miércoles, 23 de abril de 2014

Semana Santa: vacaciones y reflexiones



 

Desde hace años la Semana Santa se ha convertido en unas pequeñas vacaciones que se utilizan para hacer turismo, irse a la playa o contemplar los desfiles procesionales que, para algunos serán de penitencia y para los más, tradición, arte o espectáculo.

La dolorosa pasión de Cristo, injustamente condenado y ajusticiado, no llega a conmover el corazón de mucha gente, que puede apreciar el valor de la imagen, la riqueza del paso, el número de cofrades con hábito de penitentes o la belleza de los lugares por donde transcurre la procesión.

Hecha reclamo turístico, la Semana Santa pienso que ha quedado muy desvirtuada. Para muchos, todo termina con el desfile del descendimiento o el entierro de Cristo, sin tener en cuenta que lo que confiere todo su valor a la vida, pasión y muerte de Jesús es su resurrección, la alegría de la Pascua.

La noticia de la resurrección de Cristo carece de valor para los que no creen que haya algo más allá de la muerte. Decía San Pablo a los de Corinto que si Cristo no hubiera resucitado vana sería la fe de los cristianos y seguiríamos con nuestros pecados. Pero creemos el testimonio de los que vieron a Jesús resucitado y fueron capaces de dar su vida por ello.

Si Cristo resucitó significa que era más que un hombre, que era Dios, que nos salva del mal y del pecado, cuya presencia en el mundo resulta innegable. Su sacrificio es un tesoro de gracia, de perdón y de misericordia para todos los que creen en Él a lo largo de los siglos. Encargó a Pedro y a sus discípulos que fueran a todo el mundo a predicar el evangelio y fundó una Iglesia para conservar íntegro el mensaje, que llega hasta nosotros, aunque muchos no quieran enterarse.

Un perverso fundamentalismo democrático trabaja para instaurar el relativismo, en el que todo vale lo mismo, la libertad para el placer sin freno, la ciencia de la materia como única garantía de la verdad, la reducción de las creencias religiosas al ámbito privado para no molestar a los que no las comparten, la mayoría parlamentaria como la única competente para decidir sobre lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, la verdad y la mentira.

Amar al prójimo como a uno mismo; vivir la templanza, la austeridad, la honradez, como formas imprescindibles para compartir y evitar el hambre y la miseria; el dominio de sí mismo, el respeto por la vida y la integridad de cada persona, la estabilidad de la familia, aceptar las alegrías y las penas de cada día, evitar el mal y buscar siempre el bien, pedir la ayuda de Dios y prepararnos para encontrarnos con Él cuando hayamos de morir. ¿Puede compararse todo esto con lo que nos ofrece el mundo? ¿Por qué hay quienes se oponen a que anunciemos a todos la alegría del evangelio?

No sé si quienes me lean compartirán lo que digo. A quienes lo compartan o no les deseo una feliz Pascua de Resurrección y que Dios los colme de sus gracias.

Francisco Rodríguez Barragán






 

La realidad española en el análisis de FOESSA


Vivimos inmersos en una realidad tan compleja que no llegamos a comprender en su totalidad cómo funciona. Las explicaciones que se nos ofrecen están a menudo teñidas de intereses partidarios. Para unos las cosas están mejorando, para otros las cosas van a peor dependiendo de su adscripción política y para el común de las personas las cosas irán bien o mal según su propia situación de suficiencia o insuficiencia de recursos.

La Fundación Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada FOESSA ha publicado  su Análisis y Perspectivas 2014 con el título Precariedad y Cohesión Social. Lo que desarrolla este Análisis no será compartido por todos, pero esta Fundación que cumple 50 años de vida, ha sido siempre rigurosa y clara en sus informes.

Desde el editorial con el que abre su primera página que titula: Pobreza creciente, derechos menguantes y el subtitulo: La fractura social se amplia, ya podemos imaginar donde pone el acento este Análisis y Perspectivas 2014 y como profundiza en el estudio de la realidad española donde las personas que no padecen ningún problema de exclusión social son una estricta minoría mientras las que se encuentran en situación de exclusión se han ampliado y las clases medias decrecen y transitan hacia la exclusión.

Los indicadores sociales muestran que se ha producido una abrupta caída de las rentas de los hogares, más acusada si se tiene en cuenta el crecimiento de los precios. Desde el año 2007 el deterioro de la capacidad adquisitiva ha sido patente y además en el 2010, cuando se acometieron drásticas de recortes, la reducción de la renta ha ido haciéndose mayor cada año, sin que el año 2013 haya supuesto ninguna modificación en términos reales,  a pesar de haberse contenido la caída del PIB.

El crecimiento de los salarios ha sido ridículo o no se ha producido y en el caso de los empleados públicos lo que se ha producido es una diminución importante de sus remuneraciones. El empeoramiento del bienestar de los españoles ha agudizado las diferencias de renta entre los hogares. El creciente incremento de la desigualdad, a pesar de todas las medidas, nos alerta de que puede convertirse en crónico. La relación entre la renta que acumula el 20% más rico y el 20% más pobre ha crecido más del 30% desde el 2007.

Según la Encuesta de Condiciones de Vida desde 2007 el grupo de renta baja habría pasado de concentrar el 32% al 40% de la población, el grupo de renta media habría disminuido del 60 al 52%, mientras que el más rico no habría sufrido prácticamente ninguna modificación.

Se consideran pobres a quienes tienen un nivel de ingresos inferior al 60% de la mediana de renta por adulto, lo cual arroja que más del 22% de la población se encuentra bajo el umbral de la pobreza y cuando el nivel de ingresos es inferior al 30% se habla de pobreza severa, lo que afecta al menos al 7%.

Los hogares que no reciben remuneraciones del trabajo, prestaciones de desempleo o de la Seguridad Social no han parado de aumentar, pues se ha pasado  de 300.000 a mediados del 2007 a casi 700.000 a finales de 2013. Es absolutamente insuficiente para paliar la pobreza la ayuda que están ofreciendo las diversas administraciones para garantizar un mínimo de ingresos. El valor de la familia como elemento de solidaridad resulta bastante apreciable.

Hay muchas otras cuestiones que valdría la pena comentar y que, si es posible, comentaré en sucesivos artículos, cuyo objetivo consiste animar a mis lectores a que lean directamente el Análisis de FOESSA.

Francisco Rodríguez Barragán





 

Educación y Exclusión, según el análisis de FOESSA



El análisis de FOESSA nos dice que el acceso a un nivel educativo alto es una buena medida preventiva de la exclusión social, pues las diferencias más destacadas entre unos tipos de hogares y otros se dan justamente según el nivel de estudios del sustentador principal, pues hay cuatro veces más proporción de excluidos en las personas analfabetas que en las universitarias y todos los grupos que no consiguen un nivel educativo superior a la secundaria obligatoria, tienen tasas de exclusión superiores a la media y suponen 2/3 del espacio social de exclusión.

En la cuestión educativa los datos que pueden consultarse fácilmente nos hablan de un importante abandono temprano de los estudios, cuando acabados con éxito los ciclos de educación obligatoria se desiste de continuar el esfuerzo a ciclos superiores. También hay un importante abandono escolar, cuando no se llega siquiera a completar los ciclos obligatorios. Las causas de estos abandonos están sin duda en la situación familiar, pues los hogares víctimas de la exclusión tienen menores posibilidades de superarlos.

Ya que tocamos el tema educativo no está de más meditar sobre los malos resultados de los informes PISA que se reiteran una y otra vez, lo que indica graves deficiencias en los planes educativos y en la transmisión del saber del profesorado al alumnado.

Advierte el análisis de FOESSA que la pobreza y la exclusión social no son cosas de la crisis, pues antes de ella, en el informe del año 2007 se mostraba una sociedad muy marcada por la precariedad, en la que amplios sectores de la población, más de la mitad, se veían afectados en distinta manera por problemas económicos, políticos, de acceso a la vivienda, la educación o la salud. En el extremo de estos grupos, uno de cada 20 hogares resultaba afectado por intensos procesos de exclusión.

El impacto de desempleo en el espacio social de la exclusión no se entiende solo en términos de extensión relativa, sino en términos de intensidad, pues el 37% de los hogares encabezados por un desempleado están en situación de exclusión severa, quince puntos más que en el año 2007. En las situaciones de exclusión severa, es decir con ingresos inferiores al 30% de la media, los hogares encabezados por una persona desempleada son tres veces más que en el año 2007.

Profundiza el análisis que comentamos en el hecho de que España carece de un sistema de renta mínimas homologables al que existe en la mayor parte de los 15 países más avanzados de Europa. Junto a la ausencia de un sólido sistema de prestaciones familiares, la mayor parte de las  CC.AA. carecen de un verdadero sistema de rentas mínimas. De una política efectiva de rentas de inserción apenas se habla ni funciona, por lo que precisa de una reforma sustancial. Las deducciones familiares del Impuesto sobre la Renta de las Personas físicas opera cuando tales personas tienen rentas, pero si no las tienen o son insuficientes, el afectado no recibe  nada.

Hay otro capítulo que trataré de comentar en otro artículo: el que se pregunta cómo hemos llegado hasta aquí y los orígenes del endeudamiento.

Nuevamente advierto que mis pobres comentarios no hacen justicia a la riqueza del documento que les invito a leer directamente.

Francisco Rodríguez Barragán






 

 

martes, 1 de abril de 2014

La ONU contra la Iglesia Católica



Un comité de la ONU, después de interrogar a la Iglesia durante ocho horas el mes pasado, publicó el día 3 de este mes su recomendación a la Iglesia Católica de que deje a los niños tener relaciones sexuales y que cambie sus enseñanzas sobre la anticoncepción, ordenándole que modifique sus enseñanzas sobre el aborto, permitiendo incluso el aborto de las menores, culpándole además de la violencia contra los homosexuales.

Este es uno más de los ataques de la ONU, y la maraña de sus comités, a la Iglesia Católica. Una agrupación muy activa a favor del aborto que curiosamente se denomina Católicas por el derecho a decidir ─Catholics for Choise─ ha relanzado su campaña mundial para echar al Vaticano de la Asamblea General de la ONU, reduciéndola a una simple ONG. La Iglesia es el obstáculo para el mundo que sueñan estos iluminados.

El comité antes citado también informó de que un delegado de Noruega se queja habitualmente en reuniones de la ONU, de que la Santa Sede tenga un lugar en la mesa. Si la Iglesia no estuviera presente allí el aborto sería declarado más fácilmente un derecho humano en sus documentos y la familia sería redefinida de acuerdo con la ideología de género y el proyecto de nueva ética mundial, que los llamados expertos poco a poco van introduciendo a través de la manipulación del lenguaje que llama, por ejemplo, salud sexual y reproductiva a la anticoncepción y el aborto.

Estos expertos, sostenidos generosamente por determinadas  industrias farmacéuticas, presentes en los entresijos de esa mastodóntica organización, han conseguido supeditar las ayudas a determinados países a que reduzcan su población por todos los medios, pues consideran como su deber aligerar de personas al planeta.

La organización Planned Parenthood –planificación familiar- que ha sido recientemente alabada y bendecida por Obama, es la más influyente en el trabajo de conseguir que todos los estados legalicen y faciliten los anticonceptivos, incluido el aborto,  y las uniones homosexuales, como medios de reducir la población.

Frente a las poderosas acciones de presión y manipulación que tienen lugar en la ONU, solo la Santa Sede resiste, aunque su resistencia es cada vez más difícil en un mundo cada vez más paganizado.

El Instituto de Familia Católica y Derechos Humanos ─Catholic Family & Human Rights Institute─, que nos facilita estas noticias, ha conseguido el 31 de enero pasado, después de 16 años de lucha, que se le otorgue el rango de carácter consultivo especial que le permite el acceso al sistema de la ONU como agrupación no gubernamental, incluso a las conferencias donde se negocian documentos.

Este Instituto facilita a través de su página Friday Fax información de los avatares que se producen en la ONU respecto a las cuestiones relativas a la vida y  la familia y a las tensiones entre los llamados expertos y los representantes de los países.

No sé si la ONU ayuda a resolver los problemas económicos y militares en este mundo globalizado, pero lo que hace con bastante eficacia es manipular, desde sus conferencias y sus expertos, para conseguir que los estados miembros vayan legislando de acuerdo con sus ideologías: ecologismo, reducción de la población, calentamiento global, biodiversidad, libertad sexual y sexualidad a la carta, eliminación de la moral de cualquier religión, etc.

Creo que debemos prestar más atención a lo que se cuece en la ONU porque sus ideas y consignas terminan aplicándolas  los gobernantes.

Francisco Rodríguez Barragán

 







 

 

 

La crisis, los políticos, los partidos y los ciudadanos.

 

Estamos sufriendo una situación de crisis que se prolonga ya varios años y que durará otros más, a pesar de las tibias esperanzas que ofrece el gobierno, utilizando indicadores económicos que los ciudadanos no podemos comprender ni comprobar, solo creerlas o no.

No se me alcanza que en Bruselas decidan sobre nuestro destino una serie de personas que no conocemos pero que urgen reformas que a todos nos afectan. Reformas laborales, subidas de impuestos, normas de obligado cumplimiento en política agraria, política inmigratoria, carburantes, energía, etc. Creo que lo único que buscan es que quienes prestaron dinero a España lo recuperen.

Trenes de alta velocidad, metropolitanos, aeropuertos, polideportivos y teatros en cada pueblo y tantos otras cosas que se abordaron sin el más mínimo estudio de rentabilidad ni de sostenibilidad, con dinero prestado que hay que  devolver, pues ninguna administración contaba con presupuesto propio para hacerlo.

La misma falta de previsión de nuestras onerosas administraciones, les ocurrió a los particulares que compraron ladrillo sin dinero. Al parecer nadie sospechó la estafa de aceptar un crédito cuyo importe era superior al valor del bien hipotecado, bien que ahora no vale ni la mitad pero la deuda no se ha reducido sino que ha aumentado y como nuestras leyes establecen que los deudores responden de las deudas contraídas con sus bienes presentes y futuros, serán perseguidos con embargos de sueldos y salarios por muchos años.

Pero mientras el ciudadano se amarga la vida buscando como quitar la trampa, las trampas de las administraciones las cubren con emisiones de deuda que habremos de pagar, a través de impuestos, durante varias generaciones.

Gobierno y oposición discuten  y se acusan mutuamente de la situación y como les interesa más el poder que el bien común no hay forma de que aúnen sus esfuerzos para resolver los problemas. Si el gobierno tropieza con una dificultad la oposición se frota las manos y se lanza en tromba para deslegitimarlo y si es la oposición la que tiene problemas el gobierno sin duda se alegra.

Aquí nadie piensa en el bien de los españoles sino en las próximas elecciones y como tenemos elecciones variadas, siempre estamos en campaña de prometer esto o aquello, aunque luego todo se quede en nada.

La inquina que manifiestan los políticos de cada partido frente a los demás, está llegando a la calle de forma cada vez más agudizada. Las variopintas tertulias de los medios de comunicación, no son en absoluto lugares de diálogo en busca de soluciones, todos gritan, nadie escucha y los espectadores ya saben de antemano lo que cada uno va a defender. 

Cada día nos cruzamos con alguna protesta callejera en la que desfilan colectivos que enarbolan pancartas, arman ruido y dificultan el tráfico. Todos se creen cargados de razón y ejercen su derecho constitucional a manifestarse pero deberían ser los políticos a quienes votaron los que acogieran y gestionaran los problemas de los ciudadanos a quienes dicen representar, pero nuestra democracia no funciona así. Creo que pocos recuerdan al político a quien votaron en las generales, autonómicas, locales o europeas, solo recuerdan al partido y los elegidos representan a su partido y no a sus votantes.

Francisco Rodríguez Barragán





 

¿Colonizar otro planeta o buscar el reino de Dios?


Leo que el científico  británico Hawking augura la extinción del ser humano en los próximos cien años si no se decide a colonizar otros planetas. Los argumentos no me resultan muy originales ya que habla de la amenaza de una población cada vez mayor que no podrá soportar nuestro planeta y el agotamiento de unos recursos finitos. Nada nuevo pues la profecía de Malthus que anunciaba, muy serio, que al crecer la población a mayor ritmo que los alimentos nos moriríamos de hambre.

Algo por el estilo  repitió en 1968 el entomólogo Paul R. Erlich con su libro La bomba demográfica que anunciaba la catástrofe para los años 70 del pasado siglo, pero a la vista está que hemos sobrevivido, aunque sigue clamando que tener más de dos hijos es una irresponsabilidad, porque es necesario disminuir la población del planeta para poder sobrevivir.

Aunque la producción de alimentos no ha cesado de aumentar gracias al ingenio humano, hay muchos neomalthusianos empeñados en limitar la natalidad por todos los medios. Los recursos de nuestro planeta no son escasos sino mal distribuidos. No es ningún secreto que se destruyen enormes cantidades de alimentos para mantener los precios. La mano invisible de la oferta y la demanda en el mercado no parece que funcione. La verdadera mano invisible es la exigua minoría que domina la economía mundial en su propio beneficio, mientras que desde los altos organismos internacionales se impulsa el trabajo sucio de la anticoncepción, incluido el aborto, para “salvar el planeta”. Oí decir a un profesor, de cuyo nombre no quiero acordarme, que el hombre es una especie de cáncer que le ha salido a la tierra con su crecimiento salvaje.

Lo que resulta novedoso de Hawking es la idea de colonizar otros planetas, aunque hay quien dice que la NASA lleva años estudiando el asunto. Mientras llega, si es que llega, tal colonización, lo que se está produciendo en el mundo es un grave envejecimiento y debilitamiento de lo que llamamos civilización occidental mientras que otros pueblos toman el relevo y nos van invadiendo lentamente.

Los cristianos esperamos la llegada, al final de los tiempos, de un cielo nuevo y una tierra nueva donde habite la justicia, donde no habrá más hambre ni dolor, donde nadie tendrá que llorar. Este final de los tiempos no sabemos cuándo llegará aunque Cristo nos dijo que estuviéramos preparados y vigilantes, pero nunca se me había ocurrido que el cielo nuevo y la tierra nueva fueran otro planeta y mucho menos que el profeta que lo anunciara fuera Hawking, aunque el asunto puede servir de argumento para alguna película de éxito.

Seguramente que si colonizáramos otro planeta llevaríamos allí todos los problemas de insolidaridad y de injusticia que aquí soportamos. Sugiero que antes de emigrar a otro sitio tratemos de hacer un mundo más justo, más solidario, más humano, donde los niños puedan nacer, donde el odio, la corrupción, el delito, la crueldad, estén proscritos. Un mundo en el que busquemos la verdad, la belleza y la bondad, nos reconozcamos criaturas que hemos recibido la existencia de Dios y que tenemos un destino común: volver a Dios y gozar eternamente de su presencia.

El reino de Dios es posible para el que cree en Jesús y lo sigue.

Francisco Rodríguez Barragán






 

El amor transforma, el odio destruye



En aquellos tiempos de la transición, ya tan lejanos, existía un sentimiento generalizado de reconciliación y de concordia, que se sobreponía a las abundantes manifestaciones de terrorismo, odio y enfrentamiento.

No duró mucho aquella primavera que impulsó Adolfo Suárez, aunque lo suficiente para conseguir una constitución aceptada por amplia mayoría de los españoles y la elaboración de los  pactos de la Moncloa, conseguidos por la franca colaboración de todos los agentes económicos y sociales y la eficaz moderación del profesor Fuentes Quintana.

Los adversarios de Suárez, de todos los colores, consiguieron derrocarlo utilizando todos los medios a su alcance, desde la crítica despiadada hasta al golpe de estado y comenzó el rodaje de la democracia, que ha sido sobre todo una encarnizada lucha por el poder entre izquierda y derecha, donde han abundado más los enfrentamientos que los consensos y ha terminado por esfumarse el perfume de la concordia.

La entrada en Europa, las ayudas que se consiguieron y la realización de obras faraónicas: Expo, V Centenario, Olimpiadas, Ave y Autopistas, nos entretuvieron ilusionados, el estado de bienestar funcionaba y la burbuja inmobiliaria empezó a crecer, con trabajo para todos los de aquí y los de fueras, hasta que todo se vino abajo y puso al descubierto la corrupción y el despilfarro de unos y otros, de todos.

España pasó de ser un ejemplo para el mundo por su transición desde un régimen autoritario a otro democrático y su espectacular crecimiento económico, al bochorno de ser un país endeudado hasta las cejas que ha de someterse a las exigencias de los organismos de Bruselas.

Acostumbrados a vivir con desahogo y a disfrutar de prestaciones sociales crecientes llevamos mal el paro, por supuesto, y los recortes de prestaciones que todos creían derechos consolidados para siempre. Para protestar por todo ello, una parte de los españoles se lanzan a la calle para echar las culpas al gobierno y estas protestas se van haciendo cada vez más ácidas y corrosivas. Ni la oposición ni los que protestan aportan soluciones para salir de la situación sino que la deterioran por momentos.

Si en los tiempos de la transición había un sentimiento de reconciliación y concordia, ahora lo que se respira por todos lados es el odio radical al contrario. En este caldo de cultivo no es extraño que grupos extremistas desencadenen la violencia con la vieja idea revolucionaria de: cuanto peor, mejor. Nada de buscar soluciones sino destruir y arrasar pensando que, una vez arrasado todo, surgirá un mundo maravilloso.

Como la primera premisa política de los partidos es que todo lo que sea malo para el contrario nos beneficia, es lógico que la oposición no condene sino que se alegre de las dificultades del gobierno.

Pero el odio es terriblemente contagioso. Los que se sienten odiados responden también con odio en una espiral sin fin. Aquello que Kipling decía a su hijo para ser un hombre: si sintiéndote odiado, sin odiar a tu vez, puedes luchar y defenderte, pocos lo habrán leído ni seguido.

Los cristianos con fe saben que el amor es más fuerte que el odio y tienen el deber de amar a sus enemigos y amar es buscar activamente el bien de quien se ama. ¿Habrá cristianos con fe que sean capaces de poner amor donde hay odio, como decía Francisco de Asís, y hacer una España mejor?

Francisco Rodríguez Barragán