas de pusilanimidad: seamos comprensivos y tolerantes de todas maneras;
Que los avatares de la vida cotidiana con sus esperanzas fallidas y penas inmerecidas tienden a perpetuar un presente de pequeño poder circunstancial, limitado y mezquino: pensemos en un futuro grande, trascendente, abierto y generosos de todas maneras.”

Creo que merece la pena haberlas copiado para ustedes.

Francisco Rodríguez Barragán

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