Alguien piensa por nosotros: de lo impensable a lo
obligatorio
No hace falta tener una imaginación
calenturienta para observar que las decisiones de los gobiernos de occidente se
producen con sospechosa unanimidad y con idéntica técnica de aplicación, ya sea
la liberación sexual, el aborto, la ideología de género, el divorcio y ahora la
eutanasia. Está claro que existen mentes potentes perfectamente sincronizadas
para conseguir sus propósitos.
Estas mentes poderosas llevan
mucho tiempo maniobrando para hacerse con los resortes del poder mundial,
preparando la ruina de la civilización
cristiana, que ellos entiende como el triunfo total del hombre, liberado de
cualquier lazo con la divinidad. Para
ellos es necesario eliminar a Dios para que triunfe el hombre, para que el
hombre sea su propio Dios. Es la antigua tentación del Génesis: seréis como
dioses, y si somos como dioses no tenemos que servir a nadie, pues de nadie
dependeríamos.
Esta locura que asumieron como
tarea propia los masones, ha ido durante siglos
perfeccionando sus armas de destrucción y disimulo. Las logias donde los
iniciados estudian sus estrategias, han estado a veces perseguidas, otras, como
ahora, prácticamente públicas, con locales rotulados y localizables por
internet, saben utilizar con arte a los políticos y activistas de cualquier
color. La agitación y propaganda no la realizan directamente, para ello tienen
a activistas que actuarán convencidos de que están haciendo la revolución de
las mujeres, de los homosexuales, de los parados y hoy de los pensionistas.
Las técnicas de manipulación
masiva consisten en convertir cualquier cosa impensable en justificable,
deseable, defendible. Son los nuevos derechos, las nuevas libertades a
defender, aunque haya que retorcer y vaciar de contenido la ya vieja
Declaración de derechos humanos. La ventana Overton puso de manifiesto que algo
tan impensable como el canibalismo, podía abrirse paso como práctica aceptable.
También era impensable que el
sexo con el que nacemos pudiera ser objeto de elección a lo largo de la vida
¿cuántas veces? Que un nacido varón pudiera decidir ser mujer y jugar en un
equipo femenino o viceversa. No hace mucho eso era impensable hoy puedes ser
sancionado por criticarlo.
Era impensable que pudiera
hablarse de una unión distinta a la de un hombre y una mujer. Ahora ya parece
defendible cualquier clase de unión y… ¡llamarle matrimonio!
Los que somos mayores teníamos
claro lo que era una familia, pero ahora nos dicen que hay diversos tipos de familia, ya no hay padres sino progenitores a) y b)
o personas solas que encargan un hijo
para que sea gestado por otra, o gestar un embrión de laboratorio, que no podrá
llamar papá o mamá a nadie con certeza
Ahora está en el telar de la
manipulación la eutanasia. Los mayores teníamos claro que lo mismo que no
dispusimos del inicio de nuestra vida tampoco podíamos disponer de su final,
pero puesto en marcha por algunos cerebros y jaleado por todos los medios, la
patraña de “una muerte digna”, el asunto va rodado cuesta abajo: si estás
enfermo o viejo alguien puede decidir
poner fin a tu existencia. Cuando una persona decidía poner fin a su vida, eso
no se llamaba eutanasia sino suicidio y ayudarle era un delito. Hoy quizás ya
no y mañana seguro.
Los iluminati y sus logias parecen
ir ganando la partida que juega Satanás. Los cristianos podemos darle la vuelta
a todo esto si nos volvemos a Dios, pedimos perdón por nuestros estúpidos
pecados y proclamamos la buena noticia del Evangelio.
Francisco Rodríguez Barragán
Publicado en
abrief de Actuall el 6 de marzo
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