sábado, 21 de mayo de 2016

Europa en el discurso del Papa con motivo del premio Carlomagno



No deja de ser curioso que una Europa cada vez más problemática y descristianizada ofrezca el premio Carlomagno al Papa Francisco. He leído y releído el discurso del Papa y se me ocurren algunas observaciones, dentro del mayor respeto..
Habla el Papa de la creatividad, el ingenio y la capacidad de levantarse que forman parte del alma de Europa y después de tantos enfrentamientos y crueles guerras ha sido una novedad el acuerdo de los pocos países que buscaron resurgir de las cenizas y buscar acuerdo para el bien común.
Señala también el Papa que esta Europa cada vez más amplia parece sentir menos suyos los muros de la casa común, seguramente por haberse apartado del proyecto de los padres fundadores, somos más países pero no está nada claro que busquen el bien común sino los propios intereses. Dice el Papa que está convencido de que la resignación y el cansancio no pertenecen al alma de Europa.
A continuación recuerda Francisco de que en el Parlamento Europeo dijo que crecía la impresión generalizada de encontrarnos con una Europa cansada y envejecida, incapaz de generar nuevos dinamismos en la sociedad, lo cual comparto.
Trata el Papa de levantar la moral de Europa recordando a los padres fundadores, mensajeros de esperanza, que invitaron a todos a un trabajo constructivo de paciente y amplia cooperación y trata de conseguir una transfusión de memoria, capaz de actualizar la idea de Europa con capacidad de integrar en ella a las gentes que ahora la poblamos.
Tengo mis dudas de que sea posible, aquí y ahora, conseguir una identidad europea dinámica y multicultural. Desde luego el camino que hemos emprendido me parece absolutamente equivocado. Para integrar a gentes de otras religiones no se nos ha ocurrido mayor disparate que abandonar nuestras raíces cristianas. Esto no lo dice el Papa, lo digo humildemente yo.
La capacidad de diálogo que evoca el Papa como constitutivo del alma europea no me convence. De hecho el mundo musulmán me parece impermeable a nuestras ideas. El mundo romano y el mundo bizantino pueden entenderse pero el mundo musulmán me parece difícil, aunque haya llegado un musulmán a Alcalde de Londres  Nada me alegraría más que tener que cambiar de opinión sobre esto.
Otra capacidad que invoca Francisco es la de generar que se produce cuando todos resultan implicados en una tarea común, especialmente  la juventud. Dice el Papa que ha reflexionado sobre ello preguntándose la forma en que podemos hacer partícipes a los jóvenes “cuando les privamos del trabajo”, de empleo digno que les permita desarrollarse. Se pregunta también sobre la dificultad de reconocerles protagonistas cuando los índices de desempleo y subempleo de millones de jóvenes van en aumento.
Dice que esto requiere la búsqueda de nuevos modelos económicos más inclusivos y equitativos. Pasar de una economía líquida, que tiende a favorecer la corrupción como medio de obtener beneficios a una economía social que invierta en las personas, pero desgraciadamente no dice cómo hacerlo.
Termina su discurso soñando con una Europa joven, soñando que se hace cargo del niño y que socorre el pobre que viene buscando acogida, soñando con que los jóvenes pueden casarse y formar una familia…
Creo que es fácil compartir el sueño de Francisco, pero ¿Cómo hacer realidad estos sueños?
Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

Distraídos con las elecciones España se muere de vieja



Mientras nos distraemos esperando las nuevas elecciones, de incierto resultado para conseguir un gobierno capaz de gobernar, observamos los esfuerzos de unos y otros por conseguir que España caiga rendida en sus brazos pero sin darse cuenta de que la España en disputa es una país en estado comatoso que se desliza cada vez más rápido por la pendiente de un envejecimiento imparable.
El Instituto de Política Familiar ha publicado el análisis clínico de nuestra lamentable situación que ningún político parece tener en cuenta. Se repite una vez más la acertada observación de que los malos políticos solo piensan en las próximas elecciones y los verdaderos estadistas en las próximas generaciones.
Pero esas próximas generaciones quizás no sean ya de españoles sino de otros pueblos que van progresivamente ocupando nuestros barrios, nuestros pueblos, nuestras ciudades y no solo en España sino en toda Europa.
Roma consiguió un imperio enorme, mucho más grande que la Unión Europea, pero se quedó sin romanos para defenderlo, la corrupción, las costumbres libertinas, los recién nacidos arrojados a las cloacas, los circos y las carreras como diversión permanente, produjeron el colapso de aquella civilización de la que nos decimos continuadores y lo somos para lo bueno y lo malo.
Los pueblos bárbaros, “los que balbuceaban el latín o el griego”, que fueron contratados como soldados ocuparon el imperio de Occidente. El Islam, a continuación atacó al imperio bizantino y a través del norte de África llegó hasta el corazón de Europa, donde fueron frenados por Carlos Martel y resistió ocho siglos en España.
Pero el pasado apenas si le importa a nadie, no hay ninguna transfusión de memoria, como dijo en Papa al recibir el premio Carlomagno. Distraídos con el multiculturalismo hemos creído que los problemas pueden resolverse olvidando nuestras raíces cristianas para hundirnos en el relativismo de que todo es lo mismo. No viviremos para comprender nuestra equivocación.
Quizás nadie se alarme, pero las cifras que ofrece el Instituto de Política Familiar, entre otras, son que cada día se pierden 49 jóvenes menos de 15 años, es decir disminuye el número de personas jóvenes, mientras que el número de personas mayores de 65 años crece hasta 216, siendo, nada menos, que 222 las mayores de 80 años.
Cada día se producen en España 1.082 defunciones pero solo 1.171 nacimientos y 260 abortos, de los que 28 son de adolescentes. De los 1.171 nacimientos diarios 673 son nacimientos matrimoniales y 498 son extramatrimoniales.
Llevamos tres años en que la población va disminuyendo. Serían necesarios 719 nacimientos más cada día para asegurar el reemplazo generacional. A ver, ¿cómo podrá sostenerse la Seguridad Social?.
Cada día se producen 445 matrimonios de los que son civiles 295. Cada día también se producen 290 rupturas  que afectan a 267 hijos, de los cuales 232 son menores de edad. La tasa de rupturas familiares en España es superior a la media europea. Por cada 10 matrimonios hay 7 rupturas ¿quién se preocupa de la estabilidad de la familia como elemento básico de la sociedad?
¿Reciben las familias alguna ayuda del Estado? ¿Hay algún partido que le preocupen estos datos?
Francisco Rodríguez Barragán
Publicado en



Demasiadas leyes para poder vivir en libertad



Creo que fue Kant, entre otros, quien dijo que el hombre es libre si sólo tiene que obedecer a las leyes y no a las personas y nuestra Constitución proclama en el título I los derechos y deberes fundamentales de los españoles y el imperio de la ley.
Pero el problema surge cuando el poder legislativo se dedica a promulgar constantemente leyes, que estima legitimas por haber sido formalmente aprobadas por el parlamento, pero que van reduciendo el ámbito de libertad personal e imponiendo requisitos y obligaciones innumerables y también, y es lo más grave, decidiendo acerca del bien y el mal, lo bueno y lo malo e incluso la forma en que debemos hablar.
Todo ello multiplicado por diecisiete, que son los parlamentos autonómicos, que también dictan leyes de todo tipo, desde obligaciones fiscales a las imposiciones de la ideología de género o el reconocimiento del derecho de los niños a la elección de sexo.
La democracia, en la que confiábamos para facilitar la convivencia y desarrollo de los españoles, se ha convertido en un mantra que justifica cualquier cosa, si consigue los votos suficientes de los parlamentarios, dando como resultado una división permanente, que nos llevará al enfrentamiento entre los españoles, en lugar de la concordia y el compromiso.
La próxima repetición de las pasadas elecciones, sin ninguna garantía de que su resultado resuelva el problema, pone de manifiesto que nuestra ley electoral no tuvo en cuenta todos las situaciones posibles ni sus soluciones. Bien que mal, hemos ido saliendo estos cuarenta años, unas veces por conseguir un partido la mayoría absoluta como por tener a mano el voto de los nacionalistas, que a cambio de sustancioso privilegios, han venido actuando como partidos bisagra.
Ahora, cuando aparecen enfrentados a cara de perro los partidos antiguos y nuevos es bastante difícil conseguir una nueva ley electoral, pues cada uno actuará pensando en su interés partidario y no en el interés de España.
La maraña de leyes en la que vivimos, tiene su origen en el título octavo de la Constitución que fue pensado para contentar a los nacionalistas pero en lugar de ello les ha abierto más el apetito de independencia.  El resto de las regiones españolas, por la manía enfermiza de no ser menos, y aquello del café para todos, que dijo Suarez, cuando vulneró la Constitución en el caso andaluz, se ha convertido en un mosaico de taifas económicamente insostenibles que han provocado la crisis al gastar más de lo que se recauda, sin que ningún gobierno central tenga la fuerza necesaria para someter a todos a la necesaria disciplina.
Por si no tuviéramos pocas leyes que obedecer también la Comunidad Europea dicta más normas de obligada cumplimiento y puede complicarnos la vida en cualquier momento.
Pero es prácticamente imposible terminar con el desastre autonómico derogando en su totalidad el famoso título octavo, ya que la enorme cantidad de políticos dispuestos a comer del presupuesto no van a renunciar a ello, aunque los ciudadanos pensemos que no nos han servido de nada ni en orden a la libertad ni en orden al desarrollo.
Y hablando de libertad, el partido populista, horas antes de disolver el parlamento presentó una propuesta de ley para terminar con los medios de comunicación de propiedad privada para que solo existas medios públicos controlados por el gobierno que ellos esperan alcanzar. Tomen nota.
Francisco Rodríguez Barragán
Publicado en:



Cuidado con los medios de comunicación



Con motivo de un encontronazo entre el estrafalario líder del populismo ultraizquierdista y un periodista se ha publicado la postura del señor Iglesias sobre los medios de comunicación. Según su sesudo razonamiento, los medios de comunicación privados no deberían existir, pues están al servicio de los intereses de sus propietarios mientras que lo público estaría al servicio de los ciudadanos.
Resulta curioso que la “nueva política” pretenda resucitar la prensa del Movimiento Nacional de la tan vituperada dictadura y seguramente la censura previa de periódicos, revistas, películas y hasta obras de teatro.
Naturalmente prefiero que existan medios privados donde cada cual pueda elegir lo que considere oportuno, aunque también hay que notar que los gobernantes que, hasta el momento se han turnado en el poder, han manejado a su antojo y posible beneficio la adjudicación de frecuencias y canales tanto de radio como de televisión.
Me refiero, claro está, a las cadenas de propiedad privada que se oyen mayoritariamente, sometidas a la preceptiva autorización administrativa como a la dictadura del famoso share que “regula” la publicidad que mantiene todo el tinglado. Publicidad, por cierto, que repercute en el precio del producto y que pagamos todos los españoles lo mismo que el IVA.
Recuerdo el lema de La Codorniz que decía “donde no hay publicidad resplandece la verdad” y otro lema proclamaba que era “la revista más audaz para el lector más inteligente”. En época de censura previa los que escribían en aquella revista eran gente estupenda y leerlos una gozada: Mihura, Tono, Chumy Chumez, Álvaro de la Iglesia, Kalikatres, la cárcel de papel o los dameros malditos de Conchita Montes. ¡Qué tiempos aquellos!, decimos los viejos que tratábamos de oír la radio Pirenaica, que estaba en Rumanía, para enterarnos de lo que prohibía la censura.
Junto a los medios de audiencia masiva ahora tenemos acceso a páginas de internet de muy variada orientación, con blogs en los que se puede opinar y que cada cual elige según sus preferencias, además contamos con facebook y twiter como medios de intercambio permanente de noticias y opiniones,  aunque ignoro la incidencia de todas estas nuevas herramientas en los medios de comunicación.
Las cadenas de televisión que emiten en abierto no son solo las de propiedad privada, sino las gubernamentales, autonómicas y municipales que viven de los presupuestos. Aunque todas dedican amplios espacios a los problemas políticos a través de entrevistas y tertulias periodísticas, con bastante audiencia en la población, son muchas más las horas dedicadas a entretenimientos, incluso morbosos, con el fin de ganar oyentes.
En cuanto a los diarios de papel pienso que están bastante decaídos y sus tiradas ignoro si aumentan o disminuyen. En muchos casos  creo que sobreviven gracias a las cuentas de publicidad institucional, pues resulta más barato echarles un vistazo en sus ediciones de internet que bajar a buscarlos al kiosco.
Ya es bastante la voracidad de los sucesivos gobiernos por ocuparlo todo con instituciones públicas, sanidad pública, enseñanza pública, universidad pública, pero si llegaran a gobernar los populistas pienso que sería aun peor. Sueñan con tener en sus manos el Boletín Oficial.
La solución a nuestros problemas no pasa por más estado sino por menos estado, pero más eficaz, transparente, económico y sostenible. No podemos pagar tantas administraciones como nos agobian con sus leyes y reglamentos, desde los bandos municipales a las normas de Bruselas.
Francisco Rodríguez Barragán
Publicado en: