El pasado sábado 12 de marzo
se reunió en Paris el I Foro One of Us (Uno de nosotros), cuyo presidente es
Don Jaime Mayor Oreja, en el que unos 1300 líderes europeos analizaron la
situación respecto a la defensa de la vida y la dignidad de la persona humana,
que por parte de partidos políticos y grupos de presión tratan de ser
silenciados en Europa.
La aceptación social del
aborto, las prácticas anticonceptivas, los vientres de alquiler, la ideología
de género, que invocando la igualdad de los sexos, pretende eliminar la función
de la familia, maternidad y paternidad, desvincular la sexualidad de la
procreación que pasa a ser una carga que la mujer no debe soportar y si desea
tener un hijo poder acudir a cualquiera de las técnicas de inseminación
artificial que se ofrecen.
Si el inicio de la vida no
goza de ninguna garantía, si el concebido y no nacido puede ser eliminado sin
cortapisas, también el final de la vida está siendo ya cuestionado desde
planteamientos eufemísticos que tratan de encubrir la manera de introducir la
eutanasia como muerte digna.
Al mismo tiempo el Center
for Family & Human Rights, primera organización próvida presente en los organismos de la ONU, advierte
de que en la próxima Cumbre Humanitaria Mundial, que se reunirá en mayo en
Estambul, se pretende que las Naciones Unidas implementen la tasa Tobín, sobre
las transacciones financieras de divisas, como un ingreso propio para el sostenimiento
de sus organismos a fin de no tener que rendir cuentas a los países que vienen
hasta ahora contribuyendo.
Aunque estos organismos de
la ONU se presentan como gestores de tareas humanitarias, lo cierto es que son
los grandes impulsores de la reducción de la población a través de la
implantación del aborto en todos los países, aunque digan que tratan de
conseguir la salud sexual y reproductiva de la mujer. De hecho el organismo
relativo a la población vincula sus ayudas a la eliminación de cualquier traba
al aborto, difusión de anticonceptivos e incluso esterilización tanto de mujeres
como de hombres.
Ellos siguen empeñados en
conseguir un derecho mundial al aborto y una nueva definición de los sexos y la
familia, aunque hasta el momento no han conseguido los apoyos suficientes en la
Asamblea General, pero han encontrado la aceptación política de muchos países
europeos, entre ellos España, que a través de un constante proceso de
manipulación está inmersa en un invierno
demográfico y en una destrucción progresiva de la familia, crisis mucho más
honda que la económica y que puede dar al traste con el manoseado estado del
bienestar.
También informa C-Fam que el
comité de la ONU que supervisa el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales de 1966 sostiene que el derecho al aborto forma parte integral de la
“salud reproductiva” y que las naciones deben revocar las leyes que restrinjan el
aborto y la sodomía, subvencionar el aborto mediante la asistencia médica
nacional, exigir la educación sexual para los servicios de salud sexual y
reproductiva sin el consentimiento de
los padres, eliminar la protección a la objeción de conciencia, supervisar y
controlar a los proveedores de asistencia médica privada, escuelas e instituciones
dedicadas al cuidado de niños. Como puede verse unas directrices a las que
nuestros políticos, de todos los colores, no parecen oponerse sino más bien
secundarlas.
Francisco Rodríguez Barragán
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