Un comité de la ONU, después de
interrogar a la Iglesia durante ocho horas el mes pasado, publicó el día 3 de
este mes su recomendación a la Iglesia Católica de que deje a los niños tener
relaciones sexuales y que cambie sus enseñanzas sobre la anticoncepción,
ordenándole que modifique sus enseñanzas sobre el aborto, permitiendo incluso
el aborto de las menores, culpándole además de la violencia contra los
homosexuales.
Este es uno más de los ataques
de la ONU, y la maraña de sus comités, a la Iglesia Católica. Una agrupación
muy activa a favor del aborto que curiosamente se denomina Católicas por el
derecho a decidir ─Catholics for Choise─ ha
relanzado su campaña mundial para echar al Vaticano de la Asamblea General de
la ONU, reduciéndola a una simple ONG. La Iglesia es el obstáculo para el mundo
que sueñan estos iluminados.
El comité antes citado también
informó de que un delegado de Noruega se queja habitualmente en reuniones de la
ONU, de que la Santa Sede tenga un lugar en la mesa. Si la Iglesia no estuviera
presente allí el aborto sería declarado más fácilmente un derecho humano en sus
documentos y la familia sería redefinida de acuerdo con la ideología de género
y el proyecto de nueva ética mundial, que los llamados expertos poco a poco van
introduciendo a través de la manipulación del lenguaje que llama, por ejemplo,
salud sexual y reproductiva a la anticoncepción y el aborto.
Estos expertos, sostenidos
generosamente por determinadas industrias
farmacéuticas, presentes en los entresijos de esa mastodóntica organización,
han conseguido supeditar las ayudas a determinados países a que reduzcan su
población por todos los medios, pues consideran como su deber aligerar de
personas al planeta.
La organización Planned Parenthood
–planificación familiar- que ha sido recientemente alabada y bendecida por
Obama, es la más influyente en el trabajo de conseguir que todos los estados
legalicen y faciliten los anticonceptivos, incluido el aborto, y las uniones homosexuales, como medios de
reducir la población.
Frente a las poderosas acciones
de presión y manipulación que tienen lugar en la ONU, solo la Santa Sede
resiste, aunque su resistencia es cada vez más difícil en un mundo cada vez más
paganizado.
El Instituto de Familia Católica
y Derechos Humanos ─Catholic Family & Human Rights Institute─, que nos
facilita estas noticias, ha conseguido el 31 de enero pasado, después de 16
años de lucha, que se le otorgue el rango de carácter consultivo especial que
le permite el acceso al sistema de la ONU como agrupación no gubernamental,
incluso a las conferencias donde se negocian documentos.
Este Instituto facilita a
través de su página Friday Fax información de los avatares que se producen en
la ONU respecto a las cuestiones relativas a la vida y la familia y a las tensiones entre los
llamados expertos y los representantes de los países.
No sé si la ONU ayuda a
resolver los problemas económicos y militares en este mundo globalizado, pero
lo que hace con bastante eficacia es manipular, desde sus conferencias y sus
expertos, para conseguir que los estados miembros vayan legislando de acuerdo
con sus ideologías: ecologismo, reducción de la población, calentamiento
global, biodiversidad, libertad sexual y sexualidad a la carta, eliminación de
la moral de cualquier religión, etc.
Creo que debemos prestar más
atención a lo que se cuece en la ONU porque sus ideas y consignas terminan
aplicándolas los gobernantes.
Francisco Rodríguez Barragán
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