martes, 26 de octubre de 2021

Pesimismo y decepción

 


Ojalá esté equivocado y sea que tengo un mal día

La llegada de la democracia a nuestro país me llegó en plena juventud y me ilusioné con ella. Creí que se abría un periodo de paz y prosperidad y sobre todo de hermandad y convivencia.

Aunque me resistí, estas ilusiones comenzaron a venirse abajo pronto. La democracia no era la panacea de nada, sino una forma diferente de organizar el poder para que siguieran mandando los de siempre o mejor dicho los de siempre y los que seguían bien vivos y al acecho.

La convivencia entre los que se habían enfrentado en tiempos pasados no duró y volvieron a repartirse las fichas blancas y negras en el viejo tablero.

La democracia como gobierno de la mayoría de los ciudadanos, que eligen a los mejores, no garantiza nada ni en la antigua Grecia ni en ningún sitio. La propaganda electoral y el recuento de votos queda siempre bajo sospecha de manipulación por los magos de la publicidad y los sondeos de opinión.

La derecha y la izquierda son cada vez más parecidas y sus valores coincidentes. El antiguo lema: divide y vencerás sigue vigente y aparecen siglas nuevas que se dicen de derechas o de izquierdas, pero no lo son.

En lo único que coinciden derechas e izquierdas es en hacerse con el poder y gozar de sus prebendas. Ni los que se dicen derechas defienden los valores cristianos y conservadores, ni los que dicen izquierdas se preocupan de verdad por los trabajadores o los pobres.

Todo es cuestión de etiquetas. La izquierda se pone la etiqueta de progresista y con ella cuela, de matute, el aborto, el divorcio, las leyes de género, el matrimonio homosexual o la ley de memoria histórica y apedrea a la derecha con la etiqueta de fascista.

Pero la derecha creyendo que el progreso es lo que dicen las izquierdas, olvida sus propios valores y vota también a favor de lo que dice la izquierda y son tan abortistas, tan divorcistas, tan defensores de las leyes de género, etc. como las izquierdas. Por favor: no quieren parecer retrógrados.

Pero es que la Comunidad Europea, que también alardea de democracia, hace las mismas cosas y si alguno de sus miembros se niega a secundarlas -Polonia o Hungría- se les amenaza con la expulsión.

Si para formar parte de la UE cualquier país tiene que renunciar a sus leyes propias, algo está fallando en Europa y su cacareada democracia es tan cuestionable como en España.

Por todas estas razones mi entusiasmo democrático se fue al garete y me quede con mi decepción.

Por otro lado, es inquietante la difusión de la agenda 2030, el nuevo orden mundial y el anuncio del gran reinicio. Todo ello en manos de personajes turbios y multimillonarios que parecen tenernos en sus manos a través de los medios de comunicación o las ONG y los adelantos técnicos que nos conocen a todos y saben el sitio exacto en el que nos encontramos en cada momento.

Como no creo que la unión de nuestros políticos y los multimillonarios estén tratarnos de beneficiarnos, creo que iremos a peor, aunque quizás yo no estaré ya aquí para comprobarlo.

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20211025Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

 https://verjuzgaryactuar.blogspot.com/

 http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/39069/2021-10-28.html 


martes, 19 de octubre de 2021

Historia, verdades y mentiras

 


Y un sincero homenaje a la Reina Isabel.

Es curioso que las televisiones sean tan numerosas pero que todas digan lo mismo. Ahora pueden armar su programa diario con las imágenes y comentarios del volcán de La Palma. El otro tema fijo, la pandemia, parece que se está agotando, aunque tratan de alargarlo con la tercera dosis de vacunación y la de la gripe, más el precio de la electricidad.

El resto de noticias siempre versan sobre si vuelve o no a España el rey emérito, el desarrollo de los congresos partidarios más los escándalos habituales sobre las denuncias cruzadas sobre dinero que no llega a donde tiene que llegar. Bueno, aquí lo mismo se refieren a algo presente como a algo pasado y bien pasado, pero que conviene mantener en candelero por lo que pueda perjudicar a unos o a otros.

También el capitulo de líos de faldas suele ser pasto de gente que, al parecer, no tiene otra cosa más importante en que pensar.

También se cultiva la mal llamada memoria histórica, aprovechando la cualquier ocasión para denigrar a los muertos. Propongo que el próximo día de los difuntos todos recemos por los que murieron, sin hacer distinciones. Los buenos para unos serán los malos para otros y no se llegará nunca a un acuerdo sobre las personas, personajes y personajillos que perjudicaron o beneficiaron a España desde, por lo menos, la batalla de las Navas de Tolosa.

El descubrimiento de América ¿fue algo bueno, malo o regular? Ojalá haya españoles que hayan hecho el sano ejercicio de leer un buen libro de historia, aunque me temo que cada lector busque solamente el libro que coincida con las “ideicas” de su partido, pues buscar honradamente la verdad parece algo imposible.

Ya en otras ocasiones he escrito manifestando mi devoción por Isabel I la reina católica que tanto se desvivió por los españoles y que está sepultada en la Capilla Real de Granada. Sobre ella encontré un poema, cuyo autor ignoro, que decía:

Yo he visto

bajo la luz agónica y rosada

con que una lamparilla velaba junto a un Cristo.

Yo he visto

en la Capilla de Reyes de Granada,

donde duerme la reina enamorada de sus altas querellas,

brotar, soñando ya, de sus pupilas,

lágrimas que enjoyaban como estrellas

la mustia flor de sus ojeras lilas.

Tenemos en España buenos historiadores para conocer de verdad nuestro pasado, pero parece que no interesa, ya que es un campo más en el que se pueda discutir y pelearse. Si por unos cuantos votos, que necesita el Sr. Sánchez para continuar en la Moncloa, se admite que la bandera de Aragón es la de Cataluña y todos tan contentos y si además hay que pagar algo, pues se paga a cargo del bolsillo de todos los españoles.

Observen atentamente nuestros medios de comunicación y comprueben si es verdad lo que digo. Como ahora todo se die e inglés, se utiliza mucho lo de new fakes y algún presentador se atreve a indicarnos lo que es un bulo, una mentira periodística, pero a mí todo me parece dudoso menos el volcán y el recibo de la luz.

 

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20211018Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

 

 

 

 

 

 

martes, 12 de octubre de 2021

Estamos en plena normalización


Hay que tener cuidado con este proceso.

La segunda acepción de la palabra “normalizar”, según el Diccionario de la RAE se define diciendo: “hacer que una cosa sea normal”.

Por lo visto hay cosas que no son normales y se pueden convertir en normales porque alguien lo decide así. La tarea de normalización significa que algo que no era normal se imponga como normal. Por ejemplo, no era normal andar cambiando de pareja cada dos por tres o juntarse sin contraer matrimonio o concebir criaturas para abortarlas, hoy ya es normal e incluso se fortalece su normalidad declarándolo como derecho y ¡desgraciado quien se oponga!

Lo mismo que han alcanzado la normalidad las parejas del mismo sexo y hasta pretenden ser bendecidas por la iglesia. “Cosas veredes Sancho que faran fablar a las piedras”.

Parece claro que la manera de imponer una forma de pensar y actuar, que esté de acuerdo con los fines de nuestros políticos consiste en “normalizar”, cambiando lo que estorbe para sus fines.

Una civilización milenaria de base cristiana se va derrumbando al empuje de tantas normalizaciones que cambian las conductas de los españoles (y las españolas, ¿eh?). No ha sido necesaria ninguna invasión extranjera para ello, ha bastado la voluntad de unos políticos armados con el arma de destrucción masiva de la propaganda permanente y una idea fija: vamos a demoler todo el sistema y luego levantaremos otro nuevo ¿comunista? ¿socialista? En el que campeen las siglas inmarcesibles de nuestros partidos.

Mientras el poder esté en sus manos, aunque sea al precio de descuartizar la nación, el proceso será imparable a no ser que recordemos nuestro derecho a votar y tengamos la suerte de botarlos a todos. (nótese la diferencia entre votar y botar).

La democracia de la que estábamos tan ufanos hace veinte años parece haber dejado de funcionar. La democracia como voluntad de la mayoría ¿qué mayoría? ¿la que se compra con el presupuesto de todos, pagando a precio de oro los votos de los que no quieren ser españoles?

Por lo visto la famosa democracia, que empezó en Grecia, también ha sido “normalizada” con sondeos y encuestas cocinadas por manos delicuescentes y personajes de opereta bufa.

Estoy escribiendo la víspera del Día de la Hispanidad y oigo ¡cada cosa! sobre ello, que mejor será no meneadlo. Ni la ONU ni la UE nos harán el mínimo caso, así que a sacar los gigantes y cabezudos y cantarle a la Virgen del Pilar aquello de que no quiere ser francesa sino capitana de la tropa aragonesa.

He leído en la segunda carta de San Pablo a Timoteo que le dice: ten presente que en los tiempos finales va a haber momentos difíciles; la gente será egoísta e interesada, serán arrogantes, soberbios, difamadores, desobedientes a sus padres, ingratos, impíos, sin corazón, implacables y calumniadores, gente sin control, inhumanos y enemigos de todo lo bueno, traidores, temerarios, presuntuosos, amigos del placer en vez de amigos de Dios. (Cap. 3, 1-5)

Ignoro si estamos en los “tiempos finales” pero es vedad que los que tenemos son difíciles y la gente que describe ya ha llegado.

¿Nos están normalizando? Pensar no cuesta dinero, pensemos, pensemos.

 

Francisco Rodríguez Barragán

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https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

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martes, 5 de octubre de 2021

Verdades y mentiras.

 


¿Avanzamos o retrocedemos?

 

Conforme va pasando el tiempo y haciéndome más viejo, muchas cosas en las que creía se me van volviendo más confusas. Por ejemplo: si nuestro planeta tiene sesenta y cinco millones de años ya es casualidad que ahora se produzca un calentamiento global. Yo aprendí cuando era joven que existió una edad del hielo, hoy ya no estoy tan seguro.

También leí o escuché cosas sobre la existencia de animales antediluvianos que vivieron en tiempos remotos y que ahora descubren aquí o allá, lo mismo que huesos de homínidos, que dicen que fueron nuestros remotos antepasados y descendíamos del mono. Estas cosas no me las creí ni me las creo, lo haya dicho quien lo haya dicho. De los dinosaurios hay esqueletos que me sacan de dudas: existieron sí, pero ¿por qué desaparecieron? Demasiadas explicaciones que me dejan cada vez más dudas.

Hoy parece que hay que creer en el calentamiento global antropogénico bajo pena de excomunión de los progres, pero tampoco me convencen las razones que publicitan ya que con este argumento pueden recortar nuestros derechos. Si fuera al revés y avanzáramos hacia un enfriamiento ¿Qué nos pedirían?

Me pregunto si avanzamos a retrocedemos. Durante un tiempo creí firmemente que todo iba a mejor. Hoy cuando veo los “botellones” las borracheras, los enfrentamientos con la policía con quema de contenedores y lanzamiento de adoquines y la moda de los pantalones rotos, creo que retrocedemos.

Pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor admito que es pura ilusión. Sigo confiando más en la Biblia que en estas fábulas que hoy nos cuentan los que promueven el gran reinicio.

Comprendo que la Iglesia no está hoy en su mejor momento, pero ¿cuál ha sido ese mejor momento? Predicar el perdón de las ofensas y buscar el reino de Dios y su justicia nunca fue fácil. Amar a nuestros enemigos y rezar por los que nos persiguen y maldicen parece que solo está al alcance de los santos, como San Francisco de Asís, cuya fiesta se celebra este día en el que estoy escribiendo, pero si ellos pudieron también nosotros podremos.

Nuestra santa de Ávila, Santa Teresa de Jesús, pudo hacerlo y nos dejó dicho que nada te turbe, ni nada te espante, que sólo Dios basta y la paciencia todo lo alcanza.

Alguien me ha hecho notar que no hay ningún Papa santo desde San Celestino V (1294) hasta San Pío X (1914). Ahora que se critica tanto a los últimos papas, no podemos olvidar que la santidad de la Iglesia tiene su origen en Cristo y no en la de sus representantes, siempre humanos y siempre limitados.

La Biblia es el manantial de la esperanza que no defrauda. Dios siempre presente entre los hombres invitándonos a gozar para siempre en su reino de verdad y de vida, de santidad y de gracia, de justicia, de paz y de amor. El último de sus libros, el Apocalipsis, aunque pueda parecer algo terrorífico, es el anuncio del triunfo final de toda la creación, donde ya no habrá más tiempo sino el infinito goce de la presencia de Dios.

Con esta esperanza vale la pena vivir sin dejarnos enredar en las trampas diabólicas que a cada paso nos ofrecen los secuaces de los demonios, los que hacen sufrir a los hombres sin descanso.

Francisco Rodríguez Barragán

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