domingo, 31 de julio de 2011

NACIONES UNIDAS, POBLACIÓN Y DESARROLLO


AYUDAS ENVENENADAS
En el boletín semanal Friday fax del 15 de abril, que publica el Instituto Familia Católica y Derechos Humanos, leo que en un panel presentado por la Santa Sede, Honduras y Malta, con el título: «Desarrollo humano seguro: matrimonio, familia y comunidad», dentro de las actividades de la última sesión de la Comisión de Población y Desarrollo de las Naciones Unidas, puso de manifiesto el contraste entre las prioridades del mundo desarrollado y las del mundo en desarrollo.
La representante de Estados Unidos expresó que es perjudicial no contar con los recursos de planificación familiar adecuados, incluido el aborto seguro y que no se podía decir que se valora la familia, la comunidad y el matrimonio sin considerar que tanto los hombres como las mujeres tienen derecho a una vida saludable, a poder evitar el aborto inseguro, a un mayor nivel de salud reproductiva y a decidir el número de hijos a tener. También se quejó de los altos índices de fertilidad de África.
Es la postura que de forma permanente vienen defendiendo los grupos de presión de los países ricos que, al amparo de Naciones Unidas, trabajan sin descanso por reducir la natalidad del planeta, a través de todos los medios contraceptivos imaginables, incluidos la esterilización y el aborto. Es más, van imponiendo que cualquier ayuda a los países pobres vaya ligada a la realización de programas que limiten el crecimiento de la población.
La representante de Santa Lucía, un pequeñísimo estado antillano, dio una amarga respuesta: “Nos dijeron que necesitábamos reducir nuestro índice de fertilidad; ahora tenemos una población envejecida. «¿Cómo logramos que aumente nuestro índice de fertilidad?
El representante de la Santa Sede advirtió que los programas internacionales de asistencia económica dirigidos al financiamiento de campañas de esterilización y anticoncepción y la subordinación de la asistencia económica a tales campañas, son afrentas a la dignidad de la persona, a la familia y a la comunidad humana.
La drástica disminución de la natalidad en el mundo, propiciada desde la ONU, está consiguiendo un envejecimiento alarmante de la población. Los países ricos y desarrollados ya se están enfrentando el problema de una estructura poblacional insostenible, en la que no hay relevo generacional que pueda mantener el tan alabado estado del bienestar.
Los países pobres, si además son pequeños, por este camino desaparecerán. No llegan a ellos medicamentos que frenen la mortalidad, pero llegan en abundancia preservativos que reducen su fertilidad, anticonceptivos y aborto que los corrompen. No es reducir su fertilidad y limitar el crecimiento lo que necesitan, sino auténtica cooperación y ayuda, uno de los principios de la Carta de Naciones Unidas, bastante degradado desde hace tiempo.
Sería necesario revisar la actuación de la mastodóntica organización de Naciones Unidas para comprobar si sigue siendo un instrumento útil para la consecución de los objetivos que se fijaron en su Carta fundacional: la paz y la seguridad, la cooperación internacional y el respeto a los derechos humanos. A mí me parece que no.
Francisco Rodríguez Barragán
http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/70284/naciones-unidas-poblacin-y-desarrollo
http://www.conoze.com/doc.php?doc=9326
http://elguadalope.es/2011/05/01/naciones-unidas-poblacion-y-desarrollo/#more-27767
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=20011


PACTOS Y COMPONENDAS

BUSCAR EL PODER A TODA COSTA NO ES SERVIR A LOS CIUDADANOS
La constitución de los ayuntamientos y autonomías salidos de las elecciones del 22 de mayo, no me ha parecido edificante. En todos aquellos lugares en los que ningún partido ha conseguido la mayoría absoluta, hemos asistido al lamentable espectáculo del mercadeo de apoyos, de la componenda, del reparto del botín, de la búsqueda de rentabilidad de los votos obtenidos en términos de poder.
El ansia de poder, de mandar, de disponer, de gozar de beneficios y privilegios, resalta por encima de la voluntad de servir a todos los ciudadanos. No dudo de que haya muchas personas elegidas que tengan actitud de servicio, pero resalta más el afán de poder.
Existe la convicción ampliamente compartida de que es necesaria una reforma de la ley electoral que evite que partidos o agrupaciones diversas, con resultados claramente minoritarios, tengan en sus manos un poder el poder de mediatizar el gobierno de cualquier institución municipal, autonómica o estatal. Pero la necesidad de reforma electoral no es compartida, al parecer, por los grandes partidos que esperan, si no consiguen la mayoría absoluta, beneficiarse del pacto o componenda que les lleve al poder, pues el peaje a pagar será siempre a costa de los ciudadanos.
Aunque la reforma electoral que necesitamos se lleve a cabo, no sería suficiente si no recuperamos todos, políticos y ciudadanos, una conciencia moral más exigente y la interiorizamos. La raíz de todos nuestros males está en la crisis moral que padecemos. En lugar de profesar una ética de servicio al bien común se ejerce otra que justifica, oculta, impone o autoriza cualquier cosa, cualquier situación, siempre que los que mandan cuenten con votos suficientes para imponerla y mantenerla.
Para servir al bien común con eficacia es necesario el poder, pero el poder tiene un componente perverso que tiende al crecimiento imparable, al abuso, a la corrupción, a la tiranía. Por ello es imprescindible someterlo a un férreo control, a un contrapeso eficaz. Pero en nombre del llamado progresismo democrático, se abatieron todos los controles. El poder judicial perdió su independencia al servicio del poder ejecutivo. Aquellos que tenían que velar por la legalidad de los acuerdos y disposiciones o los que tenían que controlar el gasto, dejaron de ser funcionarios independientes al deber su puesto a las mismas personas que debían controlar.
De las corrupciones nos enteramos por los periódicos, pero el Tribunal de Cuentas ¿ha podido llevar a los tribunales a los que han utilizado a su antojo los caudales públicos?
Cuando se hace más necesario que nunca aunar esfuerzos para superar la difícil situación que atravesamos, los elegidos por los ciudadanos para resolverla, tendrían que ponerse a trabajar honestamente, a colaborar con generosidad, a buscar acuerdos que todos puedan compartir. En lugar de eso se ofrecen los resultados de las elecciones para ganar, para vencer al contrario, para hacerle sentir su derrota. No se ofrecen apoyos para resolver problemas, se vota contra los otros, los contrarios, los enemigos, los de otra tribu.
Para salir de la crisis necesitamos un objetivo común que comienza por ser mejores personas, más honrados, más eficientes, más sacrificados, pero si continúan las luchas partidarias, se atizan odios, se malgasta el dinero de los contribuyentes y se actúa sin control ni transparencia, tendremos poco arreglo.
Francisco Rodríguez Barragán

http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/15674/2011-06-18.html
http://www.analisisdigital.org/2011/06/19/pactos-y-componendas/
http://elguadalope.es/2011/06/18/pactos-y-componendas/#more-29874
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=20353&id_seccion=5&PHPSESSID=0b1caaa2f1e2f433a6c68ff613035ab8
http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/72281/pactos-y-componendas

LA CRISIS DEL MATRIMONIO Y LA FAMILIA


LA LIBERACIÓN SEXUAL Y SUS DESASTRES
Vivir juntos, sin casarse, es cada vez más frecuente y la sociedad lo está aceptando, resignada o indiferente. Incluso muchos lo justifican como una situación más cómoda para darla por terminada en cualquier momento si deja de resultar satisfactoria para cualquiera de ellos.
Algunas de estas uniones libres pueden llegar a consolidarse, mientras otras se romperán para probar suerte otra vez con personas diferentes. De las parejas que contraen matrimonio, precedido con frecuencia de un tiempo de libre convivencia, queda constancia de sus rupturas por el alarmante crecimiento del número de divorcios, pero las que no llegan a formalizar su unión y se rompen, probablemente serán muchas más.
La actividad sexual de todos los seres vivos tiene como finalidad la procreación, pero mientras los animales actúan de forma instintiva, dentro de pautas fijas marcadas por la naturaleza, las personas cuentan con la razón para dominar sus instintos.
Nuestras pautas de conducta venían marcadas por una estrecha unión entre tres factores: sexualidad, matrimonio y procreación. La actividad sexual implicaba una relación estable de pareja, el matrimonio, y una apertura a la generación de nuevas vidas, de forma responsable.
Conseguir una relación estable solo es posible a través de la capacidad de amar y aunque la sexualidad forma parte del amor no es su fundamento. El amor es don y entrega, apertura al otro, búsqueda activa de su bien, entendido como pleno desarrollo de sus capacidades y encontrar en ello la propia felicidad. El amor con fecha de caducidad es falso.
El amor de la pareja se materializa en el hijo, mezcla de la carga genética de cada uno, que llega al mundo en situación de absoluta dependencia de sus padres para crecer y afirmarse como persona única e irrepetible, acogido con amor y educado a través de la transmisión de valores de la familia.
Actualmente la unión entre sexualidad, matrimonio y procreación está rota. El ejercicio de la actividad sexual se ha independizado del matrimonio y de la procreación, se ha banalizado como disfrute placentero sin responsabilidad y se está incitando a su ejercicio desde las edades más tempranas. Se hace propaganda del sexo seguro, es decir sin procreación, pero como siguen produciéndose embarazos no deseados, se facilita la píldora abortiva del día después y el aborto.
En esta orgía de sexo precoz, fácil y sin responsabilidad, ¿quién puede avisar de que llevamos un camino de “progreso” hacia el abismo? ¿Cómo podemos hablar de la familia y sus valores? Quizás todo empezó hace cincuenta años cuando se comercializó la píldora anticonceptiva, anunciando la liberación sexual de la mujer, (que realmente fue la del hombre, exento del embarazo).
Raquel Welch, una artista famosa, un sex-simbol para un par de generaciones, confesó en una entrevista que la famosa píldora que prometía el Edén, ha traído dolor y cadenas “«ahora podemos tener sexo en el momento que queramos sin sus consecuencias. Aleluya, viva la fiesta”. Pero la realidad es otra, la falta de inhibiciones sexuales, o como alguno lo llama, la «liberación sexual», eliminó la precaución y el discernimiento a la hora de elegir el compañero sexual, que solía ser el equivalente al compañero con el que compartir toda la vida. La falta de compromiso, confianza y lealtad en las parejas en edad fértil degenera en infidelidad. La separación de los aspectos unitivo y procreativo termina habitualmente en desastre: personal, casi siempre, y familiar, muchas veces.
Francisco Rodríguez Barragán
http://elguadalope.es/2011/07/31/la-crisis-del-matrimonio-y-la-familia/






EL FIN DE LA DEMOCRACIA ES LA LIBERTAD DEL CIUDADANO


LA DEMOCRACIA: UN MÉTODO DE CONTROL DEL GOBIERNO
Cuando se inició la transición vivíamos con una cierta aprensión, por si el cambio de gobierno se producía de forma traumática. Después de un largo periodo autoritario, todos suspirábamos por el establecimiento de la democracia, que iba a resolver todos los problemas, especialmente que ya no sería posible un gobierno sin limitaciones ni control.
La democracia nació en Grecia para limitar el poder del gobierno y evitar la tiranía, como una garantía de libertad para los ciudadanos. Aquel experimento se agostó pronto, pero ha ido resurgiendo una y otra vez a lo largo de la historia cuando hubo personas que se esforzaron por hacer posible la libertad para todos.
La democracia es el mejor método de conseguir ciertos fines, pero no constituye un fin en sí misma, busca establecer límites y controles al poder, pero deviene absurda si ella misma se considera investida de un poder ilimitado.
Si el gobierno de la mayoría es ilimitado e ilimitable, el ideal democrático pensado para evitar el abuso del poder, se convierte en la justificación de un nuevo poder arbitrario.
Las cámaras legislativas no pueden hacer lo que quieran, pues ellas mismas, han de estar sometidas a los fines generales que la justifican: procurar la máxima libertad de los ciudadanos con el mínimo de coacción, establecer leyes justas sin privilegios, controlar la acción del ejecutivo.
Ya desde el inicio del sistema democrático, aunque haya habido siempre elecciones libres y pluralidad de partidos, la mayoría que asume el gobierno es la misma que controla el legislativo, bien por haber obtenido la mayoría o llegar a obtenerla con el concurso de otros partidos mediante las oportunas compensaciones. Por tanto, el poder del gobierno resulta ilimitado para gobernar y para proponer leyes a su capricho.
Cuando se redactó la constitución, por desconfianza hacia los tribunales existentes en aquel momento, procedentes de la etapa anterior, se creó el Tribunal Constitucional para dictaminar si las leyes salidas del legislativo se atienen a los principios de la propia Constitución. Este tribunal cuya composición quedó degradada al ser nombrado por los partidos políticos, está demostrando cada día que sus miembros obedecen esencialmente a quienes los nombraron, por lo que pienso que debería ser suprimido y que fuera el Tribunal Supremo quien se encargara de examinar la constitucionalidad de las leyes.
Por tanto nos encontramos con una democracia formal que no cumple el importante papel de poner límites al gobierno; al contrario, el procedimiento democrático inviste de un irresistible poder al ganador de las elecciones que controla el poder ejecutivo, el legislativo y también el judicial a través de la acción de la Fiscalía si se trata de cuestiones políticas enjuiciables.
Últimamente se han alzado voces de algunos grupos que piden “democracia real ¡ya!” No sé lo que estos grupos entienden por democracia real, pues si se trata de una acción asamblearia continuada, resulta inviable. La democracia degenera en pura demagogia si se piensa que lo justo es lo que mayoría decide como tal, tanto si se trata de una mayoría parlamentaria como si se trata de lo que arroje una encuesta de opinión.
La idea de que el gobierno debe atenerse a la opinión de la mayoría, carece de sentido si tal opinión ha sido expresamente fabricada por el mismo gobierno a través de sus poderosos medios de comunicación, mediante el halago, la promesa o la “extensión de nuevos derechos”.
Si se efectúa un cambio de gobierno seguramente puede mejorar la economía, pero también necesitamos mejorar nuestro sistema democrático. ¿Lo haremos?
Francisco Rodríguez Barragán
http://elguadalope.es/2011/07/20/el-fin-de-la-democracia-es-la-libertad-del-ciudadano/
http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/73011/el-fin-de-la-democracia-es-la-libertad-del-ciudadano
http://www.analisisdigital.org/2011/07/19/el-fin-de-la-democracia-es-la-libertad-del-ciudadano/





LOS CAMBIOS DE PARTIDO GOBERNANTE Y SUS SORPRESAS


¿ES EFECTIVO EL PAPEL DE LA OPOSICIÓN?
El cambio de gobierno en varias comunidades autónomas y ayuntamientos, está poniendo de manifiesto las enormes deudas ocultas que han dejado los salientes, ante ello me pregunto si los que entonces eran oposición y ahora llegan al gobierno desconocían la situación económica de las instituciones de las que formaban parte.
Quizás los equipos gobernantes se encargaron de mantener una absoluta opacidad acerca del uso que hacían de los caudales públicos que debían administrar e impedían el acceso de los distintos partidos de la oposición al estado de cuentas, o les facilitaban datos incompletos o trucados.
Cuando hay un traspaso de poderes en cualquier organización, los salientes deben entregar toda la documentación económica y el correspondiente balance de situación a los que llegan, pero si después resulta que tal balance está falseado, es lógico que se pidan las responsabilidades a que haya lugar y que los culpables de tales desaguisados no se marchen tan campantes.
Los hechos que vemos en las noticias de cada día respecto a los cambios de gobierno, nos debían plantear algunas cuestiones a resolver para el futuro de nuestro sistema, que se dice democrático.
Una cuestión sería el papel de la oposición frente a los gobiernos autonómicos, municipales y estatales. Está claro que los gobernantes, amparados en mayorías más o menos estables, buscan eliminar todas las cortapisas que se opongan a sus decisiones, pero los miembros de la oposición, que representan a todos los ciudadanos y no solo a quienes los votaron, deberían tener una función efectiva de contrapeso, para evitar los excesos y desafueros a los que tiende cualquier poder que se considera ilimitado, especialmente la ejecución presupuestaria a través de la que se usan los dineros de los contribuyentes.
¿Cómo podría hacer efectivo su papel la oposición? Las interpelaciones parlamentarias carecen de eficacia, frente al imbatible poder de la mayoría y el recurso a los tribunales para denunciar abusos, corrupciones o torcida ejecución de los presupuestos, resulta poco operativo, salvo que se consiga un poder judicial fuerte e independiente, suprimiendo el Tribunal Constitucional. Pero dejarlo todo a lo que resulte de las siguientes elecciones es aún peor, pues si vuelven a ganar los mismos, se reputan convalidadas sus actuaciones anteriores y si pierden, su derrota se entiende como un castigo político, que les exime de otras responsabilidades.
Otra cuestión puede ser si en las corporaciones locales tiene sentido una oposición, que a veces lo único que hace es cobrar el sueldo que se han asignado entre todos. Quizás podría ensayarse, hasta tanto se hace la necesaria reforma electoral, que las elecciones municipales fueran exclusivamente para alcaldes y el que sacara más votos quedara investido como tal y nombrara su equipo de gobierno para llevar a cabo su programa. El resto de los candidatos, que no formaría parte de plenos ni comisiones, ni cobraría por ello, tendría, en cambio, el derecho a examinar las cuentas de cada ejercicio, que se harían siempre públicas, durante el primer trimestre del año. Las irregularidades económicas que llegaran a detectarse las pondrían en conocimiento del poder judicial, que vendría obligado a dictar la oportuna resolución en los tres meses siguientes.
Es también importante, para evitar la inmunidad de los políticos culpables de una mala administración (inversiones temerarias y ruinosas, gastos injustificados, contabilidad amañada, incumplimiento de obligaciones, contrataciones fraudulentas, etc.) que se tipifiquen tales delitos con toda claridad con sus penas correspondientes, las personas o colectivos que pueden ejercer la acción penal y que sean los tribunales ordinarios los que juzguen.
Francisco Rodríguez Barragán
http://elguadalope.es/2011/07/23/los-cambios-de-partido-gobernante-y-sus-sorpresas/
Publicado en Análisis Digital el 26-07-11
http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/16113/2011-07-26.html
http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/73221/los-cambios-del-partido-gobernante-y-sus-sorpresas


jueves, 14 de julio de 2011

LA SUPERIORIDAD MORAL QUE NECESITAMOS


Cuando cayó el muro que dividía el mundo y se comprobó que el sistema comunista hacía tiempo que se había hundido, si es que alguna vez funcionó, parece que los cascotes del derrumbe no afectaron a los numerosos partidos comunistas que vivían y siguen viviendo en Occidente, incluso presumiendo de una falsa superioridad moral.
Los partidos nazis y fascistas, que fueron afortunadamente vencidos en el campo de batalla, no pueden ocupar ningún espacio político en la Europa de las libertades, pero los comunistas, que no fueron vencidos en ninguna guerra, pero se hundieron bajo el peso de su propia podredumbre, siguen campando por sus respetos como si el marxismo pudiera ser resucitado, en nuestras democracias.
Cuando vivimos bajo los efectos de una crisis que va a ser duradera y que tan mal ha gestionado la que se autodenomina izquierda, resulta inconcebible que Cayo Lara, en nombre del partido comunista, busque desesperadamente impedir que gobierne “la derecha”, mostrando así el torvo rostro del odio, del enfrentamiento, de la lucha de clases, en lugar de invocar la necesidad de la colaboración de todos para sacar a flote España.
Muchas de las pancartas enarboladas el 19 de junio, repetían cosas que ya eran viejas en mayo del 68, pero dejaban claro que el viejo y desacreditado marxismo inspiraba a buena parte de los indignados. No he oído ataques de los indignados al partido gobernante, por el contrario todas sus acciones están claramente dirigidas contra el partido que ha ganado las elecciones del 22 de mayo, quizás para amedrentarlo y hacerle saber que pueden movilizar la calle contra ellos, como ya hicieron otras veces.
Nuestra democracia es manifiestamente mejorable desde hace mucho tiempo, pero de ello solo parece haberse tomado conciencia cuando se avecinaba y confirmaba el triunfo del partido de la oposición. Entran entonces en acción los que pretenden deslegitimar al sistema, aunque si lo que defienden es la II República, cuya bandera tricolor enarbolaban con profusión en las manifestaciones, estamos arreglados. ¡Menudo progreso, volver a 1931!
Me parece absolutamente deletéreo seguir hablando de derechas e izquierdas, ni que éstas se arroguen una superioridad moral inexistente. Puede haber distintas maneras de intentar resolver los problemas, pero o todos colaboran o esto se hunde.
Un izquierdismo laicista, anticristiano, intervencionista y sectario no nos hace ninguna falta. Una derecha acomplejada y temerosa de no resultar lo bastante “progresista y políticamente correcta” tampoco servirá para nada.
Necesitamos la superioridad moral de hombres de estado, de todos los colores, pero con la suficiente altura de miras para colaborar y juntos terminar con años de despilfarro y corrupción.
Francisco Rodríguez Barragán
http://elguadalope.es/2011/06/22/la-superioridad-moral-que-necesitamos/
http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/72248/la-superioridad-moral-que-necesitamos
http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/15693/2011-06-22.html
http://www.analisisdigital.org/2011/06/27/la-superioridad-moral-que-necesitamos/

POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS


Por sus frutos los conoceréis. Un árbol será bueno si da frutos sabrosos, nutritivos y abundantes y será malo si sus frutos están dañados, son amargos o escasos. Si una higuera está llena de hojas pero no da higos, será una mala higuera. Lo mismo pasa con las personas. Las conoceremos por sus frutos, por lo que aporten a la sociedad en la que vivan, no por la hojarasca de la que presuman.
Naturalmente, antes de juzgar a los demás, tendremos que examinar nuestra propia vida para comprobar si aportamos algo a la sociedad o por el contrario tratamos de vivir, crecer y medrar a costa de ella. Si vivimos para dar o solo para recibir. Si nos creemos titulares de todos los derechos, pero exentos de todos los deberes que podamos eludir.
Los cristianos estamos destinados a dar fruto de buenas obras y el impulso para ello lo recibimos del Espíritu Santo, en el que creemos y confesamos como Señor y dador de vida, capaz de renovar la faz de la tierra, si lo dejamos actuar dentro de cada uno de nosotros.
En el viejo catecismo de Ripalda, que poca gente recuerda, se enumeraban, de forma precisa y concisa, los frutos del Espíritu Santo en nuestras vidas. Quizás sería útil revisar si tales frutos se dan en nuestra vida o si, por el contrario, no se producen porque nuestras inclinaciones egoístas o desordenadas impiden su acción renovadora.
La caridad como ejercicio del amor a Dios y al prójimo, bajo el impulso del Espíritu Santo, producirá el fruto del gozo espiritual, gozo que cuando llega a gustarse nos llenará de paz, una paz interior, profunda, que nos hará soportar, con el fruto de la paciencia, todas las adversidades.
No solo las adversidades, también las ofensas, pueden soportarse con entereza de ánimo con la virtud de la longanimidad, que es también un fruto del Espíritu Santo, que nos hace clementes y generosos con los demás.
Nos quejamos constantemente del mal, de la maldad que produce dolor y sufrimiento, pero si nos dejamos guiar por el Espíritu Santo, seremos agentes de la bondad, instrumentos de paz, para poner amor donde haya odio, perdón donde haya ofensa, alegría donde haya tristeza, como proclamaba Francisco de Asís.
La acción del Espíritu nos hará ser comprensivos, respetuosos, suaves en el trato con los demás, capaces de refrenar nuestra ira, nuestra impaciencia, nuestras brusquedades.
También el Espíritu Santo, nos ayudará a ser fieles a la palabra dada, a nuestros compromisos, a ser modestos y moderados, a evitar la soberbia, el orgullo, la autosuficiencia.
Otros frutos serán la continencia y la castidad, virtudes olvidadas hoy, pero que es necesario llevar a la práctica. Quien es capaz de dominar sus instintos y sus pasiones, con la ayuda de Dios, será libre y estará disponible para dar en el mundo testimonio de la verdad.
A los cincuenta días del domingo de Resurrección, cuando la Iglesia celebra la venida del Espíritu Santo que prometió el Señor, los cristianos debemos abrirnos a su acción transformadora.
Francisco Rodríguez Barragán

http://elguadalope.es/2011/06/11/por-sus-frutos-los-conocereis/
http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/71872/por-sus-frutos-los-conocereis
http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=53482&idNodo=-5
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=20296&id_seccion=5&PHPSESSID=31b201b5272b2832551942f35f34ecd5

PREOCUPADOS POR LA FAMILIA

Hemos peregrinado al Pilar de Zaragoza con el Movimiento Familiar Cristiano, para afirmar públicamente nuestra defensa de los valores de la familia que se construye desde un matrimonio fiel, estable, fecundo y educador de sus hijos.
La familia, célula básica de la sociedad, es una institución anterior al Estado, el cual debe respetarla y protegerla, pero nunca desnaturalizarla, destruirla, mediatizarla, ni tratar de ponerla al servicio de fines políticos y de dominio, o de ingeniería social, como viene ocurriendo.
En el neo-lenguaje imperante se está eliminando la palabra matrimonio, que curiosamente se emplea para las uniones homosexuales que nunca podrán serlo, y solo se utiliza el de pareja, es decir un conjunto de dos personas cualquiera, que pueden emparejarse o des-emparejarse a capricho.
No se puede crear una familia sobre una unión tan frágil que pueda deshacerse en cualquier momento para, a menudo, establecer otro emparejamiento. El divorcio exprés introducido por el gobierno es una invitación a la trivialización y provisionalidad de una institución cada vez más devaluada. Pero es más, mucha gente ha dejado de contraer matrimonio, tanto civil como religioso, para vivir juntos, quizás pensando que con ello son más libres para cambiar de pareja, en cuanto surja cualquier problema, desavenencia o otra persona más interesante.
Un matrimonio estable necesita vivirse en fidelidad y la fidelidad exige el largo entrenamiento del dominio de sí mismo y del respeto hacia la otra persona con la que se quiere compartir la vida. El amor no tiene nada que ver con el ejercicio de la sexualidad irresponsable. Amar es buscar activamente el bien de quien se ama y encontrar la propia felicidad en esta tarea.
Un matrimonio estable necesita un proyecto de vida en común en el que compartirlo todo, ¡hasta la vejez! Esto exige un serio periodo de preparación y reflexión.
El matrimonio necesita además ser fecundo, desplegarse en unos hijos a quienes ver crecer, educar y llegar a ser personas que se puedan integrar en la sociedad. Los primeros educadores de los niños son sus padres. Educar es transmitir los valores que forman el armazón de la propia vida. No es tarea del Estado educar en valores sino garantizar una instrucción suficiente en las disciplinas académicas, desde leer, escribir y contar a las enseñanzas especializadas y universitarias. Creo que era más acertado cuando el Ministerio se denominaba de Instrucción Pública en vez de Educación. No es lo mismo educar que instruir. No es difícil constatar la existencia de muchos instruidos pero maleducados.
Se han ido introduciendo en nuestra sociedad muchos elementos deletéreos de la familia: una sexualidad irresponsable ha traído desde los anticonceptivos al aborto; el feminismo radical, más que igualdad, ha traído enfrentamiento entre hombres y mujeres, que llaman violencia de género; la inestabilidad de las familias ha perjudicado a muchos niños que se ven privados de la presencia efectiva y educadora de sus padres; la creencia generalizada de que el Estado tiene que educar a los niños desde la guardería, ha llevado a muchos padres a abdicar de su obligación, etc. etc.
Por eso el Movimiento Familiar Cristiano sigue recordando estas cosas a todos los que puedan escucharnos. Como sabemos que en estas circunstancias es todo difícil, hemos ido a pedir ayuda a la Virgen del Pilar.
Francisco Rodríguez Barragán y
Encarnita Prieto Castillo

http://elguadalope.es/2011/06/07/preocupados-por-la-familia/
http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/15543/2011-06-07.html
http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=53404&idNodo=-5
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=20237&id_seccion=5&PHPSESSID=0e3f516069cc5b2470b7121d2aa1ea10
http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/71742/preocupados-por-la-familia

miércoles, 13 de julio de 2011

TENDRÁN QUE CAMBIAR EL GOBIERNO Y LOS ESPAÑOLES.


EL ESTADO-PROVIDENCIA NO PARECE SOSTENIBLE.
Acerca de la contextura vital de los españoles escribió Don Claudio Sánchez de Albornoz que desde los duque de Sessa, Osuna o Lerma hasta Cervantes, Quevedo o Velázquez, y desde el hidalgo montañés o castellano hasta el pícaro madrileño o andaluz, todos cifraron su ilusión de vida en llegar a conseguir mercedes u oficios tras servir al rey o a un grande. Recordemos a Lerma que quiere ser “valido”, Velázquez solicitando un hábito de Santiago, a Cervantes un puesto administrativo o a Sancho Panza esperando lo que pueda darle Don Quijote.
Aunque hayan cambiado los tiempos, quizás no ha variado gran cosa la contextura vital de los españoles. Grandes y pequeños ven al gobierno, como fuente de mercedes y beneficios, aunque ahora el servicio que se nos exige sea nuestro voto y el pago de impuestos.
Los grandes de las finanzas han comprobado que a la sombra del poder pueden prosperar y, si las cosas van mal, recibir ayuda. Servir a la administración mediante contratos de obras y servicios ha sido rentable para muchas empresas, aunque ahora tengan problemas para cobrar.
ciudadanos de a pie también esperan del poder, convertido en estado providencia, que les facilite toda clase de prestaciones, educación, sanidad, vivienda, trabajo o prestaciones económicas, que reclaman como derechos que le fueron ofrecidos y garantizados en momentos de euforia económica, a cambio del cumplimiento de sus obligaciones tributarias y cotizaciones sociales. Otros buscan formar parte de la estructura de un partido político para asegurarse la vida.
Pero el sistema ha entrado en crisis. Unos dicen que son las crisis cíclicas que genera el capitalismo, otros tratan de resucitar recetas intervencionistas y socializadoras pero, mientras tanto, millones de personas se desesperan sin encontrar trabajo asalariado y sin medios ni crédito y escasamente preparados para emprender alguna actividad.
Es muy probable que en las próximas elecciones el poder cambie de manos, pero los ciudadanos no es fácil que cambien de actitudes. Grandes y chicos esperarán y exigirán de los nuevos gobernantes el mantenimiento de sus beneficios y la satisfacción de sus expectativas de derechos y saldrán a la calle a protestar con vehemencia si las medidas que tomen no les gustan.
Si estamos en una situación difícil lo más conveniente pienso que sería animar a los ciudadanos a tomar decisiones y compromisos sobre su propia vida, sus capacidades y actividades, para desarrollarlas en libertad, sin cortapisas ni impedimentos burocráticos. Los emprendedores, los autónomos que han tenido que cerrar sus negocios, son el mejor activo con el que debe contar el gobierno para superar la situación. Ser libres para emprender, triunfar o equivocarse, sin la permanente amenaza de la administración y sus impuestos y cortapisas.
Los gobernantes que ahora se hunden han tratado realizar un trabajo de ingeniería social nefasto y sectario. La pedagogía de los que lleguen debería ser la de educar a los ciudadanos en valores permanentes y en la necesidad de buscar otro modelo de organización social ya que el estado providencia no es sostenible.
Francisco Rodríguez Barragán
http://www.analisisdigital.com/
http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/72648/tendran-que-cambiar-el-gobierno-y-los-espanoles
http://elguadalope.es/2011/07/08/tendran-que-cambiar-el-gobierno-y-los-espanoles/

LA LIBERTAD Y LA RESPONSABILIDAD

SE BUSCAN LIBERTADES Y SE HUYE DE RESPONSABILIDADES
La libertad no significa que podamos hacer nuestro capricho, sino tener la posibilidad de ejercitar nuestra propia voluntad para elegir el contenido de nuestras acciones y hacernos responsables de sus consecuencias. La libertad tiene el pesado reverso de la responsabilidad. Quizás por ello todos reclaman libertades pero huyen de las responsabilidades.
Las libertades que se invocan a cada momento se presentan como reclamación de derechos a disfrutar, pero no tanto como responsabilidades a asumir. A mi juicio, entre la libertad como atributo que me constituye como persona y “las libertades” de las que se habla a menudo, no hay una verdadera identidad.
Si en otros tiempos y sociedades se distinguía y se valoraba con claridad la condición de libre o esclavo, de señor o de siervo, ahora que se reconoce a todos los hombres como libres, la distinción se marca entre estar en libertad o estar en prisión, como puede verse en el artículo 17 de nuestra constitución.
Pero si la posibilidad de perder la libertad presupone el reconocimiento de la responsabilidad de cada cual, respecto a las acciones tipificadas en las leyes penales como faltas o delitos, una amplia corriente de pensamiento trata de eximir de tal responsabilidad a muchos delincuentes invocando que sus condiciones sociales o familiares, son en último término las determinantes de sus acciones.
Este razonamiento determinista cuando se amplía a la generalidad de las conductas, sirve a una mayoría para exonerarse de responsabilidad, con lo cual la propia libertad queda vacía de contenido. Si estoy en la pobreza o no he conseguido un puesto más relevante en la sociedad, o no ha funcionado mi relación matrimonial, es culpa de mis circunstancias familiares, de no tener influencias o de la mala suerte, pero pocas veces se asume la propia responsabilidad por haber utilizado mal la libertad, por ejemplo: elegimos divertirnos en lugar de prepararnos, elegimos gozar de la sexualidad sin compromisos en lugar de dominar nuestros instintos, etc.
Una sociedad libre no puede funcionar si sus miembros no asumen que ocupan el lugar que se deduzca de sus acciones y la acepte como resultado de sus propios merecimientos. Pero una sociedad libre es aquella que promueve la libertad y no determinadas “libertades”. Una sociedad libre es la que ofrece oportunidades para que cada uno use de sus talentos y determine sus metas y objetivos.
Pero no será libre nunca una sociedad manipulada, en la que se haga creer a los ciudadanos que existe un estado providencia que cuidará de ellos de la cuna a la tumba, que todos tienen los mismos derechos con independencia de sus conductas y de su aportación al acervo común que los gobernantes se encargarán de redistribuir a su conveniencia.
Una sociedad libre y democrática puede subsistir solamente si logra el fortalecimiento de la personalidad de los ciudadanos para ser dueños de su voluntad y de su pensamiento para ejercerlo en libertad y responsabilidad.
Recordar la intrínseca conexión entre libertad y responsabilidad me parece imprescindible en estos momentos en que muchos gobernantes pueden resultar indemnes de la responsabilidad derivada de sus decisiones y en el que muchos ciudadanos tampoco queremos asumirla en la parte que nos toca.
Francisco Rodríguez Barragán

http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/72835/la-libertad-y-la-responsabilidad
http://www.analisisdigital.org/2011/07/12/la-libertad-y-la-responsabilidad/
http://elguadalope.es/2011/07/13/la-libertad-y-la-responsabilidad/