Los que nos confesamos cristianos
debemos rezar por los políticos para que termine el azote de la guerra.
De lo que pasa por el mundo solo
conocemos lo que nos quieran contar los medios de difusión y propaganda del
régimen, las cadenas de TVE y las de titularidad privada, pero con subvención pública,
han ido enlazando durante meses sucesos puntuales como el volcán de La Palma o
el recuerdo permanente de la pandemia del COVID, con sus cifras de contagiados,
hospitalizados y fallecidos.
Ahora la guerra de Rusia contra
Ucrania deja en segundo plano todo lo demás. Ayudar a los ucranianos que huyen
se ha convertido en una obligación ineludible que es secundada por diversas ONG
tanto laicas como religiosas.
Pero recibo una página que tiene
por título “Reza por un político” que ha ofrecido hace pocos días a sus socios,
como yo, un resumen sorprendente de otros 64 conflictos bélicos que se están
desarrollando en el mundo pero que como no salen en los medios nos resultan
desconocidos o los creíamos ya extinguidos.
La última guerra del Yemen que
comenzó en 2014 enfrenta a los rebeldes hutíes apoyados por Arabia Saudita y
que tras estos ocho años de guerra se enfrenta a una terrible hambruna, mientras
que Arabia sigue lanzándole bombas.
Otra guerra desconocida es la que
enfrenta a Etiopía con su territorio de Tigray, en el norte del país, en el que
se calculan medio millón de muertos a causa del hambre y la guerra en los
últimos 16 meses.
Somalia, una guerra que pensamos
estaba acabada, sigue recibiendo bombas norteamericanas para “instaurar la
democracia”, mientras que Somalia pide ayuda internacional para paliar una
grave sequía que afecta a siete millones de personas.
Nos hemos acostumbrado, y ha
dejado de ser noticia, que en Tierra Santa los judíos quieran desalojar de sus
hogares a musulmanes que viven en la parte oriental de Jerusalén.
El ISIS, un grupo terrorista
musulmán, continúa masacrando civiles en varios países africanos como Mozambique,
la República Democrática del Congo, Sudan, Malí y Nigeria.
Otras guerras permanentes son los
enfrentamientos entre Armenia y Azerbaiyán, Afganistán y Myanmar.
La misma página que promociona
“Rezar por un político” nos advierte de la tendencia a demonizar a Rusia,
cuando los cristianos venimos obligados a amar a nuestros enemigos.
Tampoco conviene olvidar, aunque
ocurriera hace más de veinte años, cuando la OTAN bombardeó Yugoeslavia que
perdió una parte de su territorio, Kosovo y Metohija, mientras que terroristas
albaneses llevaron a cabo una limpieza étnica al amparo de la misma OTAN.
Quizás sea un buen momento para meditar
sobre la inutilidad de la ONU que, desde su Conferencia sobre población, parece
más interesada en la Agenda 2030 y el Nuevo Orden Mundial que en reducir las
guerras. Cuando se fundó allá por 1948 también decían los políticos que se
ponía en marcha un nuevo orden mundial para la paz, pero que desde el primer
momento otorgaron derecho de veto a los países más poderosos. (Mal comienzo)
En varios de mis modestos
artículos he expresado mi queja de tener unos medios de información tan
politizados como el NODO de otros tiempos.
Cualquiera puede comprobar que la
cadena rusa RT, ha sido suprimida de nuestra parrilla de canales de televisión.
También he expresado mi opinión
respecto a la Unión Europea, más interesada en difundir el matrimonio entre
personas del mismo sexo o la doctrina feminista y de LGTBI que en promocionar
valores más auténticos.
Francisco Rodríguez
Barragán
Publicado en:
https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez
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