martes, 29 de marzo de 2022

El hombre del tiempo, los científicos y Dios

 

Pienso que mucha gente ignora para qué vive y desperdicia su vida

Las arenas del Sahara llegaron a Granada y todo adquirió un color marrón incluida la nieve de Sierra Nevada. Las calles y las terrazas de las casas quedan desagradablemente sucias y solo queda limpiar temiendo que al siguiente día o al otro vuelva a llovernos este polvo rojizo.

Los meteorólogos de turno nos dan mil explicaciones sobre el fenómeno que, por mi parte, no llego a comprender y solo espero sus avisos respecto al tiempo que hará mañana.

Condenado a ver televisión, ya que cada vez me resulta más difícil caminar, evito siempre que puedo los programas en los que hablan de política y todos dicen más o menos lo mismo, con lo que se nota que el gobierno los subvenciona a todos para que digan lo que a él le interesa.

Busco los que ofrecen relatos sobre antiguas civilizaciones, Egipto o las islas de Pascua, por ejemplo, o los que ofrecen noticias sobre soles, planetas y lejanas galaxias, en los que unos científicos dicen que nuestro universo tiene miles de millones de años y que hay otros muchos universos vivos y otros muertos.

Hubo un tiempo, con programas que recuerdo, en los que llegaban a la tierra Objetos Volantes no Identificados (OVNIS) ocupados por extraterrestres que nos visitaban, en los que nunca creí. Seguramente los que hacían aquellas películas, que llamaban documentales, desistieron de continuarlas por falta de público.

Me interesa la arqueología cuando nos muestra restos humanos o inscripciones en la cueva de Altamira o en Atapuerca. No me convence que los hombres de hoy seamos descendientes de homínidos que existieron en otras edades geológicas, pero creo firmemente en la existencia de un dios creador que quiso transmitir su misericordia creando vida en nuestro planeta y en un universo inmenso y grandioso.

Me parece extraño que los científicos de cualquier especialidad traten de explicarlo todo sin hacer casi nunca referencia a Dios. Si el grandioso universo que nos rodea no lo hemos hecho nosotros ni los hombres que nos precedieron en el tiempo, tendríamos que confesar humildemente que en el origen de todo hay un Dios todopoderoso que un día nos pedirá cuenta de nuestros actos, pues ha sido tan misericordioso que nos dotó de un alma inmortal dotada de memoria, entendimiento y voluntad, como decía el viejo catecismo de Ripalda.

Las potencias del alma son las que hacen posible la libertad de cuyo uso todos habremos de dar cuenta. Si recitamos el salmo número 8 de la Biblia decimos: “Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para darle poder? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad y le diste el mando sobre la obra de tus manos. ¡Oh Dios, qué magnífico es tu nombre en toda la tierra!”

Sería estupendo que cuando escuchamos al hombre del tiempo para saber si mañana lloverá o hará frío o calor, recordemos este salmo y pongamos las cosas en orden: primero que se haga la voluntad de Dios y que los científicos y divulgadores de noticias no pretendan que su ciencia tiene la última palabra.

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20220328Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

 

 

 

 

jueves, 24 de marzo de 2022

Auge y caída de España. La nefasta gestión de los políticos

 


Pienso en España y su historia y siento tristeza por ella.

España ha logrado subsistir a pesar de tantos malos gobernantes como ha sufrido y aunque trato de no ser pesimista, pienso que no deja de tener razón el dicho de que toda situación es susceptible de empeorar.

Los celtas y los iberos nos quedan demasiado lejanos, lo mismo que Aníbal y los cartagineses y a pesar de la derrota numantina llegamos a ser ciudadanos romanos y a hablar el latín, el idioma del imperio dando sabios como Séneca o un emperador como Trajano.

Llegaron los bárbaros del Norte, suevos, vándalos y alanos y después de más guerras y luchas subsiste Hispania, nuestra España, con los visigodos y Santos como San Isidoro y sus hermanos Leandro y Florentina.

Pero no se asienta España con vocación de permanencia. Luchas y disputas abren las puertas a las conquistas musulmanas y caemos bajo su dominio y hasta 1492 no se termina la reconquista con la toma de Granada.

Comienza el glorioso periodo de la España Imperial que descubre América, da la vuelta al mundo y se cubre de gloria, pero no por eso dejan de existir los malos políticos como Antonio Pérez que termina con Don Juan de Austria, el vencedor de Lepanto. Tampoco resultan buenos políticos los reyes de la casa de Austria hasta el incapaz Carlos II, pero España subsiste y mantiene su imperio americano. Son siglos de guerras en Europa y los Países Bajos se pierden para siempre.

Francia impone al primer Borbón, Felipe V, y España comienza a decaer. Habrá un buen rey, Carlos III y un inútil, Carlos IV y será su hijo Fernando VII el que está a punto de hundir a España para siempre por su incompetencia, prisionero de Napoleón.

España se desangra en la guerra frente a Napoleón y a pesar de que en Cádiz se pergeña una novedosa constitución para los españoles de “ambos hemisferios”, los del hemisferio americano observan una España débil y comienzan a fraguarse las independencias americanas en unos casos y en otros se pierden extensos territorios que llegarán a constituir Norteamérica.

El siglo XIX es una colección de malos políticos y guerras intestinas, con una reina mal casada, Isabel II, que concitará el odio de los españoles. Se produce una revolución que llaman, nada menos, que la Gloriosa y el general Prim trae de Italia a Amadeo de Saboya que abandona el cargo, cansado de los políticos españoles.

España apenas subsiste y se inventa una república cantonal, que no puede funcionar y que enfrenta a unas regiones españolas con otras. El general Martínez Campos, trae a Alfonso XII, hijo de Isabel II, que muere joven. Antes de morir ante su esposa, la reina Cristina, y los políticos Cánovas y Sagasta se formula el llamado “Pacto del Pardo” creyendo que sería posible una alternancia de los dos principales partidos. No funcionó.

Se pierden los últimos vestigios del imperio española, Cuba y Filipinas y llega al poder Alfonso XIII, un niño. España tiene que enfrentarse a la guerra de África, el rey encarga el gobierno a un general y luego a otro y cansado de su escasa relevancia abandona España. En el 1931 se proclama la república. Derecha e izquierda se combaten hasta la aguerra civil que gana Franco, que gobierna cuarenta años.

Después de Franco ya todos conocemos la transición y hoy, el político de turno termina con el Sahara Español y ¿quién sabe si con Ceuta y Melilla? Mi visión es pesimista. Cualquier situación puede empeorar.

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en:

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20220322Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

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miércoles, 16 de marzo de 2022

Leer de nuevo a Platón y admirar a Sócrates

 


Me alegro de conservar libros viejos para leerlos otra vez y huir de los telediarios.

En esta barahúnda constante en la que todos combaten a todos, en la que todos dicen verdades y mentiras respecto a la política tanto nacional como internacional, ¿cómo podré orientarme?

Hastiado de tanto telediario teledirigido desde el gobierno o al servicio de unos pocos adinerados, opté por refugiarme en la lectura de los diálogos de Platón y poner atención a la Apología de Sócrates, incansable buscador de la verdad y condenado por ello a beber la cicuta, veneno que no rechazó tomar para ser consecuente con su postura de ciudadano comprometido con los atenienses que él trataba de educar y no de corromper a la juventud, como fue acusado.

En las frecuentes disputas que se entablaban en la plaza pública de Atenas Sócrates conseguía dejar en ridículo a los sofistas y su relativismo moral, mientras defendía que la virtud consiste en el conocimiento del bien, para lo que es imprescindible conocerse a sí mismo.

Mientras que la mayoría, antes y ahora, busca en primer lugar lo que los beneficia, Sócrates buscaba siempre la verdad. Vivir en la verdad no es fácil y si demuestras que otros están en el error, error que defienden en la medida que los favorece, es seguro que buscarán la ruina de Sócrates y le denunciarán ante el Areópago, tribunal encargado de resolver los problemas entre los ciudadanos.

La acusación que presentaron fue que corrompía a la juventud y no creía en los dioses de la ciudad, precisamente cuando lo que trataba era de educarlos en la búsqueda de la verdad.

Pero la verdad siempre es peligrosa y quienes mandan parecen más interesados en entretenerlos con juegos y deportes y hasta con ideas libertinas y corruptoras que en impartirles una exigente educación moral.

Ante el tribunal Sócrates interroga hábilmente a sus acusadores y les echa en cara que si le han visto caer en alguna corrupción podrían haberle advertido directamente. Como además le acusan de no creer en los dioses ni en el sol ni la luna, su acusador cae en ridículo.

Pero Sócrates es consciente de que sus preguntas habían dejado en ridículo a muchos atenienses y así lo confiesa ante sus jueces y añade que en su obrar no hace cálculos interesados, solo se pregunta si es justa o no su acción.

Por una exigua mayoría el tribunal condena a Sócrates y éste responde al tribunal que ya lo esperaba, pero que lo extraño es que sea una exigua mayoría la que lo condene por lo que sus acusadores debían admitir ello como una derrota.

La condena es a muerte, pero el condenado arguye que, si la merece por haber desdeñado fama y honores, llevar una vida tranquila y desdeñar lo que la mayor parte de los hombres desean sobre todas las cosas, o sea la fortuna, los intereses privados, en cambio, él ha querido persuadir a sus conciudadanos de que se ocupasen menos de lo que les pertenece que de ellos mismos, con objeto de que se volviesen mejores y tan razonables como fuese posible, lo que merecería una buena recompensa para quien, como él, ha empleado su tiempo en exhortar a sus conciudadanos a ser justos.

Sócrates aceptará la muerte, no buscará escapar de la ciudad y beberá la cicuta dando el mayor ejemplo de ciudadanía.

No parece que los políticos que cada día vemos en las redes sociales se acerquen, ni de lejos, a Sócrates. Claro que hoy se enseñan otras cosas.

Francisco Rodríguez Barragán

PUBLICADO EN

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20220314Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

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martes, 8 de marzo de 2022

¿Qué necesita hoy nuestro mundo?

 

Vivimos en un mundo en guerra, guerra que puede ampliarse mientras que tengamos bombas para destruirnos unos a otros.

Recuerdo, cuando la segunda guerra mundial, que iba con mi padre a oír el parte de guerra a la barbería del barrio, que era el único sitio donde tenían un aparato de radio. Todas las guerras posteriores las hemos tenido en casa con la radio o la televisión. La guerra actual, la de Ucrania, podemos seguirla continuamente oyendo a los que huyen o a los que luchan del lado ucraniano y a los reporteros de las cadenas de televisión, casi minuto a minuto. Todos van armados del inseparable teléfono móvil.

En aquellos tiempos de la segunda guerra mundial no recuerdo que se hablara de organizar programas de ayuda para combatientes o refugiados, aunque quizás también los hubiera. Hoy junto a los bombardeos se habla de una gran ONG para repartir ropa y alimentos y dar asilo a los que huyen.

No cuadran mucho las bombas que destruyen los edificios y los programas de ayuda. Quizás nos hemos humanizado, al menos los que formamos la Unión Europea, aunque hay demasiadas cosas que no entiendo.

¿Qué pintan los Estados Unidos en todo esto hoy? ¿Para que sirve la ONU? El tratado de la OTAN tiene bombas y soldados ¿a quienes quieren atacar? Seguramente a Rusia, por lo que seguimos en dos bloques enfrentados, como en Yugoeslavia, Afganistán o Vietnam, por ejemplo.

¿Vamos a estar siempre peleando? Andamos presumiendo de modernos, pero nuestra civilización se nos está cayendo a pedazos. He leído en algún lado que “basta una sola generación para que perdamos la cultura de occidente” y es que este occidente nuestro se está destruyendo hasta las raíces al dejarse arrastrar por la corriente de lo políticamente correcto.

Los poderosos que mandan en nuestro mundo quieren que aceptemos que hay varios tipos de familia, que no somos hombre o mujer desde que nacemos, sino que el sexo es algo elegible por catálogo, catálogo que están propagando entre los niños de primaria. También quieren que aceptemos que salvar nuestro planeta está en nuestras manos y no en las de Dios, que sobran mil millones de personas y que el aborto y la eutanasia hay que ponerlas a pleno rendimiento.

Si todo lo que pasa es porque Dios quiere o lo permite, pudiera ser que la gran tribulación de la guerra nos hiciera volver los ojos al cielo y rezar, más ahora que estamos en cuaresma, tiempo de oración y penitencia, en el que hay que prepararse para un renovado tiempo pascual.

Las crisis del mundo son crisis de santos. Cuando se vive la santidad, el amor de Dios, los milagros se multiplican: se hace el bien a los enemigos y se recoge la amistad y el perdón, florecen las virtudes, los matrimonios no se separan y son felices en su fidelidad, la juventud abandona las drogas y practica la castidad, el mundo entero rejuvenece y las guerras se alejan.

Hay que salvar nuestro mundo sin ejércitos ni cañonazos, una tarea a la que invito a unos y otros, confiado en la misericordia de Dios.

Las imágenes que nos sirven cada día los noticiarios sobre la guerra entre Rusia y Ucrania tienen que hacernos reflexionar, para hacernos rezar, para hacernos diferentes y mejores. El demonio, Satanás, no deja de tentarnos para nuestra perdición y la de todo el mundo. Rechacémosle con las mismas palabras de Jesús: Al Señor tu Dios adorarás y a Él solo dará culto. (Del evangelio del domingo primero de cuaresma).

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

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martes, 1 de marzo de 2022

Día de Andalucía y guerra en Ucrania

 


Entre ambas cosas no existe relación, pero en mi pobre caletre son simultaneas.

Hoy se celebra el Día de Andalucía, cuando me pongo a escribir mi modesto articulillo semanal. Confesaré que desde que comenzó a establecerse el estado de las autonomías no me gustó nada. Sospechaba lo que después ocurre: que este invento autonómico ha servido sobre todo para duplicar la administración y sus presupuestos, que todos tenemos que pagar.

Las ventajas de las autonomías han recaído más que en los ciudadanos, en los políticos que han encontrado un campo donde sentirse importantes y cobrando por ello, independientemente de lo que digan los jueces (si es que llegan a terminar las muchas causas abiertas a los prebostes autonómicos que han ocupado el poder)

Creo que también han estimulado los apetitos separatistas de algunas de ellas, aunque no es el caso de Andalucía. Aquí se desempolvó a Blas Infante, un notario, que hizo algunas elucubraciones discutibles. Inventó la bandera blanca y verde y su himno que dice que es la bandera almohade que vuelve tras siglos a traer paz y esperanza a nuestra tierra.

Lo que yo sé de los almohades es que fue una tribu que, en el siglo XII, conquistó Andalucía, que estaba en manos de los almorávides, otros musulmanes que llegaron antes, y fueron derrotados en la batalla de las Navas de Tolosa por los cristianos en el 1212. Nunca he comprendido que pintan estos moros en el himno andaluz. Tampoco siento a Blas Infante como padre de mi patria andaluza, ¿por qué?

Ahora lo que está en primer plano es la guerra de Ucrania sobre la que se dan tantas noticias a través de los medios que solo entendemos y vemos que los rusos bombardean sus ciudades, derriban sus edificios y mueren sus ciudadanos, mientras otros huyen de allí en largas colas.

Creo que el fondo de todo esto lo que está en juego son los interese económicos de las grandes potencias, mientras que ese armatoste de la ONU, que se creó para resolver problemas de enfrentamientos entre las naciones, demuestra una vez más su inutilidad.

También me pregunto si la Unión Europea sirve para algo, aparte de difundir metas globalistas como la ideología de género, el calentamiento global, etc.

La OTAN, que me parece se creó como alianza militar en el año 1949, para la defensa de USA, Canadá y parte de Europa, frente a Rusia, no sé a quien defiende en este momento, ni quien decide sus intervenciones, ¿Será bueno que intervenga o será peor?

Para mayor confusión he oído que “los buenos” son los rusos de Putin y “los malos” parte de los ucranianos que están también divididos entre ellos. Otros dicen lo contrario.

Quizás lo más sensato sea rezar, como pide el Papa, y que sea Dios quien lo arregle. Nosotros no estamos a salvo de este lío que ya nos está haciendo más cara la vida. Alguien me ha mandado un WhatsApp en el que dice que nos puede pasar lo mismo en Ceuta, Melilla y las Canarias. ¡Lo que nos faltaba!

El próximo miércoles empieza la Cuaresma, tiempo de oración y penitencia que no podemos desaprovechar.

Llevamos dos años de pandemia y ¡ahora esto! Solo falta que entre la Rusia de Putin y la China de Xi Jinping se pongan de acuerdo para amargarnos la vida.

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

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