Los españoles cada vez se
casan más tarde, la edad media es de casi 37 años para los hombres y 34 para
las mujeres, pero la sexualidad se ejerce sin cortapisas desde la adolescencia,
lo que da como resultado el crecimiento espectacular de la natalidad
extramatrimonial. Nada menos que 4 de cada 10 niños que nacen son
extramatrimoniales, sin contar con más de cien mil abortos por año, de los que
la mayoría probablemente son de embarazos también extramatrimoniales.
Cada vez se producen menos
matrimonios en España. En diez años han descendido más del 25% y de cada tres
matrimonios dos lo realizan por lo civil. La catolicidad “estadística” de los
españoles es, al menos, dudosa. Decirse católico y no casarse por la Iglesia no
es congruente.
Lo que aumentan son las
parejas de hecho, cuyo número se ha triplicado en los últimos 13 años. Uno de
cada 7 hogares es de parejas de hecho. La sociedad parece haber aceptado el
establecimiento de parejas que viven juntos sin casarse, quizás para evitarse
problemas si la convivencia no resulta satisfactoria o desean probar suerte con
otra persona.
De cada diez parejas cuatro
no tienen hijos, siendo esta situación más acentuada en las parejas de hecho.
La tasa de natalidad española es de las más bajas de Europa, sin posibilidad de
reposición generacional y con un envejecimiento creciente que hace insostenible
el manoseado estado de bienestar.
Se producen más de 105.000
rupturas familiares cada año lo que ha representado aumento espectacular desde
la “progresista” ley de divorcio exprés del gobierno de Rodríguez Zapatero.
Esta ley no ha sido derogada por el gobierno del Partido Popular, con su
mayoría absoluta, seguramente por falta de sensibilidad para los problemas
familiares.
Las parejas de hecho que
rompen su relación no necesitan del divorcio por lo que las rupturas
contabilizadas deben de referirse a los que formalizaron su matrimonio. De cada
10 matrimonios que se rompen 6 tienen hijos y acuden al divorcio, sin duda, para regular la situación de estos hijos cuya
cifra es de cada 100.000 cada año, de los que 85.000 son menores.
He sacado estos datos del
informe Nupcialidad y Ruptura en España 2015 que ha publicado el Instituto de
Política Familiar.
Es una situación de fragilidad
creciente de la institución familiar que nos está llevando a una situación
insostenible. Somos una sociedad cada vez más envejecida que se suicida mientras
que disfruta del placer sexual sin responsabilidad, de la contracepción hasta
el aborto, que se distrae ante el televisor contemplando cualquier espectáculo,
que se moviliza para reclamar más derechos del estado-providencia, que trata
mejor a sus mascotas que a los hijos concebidos y satisface su buenismo con la
ecología, el animalismo o los orientalismos.
Sin duda que hay quienes
piensan, reflexionan y trabajan, quienes sirven a sus prójimos y dan de comer
al hambriento, pero el tono general de nuestra sociedad me resulta deplorable,
quizás porque soy un pesimista.
Francisco Rodríguez Barragán
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