martes, 29 de junio de 2021

De lo vivo a lo pintado, de la ONU a la UE

 


El Nuevo Orden Mundial avanza imparable desde los organismos internacionales.

Alguien me ha contado que los mejicanos se quejan diciendo que cada día están más lejos de Dios y más cerca de los Estados Unidos. Aquí en España me quejo también de que cada vez estamos más lejos de Dios y dentro de la Unión Europea que paso a paso nos va imponiendo sus ideas “progres”: aborto, eutanasia, ideología de género y otras abominaciones por el estilo.

Hasta el momento el único país que se ha resistido es Hungría y corre el riesgo de ser expulsado de un club tan exigente y con tanto poder.

Esta Unión Europea tiene poco que ver con la que Europa que soñaron aquellos políticos cristianos, con acuerdos puntuales sobre el carbón y el acero o la energía atómica. Adenauer, Schuman, Spaak y De Gásperi fueron una generación de políticos respetuosos que no se ha vuelto a repetir.

Cuando los dirigentes de la UE decidieron establecer una moneda única resultó lo que dijo Rothschild en su tiempo: dejadme controlar la moneda y poco me importarán las leyes. Así entramos en el siglo XXI con el euro, aunque el Reino Unido y alguno más no lo aceptaron y continuaron con sus propias monedas.

El paso de la peseta al euro recuerdo que se facilitó repartiendo entre los ciudadanos maquinitas para convertir pesetas a euros y euros a pesetas y quedamos muy sorprendidos cuando en la cafetería un café pasó de costarnos 100 pesetas a tener que pagar un euro cuya equivalencia era 168 pesetas. ¡Menuda subida! Y un hermoso billete de 1000 pesetas se reducía al cambio a 6 míseros euros.

Los billetes en euros firmados durante mucho tiempo por Mario Draghi y ahora por Úrsula van der Leyen, tienen como motivos puentes y ventanas y la cabeza de Europa que puede verse al trasluz. Las monedas, la calderilla, son desde 2€ a 5 céntimos y cada país decide los motivos de anverso y reverso. Con ellas puedes llenar tu monedero, pero no te servirán de mucho.

Con motivo de la pandemia la UE ha anunciado a bombo y platillo que hará llegar dinero a los países en dificultades. No se trata de ningún regalo sino de deuda que tendremos que devolver, nosotros o nuestros descendientes.

Quizás convenga recordar la crisis griega con Tsipras y Varuofakis que tuvieron que reducir las pensiones de sus mayores para controlar gastos por orden inapelable de la UE. ¿Puede pasarnos algo similar?

La ONU, que nació después de la última guerra mundial, hizo una declaración solemne de los derechos humanos que tituló de Universal. Su altisonante artículo primero que proclamaba que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos no pasa de mera palabrería pues entre ricos y pobres no parece que se hayan acortado las distancias.

El artículo segundo tampoco parece que se esté cumpliendo pues la libertad religiosa está siendo combatida con saña y el tercero que dice que todo individuo tiene derecho a la vida es precisamente la ONU y sus Agencias y organismos los que promueven el aborto, la transexualidad e incluso el transhumanismo.

Así podíamos ir revisando esta declaración de la ONU que, al igual que la Unión Europea, quieren imponernos el Nuevo Orden Mundial (NOM) que avanza imparable de la mano conjunta del neo-marxismo y el capitalismo, para “salvar el planeta”.

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20210628Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

https://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/2977625/vivo-pintado-onu-ue 

http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/38989/2021-07-02.html 


 

 

martes, 22 de junio de 2021

El demonio tiene un papel activo en nuestras vidas


Aunque él trate de hacernos el mal, Dios puede sacar bien de este mismo mal si nosotros queremos.

 

En mi artículo anterior me referí a que Dios hizo el mundo bueno y nos dio libertad para que fuera aun más bueno ya que el hombre no estaría fatalmente determinado a seguir una determinada conducta como los movimientos de los planetas o el cambio de estaciones, sino que podría decidir sus propios actos, amar a Dios o negarlo.

Dándole vueltas a la cuestión caí en la cuenta que el hombre está sometido a dos fuerzas contrarias. Por un lado, Dios que le invita a través del amor a una vida feliz y por otra la fuerza, o las fuerzas del mal, que nos susurran al oído que podemos llegar a ser como dioses. El árbol de la ciencia del bien y del mal plantado en el paraíso nos tienta a todos y caemos en la tentación a cada instante.

Por eso el Hijo de Dios que vino al mundo para nuestro bien nos dejó la hermosa oración del Padrenuestro que termina con dos peticiones que debían sobrecogernos si pensáramos en ellas: no nos dejes caer en la tentación, que significa que podemos ser tentados, y que nos libre del mal. El mal está personificado en el Maligno, es decir el demonio, también criatura de Dios que en algún momento del pasado dijo: no te serviré y fue condenado sin remisión.

Pero Dios no destruye nada de lo que ha creado y Satanás y los que lo siguieron desde el Paraíso al día de hoy sigue tentando a los hombres, incluido el propio Jesús el Hijo de Dios que cuando le ofreció todos los reinos de la tierra lo rechazó diciéndole: no tentarás al Señor tu Dios y a El solo servirás.

Dios puede sacar bienes de las mismas acciones del Maligno y los saca cada vez que un hombre rechaza la tentación o se arrepiente de su error y pide perdón.

Pero el tentador es mucho más astuto que los hombres y siempre está tramando hacernos mal. Hoy nos tienta con el afán de riqueza, la sexualidad sin límites (hasta suprimir al niño concebido), la soberbia de creernos por encima de todo, el buscar la felicidad en el comer y el beber o en la pereza que nos amodorra.

La existencia del demonio es la que da valor a nuestras decisiones si son acertadas, si buscan la voluntad de Dios, aunque haya que estar pidiendo perdón cada día y perdonando también cada día a los demás.

El libro del Apocalipsis que escribió el apóstol San Juan nos anticipa el final de los tiempos y el juicio universal. Muchos no creerán en ello, pero llegará el momento del juicio, en el que todas nuestras acciones serán manifiestas, Satanás será arrojado al lago de fuego y descenderá del cielo la Jerusalén gloriosa.

La beata Ana Catalina Emmerick, siempre enferma en su cama sin poder moverse, tuvo visiones de todo ello que fue contando a un escritor alemán, Brentano. Merece la pena leer sus visiones y revelaciones. La otra vida, la que se abre después de la muerte de cada uno, no es un cuento, pero cuando lleguemos allí ya no habrá vuelta atrás.

Francisco Rodríguez Barragán

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20210621Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

  

jueves, 17 de junio de 2021

Vio Dios que el mundo era bueno y nos creó libres

 


Amar a Dios sobre todas las cosas no es una antigualla sino el único camino de regreso.

En el libro del Génesis se nos cuenta que al principio creó Dios los cielos y la tierra y en el día sexto decidió hacer al hombre a su imagen para que dominara sobre todo lo creado y los hizo hombre y mujer y vio Dios ser muy bueno cuanto había hecho.

Uno puede preguntarse que si nos hizo a su imagen y todo era muy bueno qué pasó para que todo se viniera abajo. Pienso que todo era muy bueno porque el hombre era libre y no estaba sometido a movimientos inexorables como los planetas o los mares.

Naturalmente que el hombre dotado de libertad puede amar a Dios o negarlo, elegir lo bueno o lo malo y decidir su propia vida, aunque al final de ella tendrá que rendir cuenta de su conducta.

Dios quiere que todos los hombres se salven y no ha escatimado medios para lograrlo, pero el hombre, cualquier hombre, puede negarse a aceptarlo y mantener que es el dueño absoluto de su existencia.

Dios había dotado el hombre de libertad para que libremente lo amara y amaran entre ellos, pero a la vista está que muchos no quieren y prefieren el mal al bien.

En estos días hemos presenciado hasta la nausea y el empacho como una persona es capaz de las mayores aberraciones para hacer un daño irreparable y gratuito.

Creo que hay muchas más personas que aman, trabajan y se esfuerzan por los suyos, pero eso no es noticiable pues los programas televisivos viven de toda la carroña con la que llenar sus horas de emisión.

Por otro lado, los medios de comunicación de masas están al servicio de todas las ideologías en boga: el feminismo feroz, la LGTBI... el transgénero, la corrupción del lenguaje o la corrupción política y económica.

Vivir de la política sin haber dado golpe en la vida no parece que sea condenable por los medios que se decidan a jalear cada cual al de su cuerda. Vivir del sexo, de la droga o del chisme tampoco resultan condenables, pero oponerse al aborto, a la eutanasia, a las uniones del mismo sexo es puro fascismo para los “progres” de izquierda e incluso de derecha.

El gran atributo de la libertad que se nos regaló por Dios cada vez lo usamos peor. Podemos ser convencidos de las bondades del Foro de Davos, de la agenda 2030 (o 2050), del NOM, que dudo mucho que sea un nuevo orden mundial, sino el contubernio de los más poderoso del mundo para dictarnos sus leyes inapelables. Pero si no espabilamos, si no nos volvemos al Dios que nos dio vida por amor, el Mundo Feliz de Aldous Huxley será un comic al lado de transhumanismo que viene, mejor, que ya está aquí controlando lo que pensamos, lo que escribimos o nuestra ubicación en el espacio.


Desconfíen de todos los que quieren salvar el planeta haciéndonos comer carne sintética, de los que quieren que cuidemos perros y gatos en vez de niños, de los que nos ofrecen sexo sin límites, placer sin límites y ¿droga?

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20  210614Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

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sábado, 12 de junio de 2021

Nos ha tocado vivir tiempos inciertos y problemáticos.

 


                Podemos renunciar a manifestarnos católicos o no dejarnos atrapar por el          maligno.

Podíamos pensar que estamos en un país católico si vemos desfiles procesionales, imágenes, cantos piadosos y música sacra en las calles y los templos, pero no creo que sea verdad. Hay noticias de próximas elecciones, aunque no se sabe cuándo.

Lo que si sabe seguro es que el partido hoy en el poder y el que espera sustituirlo no tienen nada de católicos. Tanto uno como otro han votado por hacer del aborto un derecho y de la ideología de género y su bandera arcoíris, algo que todos deben asumir sin discusión desde la escuela.

Para introducir estas ideas disolventes cuentan con la trompetería de todos los medios de comunicación, empeñados en aparecer más progresistas que nadie.

Los que nos sentimos católicos estamos sin representantes políticos que encarnen nuestras ideas, ni medios de difusión a los que se pueda echar mano. Las páginas y revistas religiosas, salvo excepciones, están más por no plantear problemas y aceptar que estamos en otros tiempos diferentes.

El descenso de la natalidad y de la nupcialidad parecen no inquietar los más mínimo ni a los políticos ni a las jerarquías eclesiásticas. Tampoco parece inquietarles que el porcentaje de españoles que van a misa siga descendiendo, ni que los seminarios estén vacíos y los confesionarios con telarañas.

Parece que las directrices vienen de la Unión Europea o de la ONU. Hay que “estar contentos con el descenso de la natalidad ya que el planeta puede colapsar” y hay que salvarlo de no se cuántos peligros. El foro de Davos y sus fatídicas agendas, son profetas de calamidades. Aquí la agenda quiere abarcar hasta el 2050 a base de comer carne sintética y secundar el gran “reset”, el nuevo inicio, para crear un ¡mundo nuevo!

Por mi parte creo firmemente que para salvar a la humanidad ya tenemos a Cristo, a Jesús de Nazaret, al Hijo de Dios que pasó haciendo el bien. Ya los apóstoles, sus sucesores, nos pusieron en guardia contra los falsos profetas que buscan perdernos pues son hijos del demonio al que rinden culto en sus logias y tenidas, vestidos de ridículos delantales, pero con gran capacidad de hacernos daño. Su símbolo podemos verlo en los billetes de dólar.

Los que sigamos sintiéndonos cristianos tenemos que gritar a pleno pulmón que el aborto es un crimen abominable, que Dios nos hizo hombres o mujeres, pero cualquier otra cosa es obra del maligno, que la sexualidad hay que ejercerla con responsabilidad, que otra cosa es fornicar.

Que el amor entre un hombre y una mujer contraído ante Dios es un bien definitivo y bendito. Que la familia es un tesoro que llevamos en vasijas de barro pero que Dios vela por nosotros.

Está claro que los políticos que quieren representarnos no creen en nada de esto. No hay porqué votarlos. No nos distraigamos con músicas y procesiones sino busquemos cumplir la voluntad de Dios, cueste lo que cueste. Los que se sientan con fuerzas para crear un partido católico que lo intenten, aunque no les arriendo la ganancia.

La economía está hundida, la moral también. Quizás lo que necesitamos es orar para no caer en la tentación de aceptar como bueno lo que no lo es.

Francisco Rodríguez Barragán

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http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20210607Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

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jueves, 3 de junio de 2021

Contemplando el universo y a los hombres

 


        Si no creemos en Dios ni en la otra vida ¿quién podrá salvarnos?

 

Si contemplamos las estrellas y pensamos en la magnitud del universo quedamos anonadados y si enfocamos un telescopio comprendemos que es incalculable su grandeza.

Si de lo infinitamente grande pasamos a lo infinitamente pequeño, el átomo, quedamos igualmente admirados de las partículas que lo forman. Lo grande es cada vez más grande y lo pequeño igualmente más pequeño de lo que vemos o pensamos.

Y esta maravilla hay gente, que se dice inteligente, que mantiene que se ha hecho solo, que ha surgido por sí mismo, lo cual es más difícil de creer que aceptar que exista un Dios eterno grandioso creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible y que entre las cosas creadas estemos nosotros, los hombres.

Pero entre el hombre y la grandeza de los espacios infinitos existe una diferencia fundamental: que estamos dotados de libertad y podemos aceptar a Dios o negarlo y de hecho cada vez más gente se cree, estúpidamente, que son su propio Dios, a pesar de ver que su existencia es efímera e inevitablemente morirán un día, después de irse deteriorando con la vejez.

Si no hay otra vida después de ésta, todo carece de sentido y Dios se ha burlado de nosotros.

Pero no, sabemos que Dios desea que gocemos de una vida perdurable y gocemos de su compañía. Cristo, el hijo engendrado por Dios y el Espíritu Santo que procede de ambos, desean salvarnos a todos, pero es necesario que no se lo impidamos, pero parece que estamos empeñados en buscar nuestra salvación en cualquier otra parte.

Cristo es el que salva, el Salvador. A lo largo del tiempo han venido muchos “salvadores” ya se trate de Hitler, de Marx, de Lenin, de Gandhi, del liberalismo o del comunismo, de Malthus o de Paul Ehrlich, de los que nos embaucan con el cambio climático o quieren salvar el planeta. También hemos puesto nuestra confianza en la Unión Europea o la ONU, el globalismo y los que se dicen filántropos: Soros o Bill Gates y preparan una agenda no sabemos bien si para el 2030 como el Foro de Davos, o el 2050 que se inventan nuestros gobernantes y sus conspicuos y bien pagados asesores.

Todo mentiras. Dios es Amor y solo el amor puede salvarnos, pero amar al prójimo hasta dar la vida por él no se lleva mucho, pero en todos los tiempos hay hombres y mujeres que lo hacen y aunque los canonizan, pronto los olvidamos y seguimos con nuestra ansia de riquezas y placeres, mientras que otros hombres, nuestros hermanos, se mueren en las colas del hambre o durmiendo a la intemperie entre cartones.

Cuando yo era niño nos decían: mira que te mira Dios, mira que te está mirando, mira que te han de morir, mira que no sabes cuándo. Por mi parte ya lo había olvidados y ha vuelto a mi memoria de vejo en el dormivela de alguna mañana.

No nos dejemos engañar: tenemos que morir y solo Cristo puede salvarnos. No crean a los que nos dicen que el universo entero se ha hecho a sí mismo por muy sabidos y titulados que se nos presenten.

Francisco Rodríguez Barragán

 

 

Publicado em

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20210531Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

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