Pensé que el mundo tendía a
mejorar. Ahora tengo mis dudas. Kafka, Orwell o Aldous Huxley escribieron otra
cosa. Confiemos en Dios y no estos profetas de catástrofes.
Y esta semana: ¡cucarachas! Hace
mucho tiempo que no veía estos insectos en mi casa, pero ahí están, con sus
alas brillantes corriendo a esconderse tras cualquier mueble.
Aunque a menudo no consigo
recordar lo que hice esta mañana o a qué he ido a la cocina, me he acordado de
la obra de Franz Kafka, Metamorfosis, que leí cuando aún era joven y de la
impresión que me causó.
El señor Samsa un día no puede ir
a trabajar porque se ha convertido en una cucaracha o un escarabajo. Su
espantosa situación no inspira piedad en sus familiares que solo le reprochan
que no se levante y vaya al trabajo.
Yo tampoco puedo ir a trabajar y
mi familia no lo reprocha, pero entiendo que los viejos, cuyo número crece
constantemente, sean una carga llevadera en tiempos de bonanza, pero molesta
cuando todo se encarece y escasea.
La situación tanto nacional como
mundial no es buena ni para los gobiernos ni para los ciudadanos, pero
naturalmente, seremos los ciudadanos los que llevaremos la peor parte.
Ya no sé qué cadena de televisión
poner donde no me cuenten desastres y formulen malos augurios, como, por
ejemplo, el ahorro de energía. Apagar luces, racionar el agua caliente o el
aire frío se convierten en normas obligatorias por el ordeno y mando de esta
dictadura, dicen que democrática.
Nuestros bosques siguen ardiendo.
Dicen que algunos son intencionados, pero no hay detenciones, o al menos no me
entero. ¿Quién sabe si las cucarachas huyen del fuego y se refugien en nuestras
casas?
El grano ucraniano tarda una
eternidad en llegar a no sé que puerto turco. Después de veinte años del ataque
a las torres gemelas parece que han encontrado y asesinado a un ayatolá. No
parece sea ninguna buena contribución a la paz.
Tampoco parece que lo sea la
ocurrencia del viejo Biden de enviar a Taiwán a una señora, bastante tonta, que
se llama Nancy Pelosi. Las hostilidades entre China y Taiwán ya han comenzado,
sin que se anuncie fecha de finalización de sus fuegos artificiales.
Durante mucho tiempo pensé que el
mundo iba a mejor y ¡como en tantas cosas! estaba equivocado Creí que Israel
iba a buscar su convivencia con los musulmanes: otro error mío. Siguen
matándose como siempre.
De lo que fue la América
española, mejor no hablar. Puede volver al Brasil el señor Lula y en Colombia
ha sido elegido presiente un tal Petro, de quien me dicen que no ha tenido
inconveniente en matar a muchos para afirmar su poder.
Tampoco se libran del fuego de
bosques las Estados Unidos y estos fuegos, aquí y allá, van produciendo el tan
cacareado cambio climático.
Cada vez me dan más miedo los que
quieren “mejorar” el planeta ya que sus armas preferidas son el aborto, la
eutanasia y…la guerra.
Dios nos libre de tantos males y
de tantos malos con su calendario de barbaridades.
Francisco Rodríguez Barragán
https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario