Nuestra vida es como una espera
interminable de cosas diferentes, según la edad y la situación. Pero se realicen
o no las cosas que esperamos, todo pasa
y va cayendo en el olvido.
Hoy esperamos muchas cosas: que
la situación económica se enderece, que se resuelva nuestra solicitud de
trabajo o de jubilación, que el fallo de nuestro pleito sea favorable, que nos
toque la lotería, que se nos cure el resfriado o que podamos llegar a fin de
mes. También hay cosas que tememos ocurran y quizás no lleguen a ocurrir o
ocurran de manera diferente, pero nos hacen sufrir y nos quitan el sueño. A lo
mejor, ni ocurren, pero ya las hemos sufrido.
Estamos inquietos por el mañana
mientras se nos escapa el hoy y el pasado solo existe en el recuerdo. Es hoy
cuando tenemos que vivir y vivir en plenitud. Nuestra vida está hecha de los
lazos que vamos trenzando con los demás y depende de nosotros que estos lazos sean
ataduras insoportables o relaciones de amistad, de confianza, de solidaridad,
de amor.
Una vida plena, una vida
lograda, es aquella en la que hayamos conseguido crecer como personas y
relacionarnos con los demás sin servidumbres. Para esto es necesario tener
claro por qué y para qué vivimos. La persona es el único ser de la creación que
puede preguntarse por sí mismo y que encuentra dentro el arma poderosa de su
razón que quiere saber, que quiere conocer, que busca lo bueno, lo bello y lo
verdadero.
Si nos desviamos, o nos desvían,
de nuestro destino como personas, buscaremos llenar nuestro vacío de cosas
materiales que nunca podrán colmarnos, pues conseguido un goce, necesitaremos
sustituirlo por otro, en una carrera sin fin y si nuestro deseo de cosas se ve
frustrado nos sentiremos desgraciados.
Estamos a tiempo de
convertirnos en personas que buscan lo bueno por ser bueno, lo bello por ser
bello, la verdad por ser verdad. Podremos comprobar que la Bondad misma, sale a
nuestro encuentro y que esta Bondad Infinita contiene en sí toda la belleza y
toda la verdad que necesitamos.
Esperamos siempre cosas, pero
lo que necesitamos es la esperanza de llegar a la plenitud. Aunque mucha gente
lo dude o lo niegue, estamos hechos para
Dios y nuestro corazón solo puede ser colmado por Él.
Francisco Rodríguez Barragán
No hay comentarios:
Publicar un comentario