martes, 28 de diciembre de 2021

Un año termina y otro empieza

 


Qué cosas traerá además de las que ya tenemos

Termina este año, que habrá sido muy fructífero para los aprovechados de siempre, aunque haya sido triste para los damnificados del volcán, para quienes han perdido su trabajo o su negocio y los que están padeciendo esta pandemia que parece no va a tener fin.

Ojalá hayamos aprendido algo para el próximo y podamos evitar que sigan gobernando los que llaman fascistas a los demás, mientras son ellos los que pretenden una ciega obediencia de los ciudadanos.

(Los fascistas fueron los socialistas italianos al mando de Benito Mussolini y perdieron la guerra, lo que debería saber cualquiera que haya leído algo de historia.)

Hace falta gente honrada que quiera servir a todos los españoles y se dejen de luchas, discusiones y propaganda. Solo entiendo la política como la dedicación, durante un periodo de la vida sin ánimo de vivir del presupuesto.

Vivimos distraídos contando el número de contagiados, el numero de hospitalizados y los que se mueren y eso todos los días y en todos los telediarios.

Seguro que todos habrán observado la coincidencia de mensajes que nos ofrecen las emisoras de televisión. No hay duda de que el que paga manda lo que hay que decir y en qué orden.

Quizás un prolongado ayuno de noticias televisadas nos rejuvenecería bastante. Uno puede leer, pasear o tomar el sol (con la mascarilla puesta).

Pero también tenemos la adicción al teléfono móvil y tenerlo siempre a mano, aunque buena parte de lo que recibimos es publicidad o mensajes de los amigos más o menos divertidos vía WhatsApp.

No creo que seamos bastante conscientes de la maravilla de esta telefonía que nos hace llegar de forma inmediata cualquier cosa y además sabe dónde nos encontramos en todo momento.

He leído que están estudiando la forma en que reaccionan los ratones a estos mensajes, aunque creo que ya lo estarán haciendo con las personas para que pensemos y actuemos con ordenes que nos impartirán desde algún sitio. Son cosas que no se les ocurrieron a Huxley o a Orwell en sus distopías ya que no llegaron a conocer los móviles, pero hoy el “Gran Hermano” puede llegar silencioso a nuestro cerebro sin que nos demos cuenta.

Los más altos y severos organismos, como diría La Codorniz, pienso que no se han creado para defendernos (ONU, OMS, UNE, etc.) sino para llevar a cabo esta inmensa manipulación de las conciencias mediante la cual cualquier cosa es posible. Desde elegir sexo, eliminar la familia o aplicarnos la eutanasia todo es “progresista” y aviado va el que se resista.

Por cierto, el día 28 son los Santos Inocentes. ¿Cuántos millones de seres humanos habrán sido abortados, descuartizados y vendidos sus tejidos para experimentación o cremas de belleza? Y la gente no se conmueve de ello, quizás porque nuestros cerebros ya han sido acondicionados para que acepten todas las ideas y barbaridades gestadas en tenebrosos laboratorios de experimentación.

Después de escribir todo esto me doy cuenta de que la cosa es mucho más grave que el resultado de las próximas elecciones entre partidos que ya han mordido el anzuelo y admiten como “derechos” el aborto, el divorcio, la eutanasia y el cambio de sexo.

¡Qué nos quedará que ver!

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20211227Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

 

 

 

 

martes, 21 de diciembre de 2021

Muchas luces y poca Navidad

 


El nacimiento de Jesús es un regalo de amor al que tendríamos que responder amando a nuestros prójimos.

Un año más entramos en los días en que todos nos creemos en la obligación de tener celebraciones, hacer regalos y esperar que nos toque la lotería, pero el nacimiento de Jesús en Belén es un acontecimiento que pasó casi desapercibido en su tiempo. Fue anunciado a unos pobres pastores y a unos magos que decían haber visto una estrella. María y José no encontraron sitio en la posada y tienen que acogerse a un mísero portal donde nace nada menos que el Hijo de Dios.

Dios es siempre desconcertante en los designios que realiza en favor de todos los hombres. ¿Tiene eso alguna relación con los grandes almacenes, un señor gordo vestido de rojo y la competición entre todos los pueblos y ciudades por llenar de luces las calles?

El Niño que nace viene a sufrir y sus padres tienen que huir a Egipto porque un sátrapa loco tiene miedo a perder su puesto de reyezuelo, pero para que no se le escape ordena matar a todos los pequeños de Belén. Todos los detalles podemos leerlos en el Nuevo Testamento.

Las prisas de nuestras celebraciones, si es que celebráramos el nacimiento del Hijo de Dios, no tendrían mucho sentido. Todos los días Jesús, crucificado, muerto y resucitado nos espera en cada iglesia, en cada misa, en cada sagrario. Está a nuestra disposición siempre para que le pidamos por nuestras necesidades, por las necesidades de los demás y las de todo el mundo, siempre dispuesto al perdón y la misericordia.

Celebrar el nacimiento de Jesús, anunciado por los profetas, me parece estupendo, pero olvidarlo cuando terminen estas fiestas y volver a recordarlo en la semana santa me deja un tanto triste.

Sufrimos porque estamos enemistados unos con otros, divididos en partidos y banderías contrarios, a menudo irreconciliables, sacando a cada instante los datos de la historia que nos enfrenten y nunca los que pueden unirnos.

Algunos nos proclamamos cristianos para exigir derechos, pero no lo acompañamos con un claro amor al prójimo. Los que nos decimos cristianos tenemos que amar a todo el mundo, también a nuestros enemigos, a nuestros contrarios, buscar su bien y rezar por ellos.

Cuando se habla en estas fechas de amor al prójimo solo pensamos en los pobres y lo solucionamos aportando a Cáritas algo de lo que nos sobra, pero preocuparnos y ocuparnos de ellos, no demasiado.

Amar a nuestros enemigos, y hacer el bien a los que nos persiguen y aborrecen es lo que tendríamos que hacer, pero no hacemos, los que nos decimos cristianos.

Que este año negro marcado por la pandemia, el volcán de La Palma, la amenaza de la economía, la posible extinción del llamado estado de bienestar, el descenso de la natalidad, el hundimiento de la familia, las imposiciones de organizaciones internacionales, que nacieron para cosa distinta que difundir perversas ideologías, etc. etc. nos lleve a volver nuestra mirada a Dios, reconocer nuestras culpas, pedir la intercesión de la Virgen.

No escuchemos las insidias diabólicas de los que pretenden un Nuevo Orden Mundial en el que ni siquiera podamos decir Feliz Navidad. Que Dios nos bendiga a todos y nos libre de todo lo malo, como decía mi madre.

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20211220Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

 

martes, 14 de diciembre de 2021

Soy un viejo que mira a su alrededor

 


Y me pregunto aquí y ahora si vamos a mejor o a peor

En mi larga vida he ido pasando de usar la pizarra, el pizarrín y los cuadernos rayados con la tabla de multiplicar en la última página a la máquina de escribir, a la calculadora y al ordenador y me sentía satisfecho cuando podía ilustrar a otros más jóvenes con mi experiencia.

Pero ahora me desconcierta comprobar que ya no sé hacer muchas cosas y que necesito que otros más jóvenes me echen una mano, especialmente para utilizar el ordenador o el móvil con sus mil y una aplicaciones. Añoro los años en que el móvil era solo un pequeño teléfono con tapa.

Tendrá que ser así y debo comprender las limitaciones que me imponen mis muchos años, pero me cuesta trabajo aceptarlo.

Recuerdo los tiempos en que para sacar dinero del banco se expedía un talón, lo entregabas en la ventanilla y te cortaban una esquinita numerada y esperabas a que te llamaran, después en vez de cheque, llevabas tu cartilla, hacías cola en la ventanilla, retirabas o ingresabas y te marchabas quejándote del rato que habías pasado esperando.

Pero las entidades bancarias decidieron cambiar las cosas, mejorarlas decían, e inventaron los cajeros automáticos para lo que necesitas una tarjeta cada vez más sofisticada, que también te sirve para pagar las compras en las tiendas.

Si antes sabías por la cartilla el saldo de tu cuenta y las operaciones realizadas, ahora tienes que actualizar tu libreta en el cajero milagroso, que usarás a la intemperie desconfiando de los andan cerca y no sabes bien si están allí esperando para robarte. Los viejos somos siempre posibles víctimas de los descuideros.

Llevamos ya dos años de pandemia y para evitar contagios las diversas y variadas administraciones han tenido la luminosa idea de la “cita previa” y que yo sepa esto no ha servido para facilitar los trámites sino para complicarlos y retrasarlos, ya sea registrar un contrato de trabajo, hacer una reclamación o solicitar una prestación.

Ya sé que hay muchos trámites que pueden hacerse por vía internet, (ojalá fuera por vía televisión, que todo el mundo tiene, pero el internet no está al alcance de la mayoría de los ciudadanos).

En el caso de las prestaciones sanitarias las citas siempre fueron por cita previa, salvo las urgencias, ahora la cita además de previa es telefónica. Hay facultativos que se desviven por enterarse por teléfono de lo que nos pasa a los enfermos, pero el enfermo que, como yo, es viejo y achacoso no se queda muy satisfecho.

A la vejez me ha tocado vivir unos tiempos que no me gustan nada ¡qué le vamos a hacer! No sigo haciendo crítica de las cosas que pasan para evitarme problemas. Quizás deba aceptar aquello de Jorge Manrique de que “a nuestro parecer cualquier tiempo pasado fue mejor”. Pero que hoy sea el mejor tiempo posible me cuesta admitirlo ¿qué dicen los más jóvenes?

Muchos se empeñan en mantener que el pasado fue peor, pero yo que pasé literalmente de la bicicleta al seiscientos no me lo creo.

Empecé hablando del paso de la pizarra al ordenador, pasando por los cajeros automáticos y veo que me he metido en un berenjenal. ¡Cosas que nos pasa a los viejos!

Francisco Rodríguez Barragán

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https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

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miércoles, 8 de diciembre de 2021

Un poco de historia

 


Amo a España y sé algo de su historia que hoy comparto con mis lectores.

Me pongo en el ordenador a escribir mi artículo semanal, hoy 6 de diciembre, 43 aniversario de la Constitución Española que se aprobó ilusionadamente por los españoles que pensamos que con ella entraríamos en un periodo de normalidad democrática, después de las vicisitudes que a lo largo del siglo XIX y hasta 1931, tuvieron todos los intentos constitucionales y el periodo de gobierno personal del General Franco desde 1939 a su fallecimiento el 20 de noviembre de 1975.

Buscando la concordia, después de tanto tiempo y habiendo nombrado sucesor a titulo de rey a Don Juan Carlos de Borbón en julio de 1969, se convocaron Cortes Constituyentes, que en un meritorio trabajo redactaron la Constitución y la presentaron a referéndum para su ratificación por todos los españoles el 6 de diciembre de 1978.

Seguramente todos estos datos son conocidos por los españoles, pero mi licenciatura en Geografía e Historia me lleva siempre a fijar fechas y datos del pasado.

En nuestro pasado constitucional hay una fecha importante, la aprobación de la Constitución de Cádiz el 19 de marzo de 1812 (la Pepa) que fue la primera que tuvimos los españoles de “ambos hemisferios” pues los territorios americanos y hasta Filipinas eran considerados entonces provincias españolas.

Aquella Constitución de 1812 decía, en su artículo 12, “que la religión de la Nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana, única verdadera. La Nación la protege por leyes sabias y justas, y prohíbe el ejercicio de cualquiera otra.”

En su artículo 6º declaraba que “el amor de la patria es una de las principales obligaciones de todos los españoles, y asimismo el ser justos y benéficos.” Los artículos 8º y 9º establecían que todo español está obligado, sin distinción alguna a contribuir en proporción a sus haberes, para los gastos del Estado y está asimismo obligado a defender la patria con las armas, cuando sea llamado por ley.

En cuanto al Gobierno: establece que su objeto es la felicidad de la Nación y el bienestar de los individuos que la componen (art.º 13) y que la potestad de aplicar las leyes en las causas civiles y criminales reside en los Tribunales establecidos por la ley.

Todo el texto esta plagado de buenas intenciones, aunque la vuelta a España de Fernando VII, terminó con todo ello y llamó a los mismos franceses, contra los que habían luchado los españoles, a mantenerlo en el trono.

Muerto este mal rey y nombrada reina de España su hija Isabel II comenzó el baile de nuevos textos constitucionales y Estatutos que hizo de nuestro siglo XIX una verdadera catástrofe.

Isabel II fue expulsada y el general Prim trajo a España a un rey italiano, Amadeo de Saboya que abandono el intento al considerar a los españoles ingobernables.

A continuación, tuvimos una república federal que no funcionó. Se produjo la vuelta del hijo de Isabel II, Alfonso XII, que dictó la Constitución de 30 de junio de 1876. Cánovas y Sagasta, dos políticos competentes, trataron de poner en marcha a España, Cánovas es asesinado, el turno de partidos tiene sus problemas, entra a reinar Alfonso XIII, que tiene que abandonar España y se proclama la república de 1931 que desemboca en la guerra civil.

Esperemos que los actuales gobernantes sean capaces de remontar los problemas que nos aquejan y que la Inmaculada nos proteja a todos los españoles.

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20211206Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

 

martes, 30 de noviembre de 2021

Mis niveles de pesimismo, ¿alguien los comparte?

 


El progresismo político defiende valores incompatibles con el cristianismo

Alguien me ha hecho notar que mis últimos artículos están marcados por el pesimismo. He reflexionado sobre ello y quizás tenga razón. Mi visión de la actualidad está encuadrada dentro del esquema de derecha e izquierda y quedo descolocado al comprobar que la derecha está cada vez más lejos de los valores que informan mi vida.

Pero seguramente mi error nace de que los partidos políticos, ya sean de derechas o de izquierdas, no defienden los valores cristianos, salvo cuando le conviene, o puedan tomar de ellos los aspectos más folclóricos de lo religioso.

La democracia en la que vivimos, de carácter liberal dicen, es una permanente lucha por el poder para utilizarlo en beneficio propio, bien de sus ansias de mando o de su grosero egoísmo para medrar a costa del presupuesto.

Los principios cristianos que consisten fundamentalmente en amar al prójimo como a uno mismo y a Dios sobre todas las cosas, no tienen fácil encaje en el esquema de democracia liberal con tendencia al poder absoluto, caiga quien caiga.

He pensado en los primeros cristianos tratando de extender la buena noticia del evangelio de Jesús en el viejo imperio romano de emperadores endiosados y un pueblo que clamaba por los espectáculos de circo y una vida licenciosa.

Los valores que predicaban los apóstoles resultaban tan incompatibles con la política del imperio que produjo persecuciones y martirios. Muchos cristianos acabaron en el circo devorados por las fieras.

Pasaron siglos hasta que consiguieron ser reconocidos y gozar de derechos, gracias a la paz de Constantino. Aunque pronto comenzaron los problemas de las herejías que dieron lugar a interminables luchas.

Llegó a decirse que la sangre de los mártires fue semilla de nuevos cristianos, aunque tuvieran que refugiarse en las catacumbas.

Hoy vivimos en otra clase imperio, el de los organismos internacionales, manejados por poderosas fuerzas ideológicas y económicas, que no parece que estén por la labor de aceptar los principios del evangelio de Jesús,  más bien pretenden que las personas e instituciones que representen lo cristiano acepten sus ideas y por desgracia hay bastantes, personas y colectivos, que por no ser motejados de atrasados, tratan de hacer compatible el mensaje de Jesús con todas las barbaridades que se presentan como progresistas: derecho a abortar, derecho a elegir su propio sexo según la ideología LGTBI, divorcio fácil, nada de fidelidad ni de continencia ni de castidad, nada de familia estable, droga etc.

Seguramente estamos en una época difícil, pero contamos con la promesa de Jesús de ser salvados si resistimos.

Hemos comenzado el tiempo de Adviento y en lugar de preparación para el nacimiento de Jesús en Belén se nos ofrecen grandes iluminaciones y el problema de si será a no posible reunirse para la cena de Navidad por mor de la pandemia, las vacunas, las mascarillas, etc. etc.

Empecé hablando del pesimismo y seguramente me dirán que sigo pesimista, pero he subido de nivel. Mi pesimismo no es que la derecha haya dejado de asumir los valores cristianos, sino que el sistema, en su totalidad, quiere organizarse y vivir bajo valores que nada tienen en común con el Evangelio.

Quizás no nos echen a las fieras, pero tampoco bien recibidos. Si llegamos a ser perseguidos por ser cristianos habrá que volver a las catacumbas.

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20211129Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

 

miércoles, 24 de noviembre de 2021

El futuro que nos espera ¿tiene arreglo?

 


Hay que luchar por nuestros valores y mantener a raya a nuestros enemigos.

Ayer fue la fiesta de Cristo Rey, pero veo con pena que va siendo expulsado de nuestras vidas. Se derriban cruces impunemente, los templos se quedan vacíos y los que lo ocupan son en su mayoría personas mayores. Para los mayores, como yo, resulta peligroso salir a la calle o ir a sacar dinero de un cajero.

Por las noches los botellones son ocasión para que los jóvenes, hombres y mujeres beban alcohol sin freno y provoquen problemas en la vía pública molestando a los vecinos.

Muchos colectivos, metal, transporte, agricultores y hasta policía, salen a la calle gritando a voces sus quejas. Algunos, además de gritar, queman los contenedores y lanzan piedras contra los que se le oponen.

¿Qué pasa? Si tratamos de conocer lo que nos ocurre perdemos el tiempo. Todos los telediarios, al parecer en las mismas manos, nos cuentan las mismas cosas y hasta en el mismo orden.

Hoy lo más importante es la vacunación y si tenemos que llevar o no el pasaporte Covid. Si cuando empezó la pandemia solo aparecía en la pantalla Fernando Simón, el gran experto según decía la Sra. Calvo, ahora son una multitud de médicos y virólogos los que opinan, todos en el mismo sentido, cuando vemos la tele.

No veo que se gobierne en favor de los ciudadanos sino en la forma en que el actual presidente consiga alargar su mandato y, si puede, convertirlo en “vitalicio”.

Todos los políticos andan peleándose, sean del color que sean, mientras que no cesan de advertirnos que vienen tiempos… peores.

El congreso de los diputados es de pena. Veo como pontifican, desde la tribuna, los que se declaran abiertamente enemigos de España, babeando odio a todo lo español, excepto al dinero que pueden conseguir a cambio de sus miserables votos para mantener una situación cada vez más insostenible. Cuando era niño vi circos mejores y con mejores payasos.

La que se dice derecha, pero no lo es, quizás termine aliándose con la izquierda, la que hace más de ochenta años perdió la guerra y ahora pretende ganarla manipulando los libros y la enseñanza.

La ley de enseñanza y la de memoria democrática son para echarse a llorar. ¡Pobre España o lo que queda de ella!

La llegada incontenible de emigrantes puede ser la famosa “quinta columna” de esta guerra del gobierno frente a sus ciudadanos.

Cuando veo pasar por mi barrio catervas de moros y rumanos, subvencionados todos, me acuerdo del viejo refrán: “éramos pocos y parió la abuela”.

Hablan de la necesidad de aprobar los presupuestos (aunque haya que pagar lo que sea por los votos que falten) cuando realmente haría falta hacer un presupuesto en base cero y dar cuenta de los ingresos y cómo se han gastado. La solución de crear deuda, que Europa aceptará, es una mala solución.

Por favor, no votemos sin reflexión. Sigámosle la pista a nuestros votos que pueden correr el mismo camino de las encuestas de encargo.

No dejemos que se derriben cruces ni se negocie con nuestros votos. Hagamos lo posible por salir de nuestra situación amenazada de un futuro peor, de un posible apagón y vuelta a los años del hambre.

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

https://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/3316071/futuro-nos-espera-tiene-arreglo

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20211122Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

 

 

martes, 16 de noviembre de 2021

Solo tenemos una vida y hay que utilizarla bien

 


El que se salva sabe y el que no, no sabe nada

Uno empezó a hablar de los extinguidos dinosaurios y sus fósiles como algo maravilloso que nos informa de la antigüedad de nuestro planeta, pero otro nos señaló una telaraña y unas hormigas para que viéramos el milagro de unos seres vivientes que se mueven ante nuestros ojos con antenas finas como pelos o patitas que se desplazan rápidas.

Después de esta observación he dejado de pisar estos bichitos que me hablan de una inteligencia muy superior a la de nuestros admirados sabios, que cada día nos hablan de las maravillas que fabrican.

He mirado con otros ojos que las plantas languidezcan en el otoño para volver a brotar en primavera.

Si hay una inteligencia que desde siempre se ocupa de los insectos, las aves, los peces o las plantas ¿cómo puedo poner en duda que esa misma inteligencia también se preocupa por las personas? ¿Cómo se puede negar que existe alguien en quien vivimos, nos movemos y existimos?

La diferencia esencial entre toda la creación y nosotros, las personas, es que estamos dotados de inteligencia y libertad hasta el punto de poder negar lo evidente: la existencia de un ser superior que nos ha regalado la vida y nos ha dado reglas para utilizarla, especialmente frente a otras personas dotadas de los mismos atributos.

Quizás si meditáramos sobre esto, en lugar de perder el tiempo contemplando los telediarios o adorando nuestro móvil, podríamos sacar mucho más partido a nuestras vidas mientras vivimos.

Una vez que dejemos de existir en este mundo, quien nos dio esta vida es seguro que nos dará otra diferente ¿mejor o peor? Eso dependerá de nosotros y del uso que hayamos dado a la que ahora vivimos.

Repugna a toda lógica que el destino de las personas que se esforzaron en sacar rendimiento a sus facultades sea el mismo de los que las utilizaron en perjuicio de los demás.

Tener libertad y poder utilizarla es el regalo más grande que podíamos imaginar y que nos sitúa por encima de los demás seres creados. Desde enfrentarse al mismo que te regaló la vida para gritarle el satánico “no te serviré” a gozar de los placeres y utilizar a los demás a nuestro capricho, hay de todo.

Aquello de “comamos y bebamos que mañana moriremos” es la gran tontería que llega hasta los que piensan que después de la muerte no hay nada. Pero el mismo que te regaló la vida ¿acaso no puede darte otra mejor o peor según tus acciones?

Creo que no somos capaces de imaginar lo que Dios tiene preparado para aquellos a quienes ama. Tampoco imaginamos lo preparado para aquellos que han despilfarrado su vida o la han utilizado en perjuicio de los demás.

El cielo y el infierno no pueden ser cuentos de viejas sino realidades que nos esperan más allá de la muerte.

A quien hizo el cielo y la tierra y todo el universo no se le puede burlar impunemente. Al atardecer de la vida nos examinarán del amor, de nuestro amor a Dios y nuestro amor al prójimo y sacar mala nota en este examen será definitivo: no habrá segunda convocatoria.

Cuando vean una hormiga, una araña o un ciempiés, piensen en Dios, por favor.

 

Francisco Rodríguez Barragán

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https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20211115Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

martes, 9 de noviembre de 2021

¿Confían ustedes en los que nos gobiernan?

 


Por mi parte desconfío de unos y otros y deseo que tengamos arreglo

Las cadenas de televisión, que están todas en las mismas manos, nos repiten cada día las mismas noticias, imágenes y comentarios de lo que pasa o de lo que puede pasar. Parece que hay un decidido interés en tenernos asustados con lo que pasa y lo que puede pasar con nuestra economía y nuestro planeta.

El “gran hermano” que nos ¿gobierna? si las cosas salen tan mal como nos las pintan, podrá decir que “ya lo advirtió él” y si mejoran se adjudicará el mérito de haberlo conseguido o del por qué no llegaron a ocurrir.

Todo pura patraña y engañabobos, mientras que los políticos viven a nuestra costa opíparamente.

A quienes tengan opiniones diferentes, se les margina colgándoles el sambenito de fascistas, quizás aprovechando la ignorancia de la gente ya que pocos saben que el fascismo derivó del partido socialista italiano, aunque aquí los socialistas españoles se las den de héroes y salvadores de España.

Nuestros gobernantes venden a España a precio de saldo por el puñado de votos que necesitan para mantenerse en el poder y la oposición, en lugar de capitalizar sus triunfos, muestra sus vergüenzas por si alguien hace sombra al que se cree, sin motivo alguno, el legítimo beneficiario del próximo cambio de gobierno.

Ignoro lo que pueda pasar en las próximas elecciones y si resultarán lo suficientemente limpias para no dudar de los resultados, como ahora dudamos de las encuestas que encargan unos y otros.

Lo cierto es que necesitamos una regeneración de la política para lo que se necesitaría impedir dos cosas: una, que ostentando un cargo político se gane más que trabajando y dos, que no se puedan alargar los cargos más allá de dos mandatos.

No estaría mal volver a establecer el “juicio de residencia” que se estableció para los gobernantes de la América Española cuando cesaban en sus cargos, abriendo plazo para escuchar las quejas de los gobernados y probados sus desafueros condenarlos a prisión.

En mi humilde opinión la gobernanza de España resulta harto difícil con el desastre de la organización autonómica que significó descuartizar al país, duplicar las administraciones y los gastos y engordar la nómina de apesebrados.

También sería necesario recuperar los valores auténticos de las personas, de las familias, de los colegios y las universidades. No puede ser que se regalen titulaciones sin esfuerzo y que el trabajo no sea la llave que abra las puertas a todos los españoles.

Vamos a dejarnos de una vez de “memoria histórica”. Hay que honrar a los muertos y evitar que pueda volver el pasado y sus desastres.

Participemos en los organismos internacionales pro sin dejarnos imponer nada que vaya contra nuestros valores y nuestras propias leyes. Si ello no es posible, pues se dejan, aunque por el momento estemos atados por nuestras deudas.

Veo muchas veces en la tele imprimir los billetes europeos. ¡Cuidado! Este dinero solo sirve para tenernos atados, obedientes y sumisos. Hay que evitar que nos gobiernen los que generen onerosas deudas que habremos de pagar entre todos.

Quizás todo esto sea un sueño, pero depende de nosotros que tenga un mal o buen despertar.

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20211108Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/39073/2021-11-13.html 



 

 

 

 

 

martes, 2 de noviembre de 2021

¿Se creen ustedes eso de “no tendrás nada, pero serás feliz?


El mundo en que vivo me resulta cada día más raro.

El Foro de Davos de 2016 puso en circulación unos cuantos puntos para el futuro inmediato. El primer punto decía “no tendrás nada, pero serás feliz”. Como no creo que los sesudos componentes de tal foro estuvieran pensando en la pobreza de los monjes y ascetas del siglo IV, la felicidad con que tratan de embaucarnos debe ser otra cosa.

Seguramente estará mas cerca de las distopías, que del sermón de la montana y sus bienaventuranzas. El mundo que nos relataban aquellas novelas futuristas como las de Orwell o Aldous Huxley, lo que se ofrecía a cambio de someterse a su yugo era el “soma”, una droga como el porro o el cannabis, después de la jornada de trabajo.

En aquellas novelas un grupo de misteriosos personajes decidían quienes debía vivir y por cuánto tiempo, fabricándolos en serie, según el trabajo que tuvieran que desarrollar y eliminándolos en cualquier momento por medio de una especia de eutanasia.

¿Fantasías? Pues la historieta del calentamiento del planeta se la han creído a pies juntillas y tratan de que también lo creamos los demás.

Como han hecho con la pandemia del COVID, que ha servido como ensayo general para someternos a su voluntad y colocarnos unas mascarillas que nos hacen parecer asaltantes de bancos, ahora manejan el precio de la energía eléctrica como una amenaza que nos devolverá al tiempo de las velas y los quinqués.

En un mundo con 65 millones de años, el aumento o la diminución de las emisiones de CO2, para salvar el planeta, me parecen otro cuento de Caperucita para asustarnos.

Lo mismo que la “luminosa idea” de reducir el consumo de carne para hacernos a todos veganos.

Todo esto me parecen locuras de los “sabios” del Foro de Davos y de los sucesivos Foros que se convoquen, cuyas intenciones no me parecen nada de buenas. Todo esto huele a imposiciones políticas desde los altos organismos internacionales.

Lo cierto es que el aborto crece, la familia se deshace, la sexualidad se la somete a las locuras de asociaciones multicolores. Ya nada es lo que parece. Hay hombres que se dicen mujeres y mujeres que se dicen hombres o se declaran bisexuales… ¡Que mundo más raro!

¿Para este embrollo hacen falta organizar foros o crear altos organismos internacionales? ¿no sería mas sano acabar con todos ellos?

Polonia y Hungría resultan perseguidos y multados por defender su propia constitución frente a la de Unión Europea. ¿Esto es lógico?

¿Es lógico tratar de borrar la propia historia? ¿Es lógica la educación que pretende imponerse a nuestros hijos?

Todo este lío me da vueltas en la cabeza y lo único que me consuela es que, como me quedan pocos años de vida, no tendré que ver más locuras.

Hasta el señor Putin, presidente de Rusia, ha indicado el desquiciamiento de occidente.

Puede ser que los comunistas Marx o Lenin que dominaron salvajemente la Unión Soviética, hayan pasado el testigo a los socialistas progres de ahora para ver si tienen más éxito aplicando las teorías de Antonio Gramsci.

Dios nos libre de todo lo que nos amenaza y no nos damos cuenta.

Francisco Rodríguez Barragán 

Publicado en

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20211101Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

 

 

 

 

 

  

martes, 26 de octubre de 2021

Pesimismo y decepción

 


Ojalá esté equivocado y sea que tengo un mal día

La llegada de la democracia a nuestro país me llegó en plena juventud y me ilusioné con ella. Creí que se abría un periodo de paz y prosperidad y sobre todo de hermandad y convivencia.

Aunque me resistí, estas ilusiones comenzaron a venirse abajo pronto. La democracia no era la panacea de nada, sino una forma diferente de organizar el poder para que siguieran mandando los de siempre o mejor dicho los de siempre y los que seguían bien vivos y al acecho.

La convivencia entre los que se habían enfrentado en tiempos pasados no duró y volvieron a repartirse las fichas blancas y negras en el viejo tablero.

La democracia como gobierno de la mayoría de los ciudadanos, que eligen a los mejores, no garantiza nada ni en la antigua Grecia ni en ningún sitio. La propaganda electoral y el recuento de votos queda siempre bajo sospecha de manipulación por los magos de la publicidad y los sondeos de opinión.

La derecha y la izquierda son cada vez más parecidas y sus valores coincidentes. El antiguo lema: divide y vencerás sigue vigente y aparecen siglas nuevas que se dicen de derechas o de izquierdas, pero no lo son.

En lo único que coinciden derechas e izquierdas es en hacerse con el poder y gozar de sus prebendas. Ni los que se dicen derechas defienden los valores cristianos y conservadores, ni los que dicen izquierdas se preocupan de verdad por los trabajadores o los pobres.

Todo es cuestión de etiquetas. La izquierda se pone la etiqueta de progresista y con ella cuela, de matute, el aborto, el divorcio, las leyes de género, el matrimonio homosexual o la ley de memoria histórica y apedrea a la derecha con la etiqueta de fascista.

Pero la derecha creyendo que el progreso es lo que dicen las izquierdas, olvida sus propios valores y vota también a favor de lo que dice la izquierda y son tan abortistas, tan divorcistas, tan defensores de las leyes de género, etc. como las izquierdas. Por favor: no quieren parecer retrógrados.

Pero es que la Comunidad Europea, que también alardea de democracia, hace las mismas cosas y si alguno de sus miembros se niega a secundarlas -Polonia o Hungría- se les amenaza con la expulsión.

Si para formar parte de la UE cualquier país tiene que renunciar a sus leyes propias, algo está fallando en Europa y su cacareada democracia es tan cuestionable como en España.

Por todas estas razones mi entusiasmo democrático se fue al garete y me quede con mi decepción.

Por otro lado, es inquietante la difusión de la agenda 2030, el nuevo orden mundial y el anuncio del gran reinicio. Todo ello en manos de personajes turbios y multimillonarios que parecen tenernos en sus manos a través de los medios de comunicación o las ONG y los adelantos técnicos que nos conocen a todos y saben el sitio exacto en el que nos encontramos en cada momento.

Como no creo que la unión de nuestros políticos y los multimillonarios estén tratarnos de beneficiarnos, creo que iremos a peor, aunque quizás yo no estaré ya aquí para comprobarlo.

Francisco Rodríguez Barragán

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martes, 19 de octubre de 2021

Historia, verdades y mentiras

 


Y un sincero homenaje a la Reina Isabel.

Es curioso que las televisiones sean tan numerosas pero que todas digan lo mismo. Ahora pueden armar su programa diario con las imágenes y comentarios del volcán de La Palma. El otro tema fijo, la pandemia, parece que se está agotando, aunque tratan de alargarlo con la tercera dosis de vacunación y la de la gripe, más el precio de la electricidad.

El resto de noticias siempre versan sobre si vuelve o no a España el rey emérito, el desarrollo de los congresos partidarios más los escándalos habituales sobre las denuncias cruzadas sobre dinero que no llega a donde tiene que llegar. Bueno, aquí lo mismo se refieren a algo presente como a algo pasado y bien pasado, pero que conviene mantener en candelero por lo que pueda perjudicar a unos o a otros.

También el capitulo de líos de faldas suele ser pasto de gente que, al parecer, no tiene otra cosa más importante en que pensar.

También se cultiva la mal llamada memoria histórica, aprovechando la cualquier ocasión para denigrar a los muertos. Propongo que el próximo día de los difuntos todos recemos por los que murieron, sin hacer distinciones. Los buenos para unos serán los malos para otros y no se llegará nunca a un acuerdo sobre las personas, personajes y personajillos que perjudicaron o beneficiaron a España desde, por lo menos, la batalla de las Navas de Tolosa.

El descubrimiento de América ¿fue algo bueno, malo o regular? Ojalá haya españoles que hayan hecho el sano ejercicio de leer un buen libro de historia, aunque me temo que cada lector busque solamente el libro que coincida con las “ideicas” de su partido, pues buscar honradamente la verdad parece algo imposible.

Ya en otras ocasiones he escrito manifestando mi devoción por Isabel I la reina católica que tanto se desvivió por los españoles y que está sepultada en la Capilla Real de Granada. Sobre ella encontré un poema, cuyo autor ignoro, que decía:

Yo he visto

bajo la luz agónica y rosada

con que una lamparilla velaba junto a un Cristo.

Yo he visto

en la Capilla de Reyes de Granada,

donde duerme la reina enamorada de sus altas querellas,

brotar, soñando ya, de sus pupilas,

lágrimas que enjoyaban como estrellas

la mustia flor de sus ojeras lilas.

Tenemos en España buenos historiadores para conocer de verdad nuestro pasado, pero parece que no interesa, ya que es un campo más en el que se pueda discutir y pelearse. Si por unos cuantos votos, que necesita el Sr. Sánchez para continuar en la Moncloa, se admite que la bandera de Aragón es la de Cataluña y todos tan contentos y si además hay que pagar algo, pues se paga a cargo del bolsillo de todos los españoles.

Observen atentamente nuestros medios de comunicación y comprueben si es verdad lo que digo. Como ahora todo se die e inglés, se utiliza mucho lo de new fakes y algún presentador se atreve a indicarnos lo que es un bulo, una mentira periodística, pero a mí todo me parece dudoso menos el volcán y el recibo de la luz.

 

Francisco Rodríguez Barragán

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martes, 12 de octubre de 2021

Estamos en plena normalización


Hay que tener cuidado con este proceso.

La segunda acepción de la palabra “normalizar”, según el Diccionario de la RAE se define diciendo: “hacer que una cosa sea normal”.

Por lo visto hay cosas que no son normales y se pueden convertir en normales porque alguien lo decide así. La tarea de normalización significa que algo que no era normal se imponga como normal. Por ejemplo, no era normal andar cambiando de pareja cada dos por tres o juntarse sin contraer matrimonio o concebir criaturas para abortarlas, hoy ya es normal e incluso se fortalece su normalidad declarándolo como derecho y ¡desgraciado quien se oponga!

Lo mismo que han alcanzado la normalidad las parejas del mismo sexo y hasta pretenden ser bendecidas por la iglesia. “Cosas veredes Sancho que faran fablar a las piedras”.

Parece claro que la manera de imponer una forma de pensar y actuar, que esté de acuerdo con los fines de nuestros políticos consiste en “normalizar”, cambiando lo que estorbe para sus fines.

Una civilización milenaria de base cristiana se va derrumbando al empuje de tantas normalizaciones que cambian las conductas de los españoles (y las españolas, ¿eh?). No ha sido necesaria ninguna invasión extranjera para ello, ha bastado la voluntad de unos políticos armados con el arma de destrucción masiva de la propaganda permanente y una idea fija: vamos a demoler todo el sistema y luego levantaremos otro nuevo ¿comunista? ¿socialista? En el que campeen las siglas inmarcesibles de nuestros partidos.

Mientras el poder esté en sus manos, aunque sea al precio de descuartizar la nación, el proceso será imparable a no ser que recordemos nuestro derecho a votar y tengamos la suerte de botarlos a todos. (nótese la diferencia entre votar y botar).

La democracia de la que estábamos tan ufanos hace veinte años parece haber dejado de funcionar. La democracia como voluntad de la mayoría ¿qué mayoría? ¿la que se compra con el presupuesto de todos, pagando a precio de oro los votos de los que no quieren ser españoles?

Por lo visto la famosa democracia, que empezó en Grecia, también ha sido “normalizada” con sondeos y encuestas cocinadas por manos delicuescentes y personajes de opereta bufa.

Estoy escribiendo la víspera del Día de la Hispanidad y oigo ¡cada cosa! sobre ello, que mejor será no meneadlo. Ni la ONU ni la UE nos harán el mínimo caso, así que a sacar los gigantes y cabezudos y cantarle a la Virgen del Pilar aquello de que no quiere ser francesa sino capitana de la tropa aragonesa.

He leído en la segunda carta de San Pablo a Timoteo que le dice: ten presente que en los tiempos finales va a haber momentos difíciles; la gente será egoísta e interesada, serán arrogantes, soberbios, difamadores, desobedientes a sus padres, ingratos, impíos, sin corazón, implacables y calumniadores, gente sin control, inhumanos y enemigos de todo lo bueno, traidores, temerarios, presuntuosos, amigos del placer en vez de amigos de Dios. (Cap. 3, 1-5)

Ignoro si estamos en los “tiempos finales” pero es vedad que los que tenemos son difíciles y la gente que describe ya ha llegado.

¿Nos están normalizando? Pensar no cuesta dinero, pensemos, pensemos.

 

Francisco Rodríguez Barragán

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martes, 5 de octubre de 2021

Verdades y mentiras.

 


¿Avanzamos o retrocedemos?

 

Conforme va pasando el tiempo y haciéndome más viejo, muchas cosas en las que creía se me van volviendo más confusas. Por ejemplo: si nuestro planeta tiene sesenta y cinco millones de años ya es casualidad que ahora se produzca un calentamiento global. Yo aprendí cuando era joven que existió una edad del hielo, hoy ya no estoy tan seguro.

También leí o escuché cosas sobre la existencia de animales antediluvianos que vivieron en tiempos remotos y que ahora descubren aquí o allá, lo mismo que huesos de homínidos, que dicen que fueron nuestros remotos antepasados y descendíamos del mono. Estas cosas no me las creí ni me las creo, lo haya dicho quien lo haya dicho. De los dinosaurios hay esqueletos que me sacan de dudas: existieron sí, pero ¿por qué desaparecieron? Demasiadas explicaciones que me dejan cada vez más dudas.

Hoy parece que hay que creer en el calentamiento global antropogénico bajo pena de excomunión de los progres, pero tampoco me convencen las razones que publicitan ya que con este argumento pueden recortar nuestros derechos. Si fuera al revés y avanzáramos hacia un enfriamiento ¿Qué nos pedirían?

Me pregunto si avanzamos a retrocedemos. Durante un tiempo creí firmemente que todo iba a mejor. Hoy cuando veo los “botellones” las borracheras, los enfrentamientos con la policía con quema de contenedores y lanzamiento de adoquines y la moda de los pantalones rotos, creo que retrocedemos.

Pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor admito que es pura ilusión. Sigo confiando más en la Biblia que en estas fábulas que hoy nos cuentan los que promueven el gran reinicio.

Comprendo que la Iglesia no está hoy en su mejor momento, pero ¿cuál ha sido ese mejor momento? Predicar el perdón de las ofensas y buscar el reino de Dios y su justicia nunca fue fácil. Amar a nuestros enemigos y rezar por los que nos persiguen y maldicen parece que solo está al alcance de los santos, como San Francisco de Asís, cuya fiesta se celebra este día en el que estoy escribiendo, pero si ellos pudieron también nosotros podremos.

Nuestra santa de Ávila, Santa Teresa de Jesús, pudo hacerlo y nos dejó dicho que nada te turbe, ni nada te espante, que sólo Dios basta y la paciencia todo lo alcanza.

Alguien me ha hecho notar que no hay ningún Papa santo desde San Celestino V (1294) hasta San Pío X (1914). Ahora que se critica tanto a los últimos papas, no podemos olvidar que la santidad de la Iglesia tiene su origen en Cristo y no en la de sus representantes, siempre humanos y siempre limitados.

La Biblia es el manantial de la esperanza que no defrauda. Dios siempre presente entre los hombres invitándonos a gozar para siempre en su reino de verdad y de vida, de santidad y de gracia, de justicia, de paz y de amor. El último de sus libros, el Apocalipsis, aunque pueda parecer algo terrorífico, es el anuncio del triunfo final de toda la creación, donde ya no habrá más tiempo sino el infinito goce de la presencia de Dios.

Con esta esperanza vale la pena vivir sin dejarnos enredar en las trampas diabólicas que a cada paso nos ofrecen los secuaces de los demonios, los que hacen sufrir a los hombres sin descanso.

Francisco Rodríguez Barragán

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martes, 28 de septiembre de 2021

Desde las noticias de diarios, radio y tele al WhatsApp

 


Escribir es contar lo que uno ha vivido

 

Creo que hay más gente que escribe y envía WhatsApp que gente que mande una carta y menos que se lea un par de folios. Quizás por eso los periódicos de papel tienen muros que exigen pagar para poder leer un artículo.

Si pasamos por los kioscos, donde hace algún tiempo exhibían desde primeras horas de la mañana grandes cantidades de prensa escrita, ahora solo se exhiben unos pocos ejemplares. Me dicen que ahora se pueden leer muchas noticias de actualidad gratis en el ordenador y ello es cierto, aunque hay que reconocer que la mayor parte de lo que nos llega resulta cansino y repetitivo y si escuchamos la televisión pasa lo mismo y ni siquiera se diferencian por ser de izquierdas o derechas, aunque se hable de democracia.

Para ver un día sí y otro también el número de contagiados y fallecidos o las vacunas puestas no merece la pena sintonizar ninguna cadena. Ahora el volcán de la isla de La Palma ha introducido un elemento novedoso que suscita nuestro interés. ¿Hasta dónde llegará la lava? ¿cuándo cesará? Y oír a técnicos de una cosa o de otra explicar en todas las cadenas las mismas cosas.

No digamos nada de la infumable política. Por mi parte si veo aparecer al presidente cambio de canal, aunque termine viendo alguna película que ya vi de joven y aproveche la ocasión para echar un sueñecito.

Frente a las noticias escritas o televisadas resultan más frescos y divertidos los WhatsApp que me envían los amigos. Confieso que solo reenvío los que lo merecen, a mi parecer.

También hay otra plaga de personas y entidades que piden tu firma para presionar a algún organismo, aunque a veces firmo, nadie me dice casi nunca si la recogida de firmas en cuestión ha servido para algo.

Además de los periódicos con muro hay otras publicaciones, vía internet, sin duda meritorias pero que te invitan de forma permanente a suscribirte con alguna módica cantidad. Si los artículos que ofrece valen la pena y veo que no tienen publicidad he suscrito varias, pero si atendiera todos los requerimientos que recibo me dejarían en nada mi pensión ¡qué cualquiera sabe hasta cuando me la seguirán pagando o al menos actualizando!

Recuerdo cuando iba con mi padre a la barbería del barrio que era el único sitio con aparato de radio para “oír el parte” que redactaban destacados miembros del movimiento nacional y se daban noticias de la guerra europea o del desembarco de Normandía y aquello de la “pertinaz sequía” que decía Franco.

Después pasamos a vivir en otra casa y ya teníamos aparato de radio. Cuando se terminaba la emisión buscábamos “Radio España Independiente-estación pirinaica”. Luego nos enteramos que ni era independiente ni estaba en el Pirineo sino en Rumania o algún otro país comunista desde donde hablaba Santiago Carrillo.

Cada vez que íbamos al cine veíamos el NODO donde se daban las noticias que convenían al Régimen. Simultaneamos el aparato de radio con la televisión donde vimos cosas estupendas y que terminaba al filo de la medianoche con “el alma se serena” y la familia telerín cantando lo de “vamos a la cama que hay que descansar…”

En otra ocasión recordaré personajes y películas estupendas que vi en la tele.

Está sonando el móvil. Será algún WhatsApp o algún mensaje para que me suscriba al fútbol.

Francisco Rodríguez Barragán

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