Invito a todos a preguntarse ¿después de la pandemia, qué futuro nos espera a los españoles?
Mariano Rajoy no quiso, no supo
o no pudo barrer todo el batiburrillo de leyes y normas que nos impuso el
nefasto Rodríguez Zapatero. Consiguió remontar el desastre económico que dejó a
todos los españoles el infausto personaje de la ceja alzada. Ahora se pasea por
Hispanoamérica, asiduo visitante del tirano Maduro y asistente, no sé para qué,
a las reuniones que celebran los estados americanos más escorados hacia
dictaduras personales.
La moción de censura socialista
que desalojó a Rajoy de la Moncloa no alumbró ninguna idea de convivencia para
todos los españoles sino su división cada vez más profunda. Para mantenerse en
el mando no ha tenido empacho alguno en aliarse con los nacionalistas y
separatistas enemigos declarados de la unidad de España y después de jurar y
perjurar, siempre en falso, que no pactaría con Podemos se abrazó a Pablo
Iglesias en un largo y efusivo abrazo.
La pandemia que se nos coló de
rondón, fue aprovechada por el tándem Sánchez-Iglesias para dictar el estado de
alarma quincenal, renovable todo lo que se pueda para mantenerse en la Moncloa
y observar como puede ser manipulado todo un pueblo por el miedo y la
ineficacia de un gobierno con más ministerios que ninguno anterior.
Algunos piensan que puede
romperse el gobierno de coalición social-comunista aunque no lo creo porque
ambos “líderes” no buscan la revolución como lucha de clases (obreros contra
patronos) sino el Nuevo Orden Mundial (NOM), la globalización.
Solo hablan de luchar contra
“los poderosos” a los que hay que hacer la vida imposible, pero no de los
poderosos de verdad, como el señor Soros que se apresuró a ser el primero que
visitase a Pedro Sánchez en la Moncloa.
En realidad solo están en
contra de los empresarios emprendedores que han triunfado y de todos los que no
piensen como ellos, como es el caso de VOX, donde no veo que militen ricos,
banqueros, ni especuladores.
El descontento de un número
creciente de españoles, pienso que los ha descolocado un tanto, pues en lugar
de aplaudir en los balcones hacen sonar las cacerolas y la unanimidad de los
medios de comunicación a favor del gobierno, que los financia generosamente, puede irse al traste cuando los periodistas vayan comprendiendo que la única
arma de que disponen para sobrevivir es la verdad y si resultan repudiados por
sus oyentes y lectores ¿Dónde irán?
Ahora dicen que hay que unir
fuerzas para la “reconstrucción económica” pero los que el gobierno ha
encargado para ello tienen “poco valor añadido”, salvo que lo que de verdad
pretendan sea la destrucción de todo el tejido productivo en manos de
emprendedores para promover una economía planificada y estatalizada.
La estatalización necesita de
estómagos agradecidos cuyo horizonte sea la obtención vitalicia de una
prestación de mínimo vital y… votar siempre a los que se la concedan.
La pandemia pasará pero lo que
habría que evitar es que continúe este nefasto gobierno por más tiempo.
Francisco Rodríguez Barragán
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