El Centro para la familia y
los derechos humanos (C-Fam), acreditado
en las Naciones Unidas, informa cada semana de las noticias que se producen en la
ONU acerca de los temas humanos y familiares a través de su publicación Friday
Fax, que puede recibirse de forma gratuita por la red.
El pasado viernes informaron
sobre la comparecencia de los expertos “independientes” del Comité de
Derechos Humanos, con Sede en Ginebra, ante la Asamblea General de la ONU, en
la que las delegaciones de varios países les acusaron de promover el aborto y
la homosexualidad y tratar de imponer a los estados miembros nuevas
obligaciones que jamás fueron acordadas en tratados de las Naciones Unidas con
un indudable abuso de autoridad por parte de los funcionarios que se exceden en
su mandato.
Las visitas de los expertos
y funcionarios de Ginebra a la Asamblea General podría suponerse que se trata
de un dialogo amistoso para recibir felicitaciones por su labor, pero no ha
ocurrido así porque los burócratas de la Organización amplían los límites de lo
que es aceptable para los estados miembros, ya que el Comité de Ginebra busca que
los estados incluyan en sus legislaciones el aborto libre y los nuevos derechos
relativos a las preferencias y conductas sexuales de quienes se identifican
como lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, sin fundamento alguno en el
derecho internacional vinculante, sin respetar los contextos sociales,
culturales y religiosos de cada país.
Como puede suponerse, ─añado
por mi parte─ la oposición no es de los estados miembros occidentales, que hace
tiempo fueron aceptando el aborto libre o las uniones homosexuales y que están
interesados en promover políticas anti-familiares y anti-natalistas a través de
los “expertos independientes” situados en lugares claves como el Comité de
Ginebra.
Otro organismo de la ONU
dedicado a promover la planificación familiar (UNFPA), aludió en un nuevo
informe sobre el SIDA que sugiere que la promiscuidad y las prácticas sexuales de
riesgo son parte dominante de la vivencia homosexual masculina, cuestión que si
hubiera sido alegada por alguna agrupación cristiana hubiera sido tildada de odio,
pero el mismo informe hace caso omiso al hecho de que tener múltiples parejas
sexuales aumenta el riesgo de infección.
El informe comienza con una
definición de los hombres que tienen sexo con hombres y que debe entenderse que
incluye a los jóvenes comprendidos entre los 10 y los 24 años y en
reiteradas ocasiones este organismo habla de fortalecer los sistemas
comunitarios y potenciar a los grupos para promover la aceptación cultural de
la conducta homosexual.
Es curioso advertir que
estos organismos creados para prevenir la diseminación de enfermedades, en
cambio procure convertir conductas de alto riesgo en una “comunidad” que abarca
a niños de diez años que son abusados o vendidos.
Bajo la capa de la defensa
de los derechos humanos se llega a pedir la despenalización de la prostitución
y del comportamiento homosexual y añado yo ¿aunque este comportamiento implique
el abuso de menores en tales “comunidades”?.
Francisco Rodríguez Barragán
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