La última vez que vi a Enrique
Seijas fue en la fiesta de fin de curso del colegio al que asisten sus nietas y
las mías. No podía imaginar que unos días después me llegara la noticia de su
muerte. Sentí la pérdida de un buen amigo, de un hombre bueno en toda la
extensión de la palabra. Lo conocí hace más de treinta años y aunque no nació
en Granada fue siempre un granadino de corazón.
Pregonero siempre dispuesto a
cantar las excelencias de nuestras cofradías de Semana Santa, a demostrar su
cariño a la Virgen de las Angustias, publicando el cuadernillo de IDEAL del día
de la Patrona. Pero con el mismo cariño hablaba en la Casa de Jaén, escribía
sobre Quesada, explicando con su palabra amable cada uno de los dibujos de
Ramón Moya, o trataba sobre el milenio granadino tomando ocasión de las
pinturas de Zaafra, donde no sabe uno qué admirar más si las láminas de Zaafra
o los comentarios de Enrique.
Apasionado de la escritura,
siempre se dedicó a ello como periodista, testigo o poeta. Su libro de poesías,
con el título Sublimación, es una joya preciosa que demuestra que siempre fue
joven. Me admiró siempre su capacidad de estudio sobre cualquier tema que le
encargaran. Su palabra fácil aportaba siempre su saber de la historia de las
ciudades, de los pueblos, de las cofradías, de los paisajes que cantó tantas
veces como pregonero.
Siempre dispuesto a colaborar
por cualquier buena causa facilitaba las exposiciones de arte de gentes que se
lo pedían. Organizó exposiciones a beneficio Proyecto Hombre-Granada, colaboró
en su revista Ayudando a Vivir con certeras columnas y pocos días antes de su
fallecimiento envió su columna, publicada en este número, donde advierte que
los medios de comunicación han dejado de publicar informaciones sobre el
consumo de drogas, lo cual puede aparentar que el problema ha desaparecido,
cuando no es cierto y es necesario estar en constante alerta para prevenir a
todos de los disolventes efectos de la drogadicción.
Este año 2012 y el pasado
colaboró en la Comida de Amigos de Proyecto Hombre-Granada como presentador del
evento, que ganó en empaque y distinción. También ha presentado otros eventos
de Proyecto Hombre, ya que siempre estuvo dispuesto a hacer lo que se le
pidiera.
Estoy seguro de que mucha gente
lo echará de menos pues ha dejado un amable recuerdo. Para mí ha sido un amigo
al que siempre se puede acudir, que siempre me escuchó con atención y me regaló
algún ejemplar de sus obras. Creo que no escribía para ganar dinero sino para
obsequiar a sus lectores y a sus amigos.
Estoy seguro de que en la
gloria ya habrá encontrado a la Virgen y a los santos de los que tantas veces
pregonó sus méritos.
Francisco Rodríguez Barragán
Publicado en la Revista de
Proyecto Hombre “Ayudando a Vivir” última de 2012.
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