lunes, 2 de enero de 2012

LOS PROBLEMAS DE ESPAÑA


Una sociedad resignada y pasiva



Leo con frecuencia las encuestas del CIS y en el barómetro de octubre pasado, al preguntar a los encuestados  cuáles con los tres principales problemas  que existen actualmente en España, aparecen el paro (81%) la economía (51,3%)  y la clase política y los partidos (23,6%) Los restantes problemas que aparecen en el listado, hasta 32, ninguno llegan al 10%. La inmigración alcanza el 8,3%, la sanidad el 7,8%, la corrupción y el fraude el 5,5%, muchos aparecen por debajo del 1% y algunos a cero.

 El escaso porcentaje de tantos problemas ¿significa acaso que ya están resueltos para la mayoría? En modo alguno. Tomemos, por ejemplo, el problema de la droga que aparece con 0,6%. En los años 80 la sociedad en su conjunto percibió la gravedad del problema y se movilizó para resolverlo. En la actualidad España es uno de los mayores consumidores de droga de todo tipo y de alcohol. El número de personas afectadas por adicciones va en aumento, pero no hay alarma social, sino que parece que la sociedad en su conjunto ha aceptado como “normal” que las personas se droguen y se destruyan ellos y su familia. Es un caso claro de problema irresuelto e incluso agravado pero que, según los barómetros del CIS, no importan a casi nadie.

Que “los problema relacionados con la mujer” figure a cero, no resulta comprensible después de escuchar constantemente los casos de violencia de “genero”, mejor violencia doméstica. El aborto, problema específico de la mujer, no aparece como tal, aunque según los datos oficiales en el año 2010 se practicaron más de 115.000, con sus secuelas de muerte y dolor. La sociedad parece haberlo aceptado como algo “normal”, incluso como  el ejercicio de  ¡un derecho!

La crisis de valores alcanza un modesto 2,1% en el barómetro, cuando en mi opinión es un problema gravísimo de consecuencias incalculables, pero la sociedad apenas si se alarma, si acaso comenta que los tiempos han cambiado, sin cuestionarse la dirección de este cambio, sin duda a peor.

Los problemas relacionados con la juventud solo representan el 1,5% en la encuesta. La alarmante cifra de paro juvenil, la falta de perspectivas de trabajo para los jóvenes, el  botellón generalizado en unos fines de semana cada vez más largos, también se acepta complaciente o resignadamente por la sociedad, que no se alarma por ello.

En otra de las preguntas de la encuesta se refiere a la importancia que dan los encuestados a diversos aspectos de su vida y se destaca en primer lugar la familia, valorada como muy importante por el 89,2%. Es curioso algo tan importante como la familia resulte la institución cada vez más frágil y más desamparada. En esto también la sociedad en su conjunto está aceptando inestables uniones de hecho y de derecho, separaciones sucesivas, divorcio exprés o relaciones sexuales sin proyecto de vida en común.

La natalidad está en caída libre, sin alcanzar, ni de lejos, la tasa de reposición, por lo que estamos abocados a convertirnos en una sociedad envejecida, con cada vez menos jóvenes. El sistema de prestaciones sociales terminará por ser inviable. Pero este problema pavoroso no parece tener interés en las encuestas del CIS ni para los españoles.

Aunque los problemas económicos y el paro se perciban como los más urgentes, me parece más grave una sociedad que acepta pasivamente todos los demás.

Francisco Rodríguez Barragán





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