Siento
formar parte de una derecha sin partido que la represente
Milité en la UCD hasta su
hundimiento definitivo y me prometí a mí mismo no volver a formar parte de
ningún partido y lo he cumplido. Pero una cosa es ser militante y otra ser
votante. Creo que nunca voté a la vieja Alianza Popular que también desapareció
con más pena que gloria, aunque he votado siempre por el Partido Popular,
aunque las últimas veces lo he hecho con repugnancia, no tanto por las personas
concretas que se presentaban por mi circunscripción, aunque algunas no las
conocía de nada, como por la deriva que iba tomando el partido, cada vez más
lejos de los valores que yo pensaba tenía que encarnar el único partido de la
derecha.
Ahora andan de congreso, no
sé si para seguir respaldando a Rajoy como jefe indiscutible o para replantear
los valores que debían orientar la acción del partido, el programa a ofrecer a
sus votantes. No estoy muy seguro de que vayan a hacer un serio examen de
conciencia para darse cuenta de sus desviaciones.
Ver que el partido al que
entrego mi voto no defiende para nada la vida ni la familia, que sigue las
consignas “progresistas” del feminismo y la ideología de género y las impone en
las autonomías en las que gobierna, incluso de forma coactiva, y las aprueba
donde no gobierna, me obliga a replantearme si debo seguir votándole.
Con una legislatura de
mayoría absoluta no han querido derogar ninguna de las leyes del nefasto
Rodríguez Zapatero sobre el aborto, el divorcio exprés o llamar matrimonio a la
unión de personas del mismo sexo, cuestiones que planteó ante el Tribunal
Constitucional y que parece haber retirado. La pérdida de votos en las
elecciones de diciembre de 2015 ¿no se deberá a estos incumplimientos? Quizás ni se les ha pasado por la cabeza.
Creo que ese partido vive
convencido de que la gente que nos consideramos de la derecha va a seguir
votándoles ya que los demás partidos son peores y el hecho de que hayan
conseguido ser el partido más votado les parece suficiente para seguir en el
poder y, si es posible que se establezca para siempre que el partido ganador
sea el que gobierne.
No puede ser que la
disciplina de partido impida el voto en conciencia, ni puede ser que los que no
comparten las ideas abortistas y anti familiares queden excluidos de las listas
electorales, que se tengan en cuenta cálculos electorales antes que cuestiones
morales. ¿Plantearán algo de esto en el congreso que tienen entre manos?
Ante la corrupción endémica
que padecemos no basta que el partido declare su confianza en la justicia si no
hace nada por despolitizarla ni sanearla. ¿Quién puede confiar en un sistema
judicial tan lento como el nuestro? Con tanta demora pueden prescribir los
delitos de los culpables y los inocentes pasarán el calvario de la
incertidumbre y la desazón. ¿Qué se propone hacer el Partido Popular en este
campo? ¿Y en el de la educación y en tantos otros?
Parece bastante claro que
tenemos una administración carísima, estatal, autonómica, provincial, municipal
y… europea. Además cada una quiere justificarse ante su gente con inversiones
que muchas veces son innecesarias y ruinosas. ¿Qué política va a seguir el PP
en donde gobierne?
Como no soy militante no
tengo voz ni voto en el congreso que tienen entre manos, pero en las próximas
elecciones tengo un voto, poca cosa, pero ya veré si se lo sigo dando al PP o
me abstengo por aburrimiento.
Francisco Rodríguez Barragán
Publicado en
No hay comentarios:
Publicar un comentario