martes, 25 de enero de 2022

¿Estamos siendo manipulados a través de los medios de comunicación?

 

No hay duda de que determinadas personas con poder deciden lo que deben ofrecernos las cadenas de televisión.

Cuando yo era joven se decía que los periódicos solo publicaban lo que les decía la Secretaría General del Movimiento ya que estábamos en un estado totalitario. Hoy después de andar presumiendo de democracia y libertades públicas, todos los canales de televisión publican las mismas cosas a todas horas, incluso con el mismo formato.

Luego uno se entera de que las cadenas de televisión tienen unos propietarios, capitalistas que estiman de su interés llevarse a bien con el gobierno y en buena medida están a su servicio.

Los políticos que mandan parece que tienen claro que lo importante es entretener al personal, ya sea con el volcán de La Palma, el permanente desfile de números de contagiados, vacunados, hospitalizados o en UCI. No sé si se afligen o se alegran de una nueva ola de pandemia, pues mientras tememos ser víctimas de contagio, no nos cuentan nada de cómo se reparten los dineros de los impuestos ni los que se reciben de Europa.

Por mi parte he dejado de creer en resultados de encuestas ni en datos del CIS y sus barómetros pues la selección misma de las cuestiones que se preguntan a la gente, pone de manifiesto lo que de antemano se pretende demostrar.

De la cuestión de los “papeles de Bárcenas”, que tanto ruido dieron o los trajes del expresidente Camps no sabemos gran cosa ni siquiera si han terminado definitivamente. Del referéndum catalán ni te cuento y las andanzas del Sr. Puigdemont parecen haber dejado de tener interés.

Que el Rey Juan Carlos, hoy rey emérito, esté en Abu Dabi y sus líos de faldas han sido un buen filón de chismes para entretener al público y antes de que la gente se aburra con si vuelve o no, o donde terminará viviendo, nuestros astutos reporteros ya han encontrado al Sr. Urdangarin para seguir la matraca.

Como ciudadano de a pie estoy bastante harto de que pretendan entretenernos con todas estas cosas y se ignoren otras que pueden demostrar la corrupción de la clase política, por ejemplo, de la andaluza, la valenciana, la aragonesa… y todas las demás.

Los que llegaron, puño en alto, socialistas y comunistas, para reformar España pronto se desinflaron, aunque los telediarios no nos hayan ofrecido comentarios ni imágenes de sus patrañas ni de las investigaciones que realiza la policía y sus resultados demostrativos de corrupción, mucha corrupción.

Las organizaciones sindicales importantes, como están subvencionadas por el gobierno y no con las cuotas de sus afiliados, también consiguen evitar que los medios de comunicación nos den a conocer sus desmanes.

Los graves problemas que padecemos por nuestro sometimiento a las consignas de la Unión Europea por encima de nuestros propios intereses, tampoco se analizan ni se discuten, aunque allí se esté cociendo la famosa Agenda que nos impondrá la lucha contra el cambio climático (aunque sea un cuento) pero que por lo pronto nos ha encarecido la electricidad y los carburantes o lleve a nuestras fuerzas armadas a Ucrania a no sabemos bien qué.

No he oído en ningún programa televisivo el planteamiento de una pregunta tan obvia como ¿para qué sirve la ONU o la OMS? Ni los beneficios de las ideas progresistas sobre el control de nacimientos, la destrucción de la familia, el consumo de drogas o la eutanasia.

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20220124Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

 

 

martes, 18 de enero de 2022

ADICCIONES Y TELEVISIONES

 


Al parecer solo existen las cosas que aparecen en los telediarios entre las que no se cuentan las adiciones al juego ni a la droga.

Como colaborador de Proyecto Hombres desde hace más de veinte años recibo la revista de la Asociación correspondiente al mes de diciembre pasado en el que se insertan varios artículos relativos a la adición al juego y los problemas tanto personales como familiares que causa la ludopatía.

Aunque hay un Plan Nacional sobre Drogas no veo que las diversas cadenas de televisión le dediquen ninguna atención a este problema. Solo se da publicidad a los casos en que la policía descubre alijos de droga o plantaciones de marihuana. Debe de ser un buen negocio para los traficantes ya que no cesa este turbio negocio directamente relacionado con la adición a la droga.

Pero respecto a la ludopatía no veo que los telediarios traigan noticia alguna ya que todas al unísono solo nos cuentan cada día, con gran despliegue de mapas, la evolución de la pandemia y las sesudas opiniones de médicos, virólogos o inmunólogos que han crecido como hongos, dejando atrás aquellos meses primerizos del COVID en el que solo veíamos la cara del “experto” Fernando Simón junto al “simpático” ministro Illa.

Ahora todo el problema de España es el número de vacunas que hay que ponerle a cada ciudadano, actividad a la que se entregan en cuerpo y alma, aunque los enfermos de otras patologías queden relegados, telefónicamente, a que lleguen otros tiempos en los que la pandemia haya desaparecido.

Si en tiempos de la picaresca eran los tahúres los que montaban timbas de juego, Carlos III trajo de Nápoles la lotería que pronto empezó a funcionar en España para beneficio de las arcas públicas y así ha continuado el negocio cada vez más diversificado de loterías, quinielas o bonolotos y ahora además salones de juego abiertos las 24 horas a la espera de incautos que dejen allí su jornal o el dinero que han conseguido de su familia, al mismo tiempo que adquieren el deseo acuciante de probar suerte una vez y otra.

La afición al juego no solo causa estragos en el jugador sino también en su familia.

En el régimen anterior el juego estaba prohibido, aunque no así la lotería ni las quinielas, pero se seguían montando timbas en los locales de otras instituciones que se decían culturales o recreativas y donde algún jugador terminaba arruinado.

Cada mañana veo antes de la hora de apertura las colas que se forman en las administraciones de loterías de gente mayor que se levanta pensando que hoy va a ser su día de suerte.

Los sucesivos gobiernos pusieron mayor interés en erradicar el tabaquismo (y hoy sería aún más difícil fumar con la mascarilla).

Parece que todo lo que engrose las arcas de la administración cuenta con las bendiciones del gobierno.

Hay otros adictos a ocupar viviendas ajenas, siguiendo lo propugnado por Doña Ada Colau y secundado por todos los que se confiesan comunistas, aunque cuando ellos llegan a poseer una lujosa vivienda se la vigila la policía para que la disfruten sin peligro.

Creo que las televisiones seguirán hablando de lo que le sugieran sus dueños, grandes corporaciones y sobre todo el Gobierno, y no se van a ocupar de las diversas adiciones que padecen muchos españoles, aunque beneméritas asociaciones como Proyecto Hombre dediquen sus esfuerzos a combatir estas plagas.

Es seguro que no harán mucho caso, entretenidos en sus luchas partidarias y presupuestarias.

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20220117Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

 

martes, 11 de enero de 2022

Pensar, escribir, leer

 


Puedo estar equivocado, pero pienso que pensamos poco y leemos menos, pero nos distraemos con cualquier cosa.

Es el pensamiento y el lenguaje lo que nos hace personas, pero las palabras que utilizamos tienen una enorme carga tanto para el bien como para el mal. Con palabras podemos bendecir y podemos maldecir.

Las palabras pueden servir tanto para ponernos de acuerdo como para declararnos la guerra, de aquí la importancia de saber utilizarlas para el bien. Si dices: te amo puede nacer una larga relación, una vida en común. Si dices: te odio puedes desatar todos los males del infierno.

Grabados en piedra podemos encontrar las palabras de los que nos precedieron hace miles de años que nos hablan de sus descubrimientos o de sus profundas reflexiones, de sus dioses y de sus demonios.

Saber leer y escribir nos eleva un escalón sobre la mediocridad, pero hay que utilizarlo, pensar y ponerlo por escrito, salvo que lo que pensemos creamos que no tiene ningún valor y sigamos con nuestros pasatiempos.

Pasar del pensamiento a la escritura se amplió a partir del papiro. El papel y la imprenta abrieron un campo insospechado para hacernos llegar la filosofía, -el amor a la sabiduría-, o la poesía como belleza o las fantasías de novelas de aventuras tal vez inventadas, tal vez tomadas de sucesos reales.

El paso del tiempo fue trayendo otras novedades: artículos y comentarios de actualidad de vida efímera, salvo para coleccionistas y estudiosos. Llegó la radio y la gente pudo escuchar de forma inmediata lo que ocurría por el mundo, luego la televisión ilustró con imágenes lo que nos contaban los narradores y ahora ha llegado el acabose: la eclosión de multitud de formas de transmitir palabras y ¡hasta ideas! de cualquier persona que envía desde su móvil o su ordenador tonterías y cuchufletas, en el mejor de los casos, o mentiras, bulos y ataques a quienes no piensen como ellos.

Pero el escalón que habíamos subido leyendo y escribiendo dejamos de utilizarlo. Son pocos los que leen y menos aún los que escriben, ocupados en responder WhatsApp y chats, escribir y responder en Twitter y otras formas de perder el tiempo. Por supuesto que siguen existiendo escritores, aunque no tengo clara su influencia hoy.

Me temo que una gran parte de mis conciudadanos no ha leído a Cervantes, aunque lleguen a obtener títulos universitarios. Pío Baroja, los Machado o Leopoldo Alas, quizás le suenen, pero leerlos y disfrutar con ellos, no tanto

La rica literatura hispanoamericana creo que tampoco se disfruta con una lectura reposada. García Márquez, Pablo Neruda, Borges o Miguel Ángel Asturias ¿le dirán algo a la gente joven o nos responderán que “eso no se dio en clase”.

Puede que se gobierne con menos oposición a un pueblo de ignorantes pendientes de su móvil que a una nación culta e instruida. ¿Tendrá arreglo esto?

Cuando Bradbury escribió su novela Fahrenheit 451 había que quemar los libros por que resultaban peligrosos para los gobernantes, hoy lo que habría que quemar no son los libros sino otros medios de entretenimiento y disipación peligrosos para los ciudadanos.

Esta democracia, (que algunos han llamado demogresca) puede ser el resultado de haber entrado en un proceso destructivo en el que se utilizan las palabras como forma de lucha por el poder y no como medio de entendimiento para construir un futuro en el que imperen el respeto y el bien común.

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20220110Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

 

 

martes, 4 de enero de 2022

Felicitaciones y predicciones

 

Hay dos costumbres inveteradas cada vez que empieza el año: desearse felicidades unos a otros, y hacer predicciones sobre los acontecimientos que puedan producirse a lo largo del tiempo.

Por mi parte deseo a los míos: éxito en sus estudios, en sus trabajos, en su elección de pareja que hago extensivo a todos los demás. Para los que ya estamos viejos deseamos que nuestros achaques no resulten dolorosos, penosos ni latosos para los demás.

Respecto a las predicciones es más difícil pues nuestro mundo está sometido a fuerzas y tensiones complicadas y contrarias. Me gustaría predecir un mundo pacífico y amistoso donde todos colaboraran para hacerlo cada vez más amable y habitable, pero las noticias que recibo hablan de otras cosas.

Poderosas fuerzas están empeñadas, por ejemplo, en disminuir la población del planeta utilizando cuantos medios se pongan a su alcance. A pesar de que el mundo lleve subsistiendo millones de años sin sus iniciativas, grandes magnates, naciones e instituciones internacionales tratan de convencernos de que a este planeta le sobran de miles de millones de habitantes y hay que disminuir la población o que está calentándose demasiado, el famoso calentamiento global, y hay que disminuir el CO2.

No sé si la pandemia que sufrimos y las variantes que se anuncian forman o no parte de sus planes, pero existe la duda.

Para disminuir la población llevan mucho tiempo atacando a la familia, promocionando el aborto, la eutanasia o la ideología de género. Está claro que si se acepta el matrimonio homosexual la natalidad resultará inexistente. Claro que otros pueblos, que ahora tratan de entrar en este imaginario paraíso, suplan con creces la disminución de habitantes que estos brujos, con apariencia de sabios están promocionando en occidente.

Si pasamos a hacer predicciones a escala política nacional, además de seguir los mandatos progresistas de las altas instituciones internacionales, continuaremos con las luchas partidarias en las que cada bando, o banda, busca su propio beneficio antes que el de los ciudadanos a cuya costa viven y no saben que puede pasar con su trabajo, su sueldo, su vivienda o su hipoteca.

(Pienso que lo único seguro que podemos vaticinar es que Jordi Hurtado seguirá un año más presentando en la segunda cadena de televisión el programa “saber y ganar”).

Hay quienes hablan de que estamos en tiempos apocalípticos y que se aproxima el fin del mundo. Eso solo Dios lo sabe. Lo que sí es seguro es que los viejos, como yo, nos iremos muriendo poco a poco, salvo que declaren obligatoria la eutanasia lo mismo que han declarado obligatoria la vacunación o la mascarilla.

Pero no solo nos moriremos los viejos, también lo harán muchos jóvenes por mor de la droga, la conducción imprudente o cualquier otra cosa. Lo importante es que “Dios nos coja confesados” que no es una frase hecha sino una necesidad vital y definitiva. Después de esta vida, en la que podemos ser manejados por otros, hay otra en la que todos tendremos que dar cuenta de nuestras acciones sin excusa ni pretexto ante quien nos regaló la existencia e hizo lo posible para que fuéramos salvados, aunque el que no quiera salvarse pues se condenará ya que ha sido la elección de su propia libertad.

Os deseo de corazón que el 2022 sea mejor que el 2021.

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20220103Francisco_Rodriguez_Barragan.htm