Todos los espacios
noticiosos aparecen repletos de lo que Carlos Herrera viene llamando “pasión de
catalanes” tanto por su loca pretensión de independencia como por haberse
puesto de manifiesto lo que todo el mundo sabía, que el nada honorable Pujol es
la cabeza de una organización familiar para delinquir desde la quiebra de Banca
Catalana, Barcelona 92 y todas las obras, inversiones y concesiones de ese
montaje llamado pomposamente Generalitat...
Es un esperpento que
proclamen que se van a desconectar de España pero que España le siga pagando
sus derroches y malversaciones. No tienen dinero para pagar sueldos y facturas,
por habérselo gastado en agit-prop, embajadas, esteladas y otras zarandajas y
exigen que el gobierno de España le entregue el fondo destinado a todas las
autonomías...
Inconfesables intereses,
compra de votos y cobardías han
propiciado esta situación que ha llegado demasiado lejos, que ha buscado
hacerlo en el momento en que el gobierno de España ha convocado nuevas
elecciones y disuelto las cámaras legislativas y resulta más débil.
Por otro lado, desde las
elecciones europeas, autonómicas y locales se ha ido perfilando una situación
inédita, la crisis del bipartidismo. Los profesionales de la demoscopia andan
atareados con sus cábalas para anticipar el resultado del 20 de diciembre que,
sin duda, será muy distinto que lo ocurrido antes.
Pero el órdago catalán ha
activado los reflejos de todos los partidos que esperan sacar algo en votos de su
posicionamiento ante lo que está ocurriendo en Cataluña. El Sr. Rajoy, que no
se ha atrevido antes a parar la deriva catalana, llama a consulta al líder de
los socialistas Sr. Sánchez Castejón que dice una cosa en la Moncloa y otras
variadas ante según qué auditorios. Su liderazgo es débil y saca la matraca de
la reforma federal sin percatarse de que: 1 no tiene apoyos suficientes para
ninguna reforma, 2 de que el estado
autonómico ha ido por desgracia más allá de lo federal, 3 que no sabe nada
historia ni lo que pasó en la I Republica “la federal”.
Después cita al líder de
Ciudadanos que muestra una postura gallarda y al de Podemos, que se cree capaz
de cualquier cosa porque es el más listo de la clase. Otros líderes de partidos
mucho más débiles también pasarán por la Moncloa, sin grandes pretensiones.
Quizás merezca la pena
revisar lo que pasó en 1873. Las buenas intenciones de los republicanos
unitarios y los republicanos federales, acabó en un cantonalismo de mala ley.
No solo fue el cantón de Cartagena, también Granada, mi ciudad, se constituyó
como Cantón Granadino. Según las la obra “Efemérides granadinas” su programa constitucional se concretó en cinco puntos: 1)
Imponer una contribución de cien mil duros contra los ricos; 2) Derribar todas
las iglesias; 3) Establecer una fábrica de moneda; 4) Incautarse de la ad
ministración de
Hacienda y de todos los bienes del Estado; y 5) Dejar cesantes a todos los
magistrados de la Audiencia. El comité del cantón se declaró soberano y única
autoridad de la provincia, pero municipios como Baza y Loja no lo aceptaron.
¿De qué federalismo
habla el Sr. Sánchez Castejón?
Francisco Rodríguez
Barragán
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