Hay poderosos que se creen por encima del bien y del mal
y pretenden organizar el mundo a su
antojo.
Seguramente están oyendo con
frecuencia en las redes, que el plan de ayudas económicas a los países de la
Unión Europa puede irse al traste por culpa de dos países, Polonia y Hungría,
cuya legislación no se adecua a las normas europeas, pero no dicen claramente cuáles
sean tales normas.
Cada país entró en la UE con su
propia constitución, por lo que tendría que ser en el momento de la adhesión
cuando se señalaran sus dificultades de encaje en el organismo supranacional,
cosa que no ocurrió.
En cualquier caso, la oscura
advertencia a Hungría y Polonia sobre la ayuda económica por la pandemia no
tendría que afectar a los demás, aunque algunos medios lo den así a entender.
La constitución española, si
resulta modificada en el sentido que busca hacerlo el actual gobierno, quizás
significaría un problema ya que estaría borrando o atenuando la división de
poderes al someter el poder judicial al ejecutivo en detrimento de una
auténtica democracia, en cuyo caso entendería que la UE pusiera reparos.
Pero pienso que el caso de
Hungría y Polonia, a las que con toda rapidez tachan de populistas de extrema
derecha, las razones son más bien la resistencia de estos dos países a la
aceptación de la promoción del aborto y de la ideología de género, que
promociona por todos los medios a su alcance la ONU y sus organismos como “cuestiones
indiscutibles para la supervivencia
de la humanidad y la salud del planeta” y forma
de eliminar la influencia cristiana. La Unión Europea ya no sería la
cristiandad sino otra cosa.
Muchas veces me he preguntado
la razón que pudo tener el Sr. Rajoy, al no derogar ni cuestionar las leyes
socialistas, especialmente las que se aprobaron por el gobierno del Sr.
Rodríguez Zapatero, habiendo conseguido el Partido Popular la mayoría absoluta
y llevarlo en su programa.
Las dificultades económicas que
heredó el Sr. Rajoy de la nefasta gestión del Sr. Zapatero, le llevaron a
solicitar la ayuda de la Unión Europea que, sin duda, le exigió conservar las
leyes abortistas y de género del anterior gobierno, en sintonía con los demás
socios europeos.
En Estados Unidos el Sr. Trump
se declaró “pro-vida” y durante su
mandato eliminó cuanto pudo las ayudas a la Organización Mundial de la Salud y
a la central mundial del aborto -Planned Parenthood- que se presentan
engañosamente como promotores de la salud
sexual y reproductiva de la mujer, aunque luego negocie y comercialice los
fetos abortados “enteros o por piezas”. Naturalmente el Sr. Trump tenía que
perder las elecciones ¡como fuera! Y
en esas estamos.
Todo esto forma parte de la
Agenda 2030 del foro de Davos que pretende organizar el mundo de forma globalista.
En este foro están los que de verdad mandan en el mundo, siendo los gobiernos
de las naciones meros ejecutores de sus órdenes y ¡peor para quien no obedezca!
Por mi parte no estoy en
absoluto de acuerdo en que los que se consideran amos del mundo pretendan
manipular mi libertad, ni la de mis conciudadanos.
Francisco Rodríguez
Barragán
Publicado en
http://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez