Reflexiono sobre este
informe y veo que somos un país que envejece a gran velocidad, lo mismo que le
pasa a Italia, Alemania, Grecia, Portugal y Hungría. Llevamos demasiado tiempo
con una natalidad crítica. El índice de fecundidad, ─hijos nacidos por mujer en
edad fértil─ que era en 1980 menor de 2,1 descendió en 1987 a menos de 1,5 y en
la actualidad es de 1,3 aunque algunas comunidades autónomas apenas llegan a 1
hijos por mujer.
Si tenemos en cuenta de que
es necesario un índice de 2,1 para que sea posible la reposición de la
población, está claro que resulta imposible y sería aun peor si no fuera por la
aportación de la población inmigrante.
Desde el 2010 la población
española desciende ya que mueren más personas de las que nacen y también ha disminuido
el número de extranjeros a causa de la crisis, aunque representan el 9,5% de la
población, es decir 1 de cada 10 personas es inmigrante.
Desde 1981 la población
mayor de 65 años se ha duplicado y la juvenil se ha reducido a la cuarta parte
Hay millón y medio más de personas mayores que jóvenes y los mayores de 80 años
ya son más de 2,7 millones.
Podemos entender un gran
logro que la esperanza de vida vaya creciendo hasta los 78 años para los
hombres y 85 para las mujeres, pero el envejecimiento de la población significa
mayor gasto sanitario y mayor coste de las pensiones, frente a una población
joven cada vez más reducida que hará insostenible el sistema, salvo que aumente
en forma cada vez más significativa la inmigración, lo que producirá otros
problemas de gran calado. Si disminuyen los españoles o los europeos y crecen
los inmigrantes, toda nuestra civilización cambiará irremediablemente.
Si nos preguntamos acerca de
las causas de estos fenómenos demográficos observamos que las mujeres tienen su
primer hijo ─las que lo tienen─ cada vez más tarde, más de 32 años y aunque
mucha gente confiese que le gustaría tener 2 o 3 hijos, la realidad es que el
ambiente hedonista y consumista que nos rodea lleva a ir retrasando la
procreación para “disfrutar de la vida”.
Pero disfrutar de la vida,
las comodidades y la sexualidad implica una práctica generalizada de la
anticoncepción, incluido el aborto. 108.000 abortos en el 2013 es una cifra que
debía de hacernos reflexionar. El obispo Munilla ha dicho que una sociedad ecológica
que no priorice la vida humana es una sociedad enferma.
Este invierno demográfico,
este envejecimiento de la población, será una catástrofe dentro de unos años y
si aumenta la población por la llegada masiva de inmigrantes todas las naciones
a las que nos afecte sufriremos tremendas modificaciones en nuestra cultura y
forma de vida. Lo de Eurabia no fue solo una boutade de alguna escritora sino
una posibilidad real.
Mientras tanto nuestros
políticos se dedican a pelearse, a recriminarse, a acusarse unos a otros de
corruptos, y el país va quedándose exangüe lleno de viejos y escaso de jóvenes.
Los buenos gobernantes son los que piensan en las próximas generaciones y los
malos tan solo en las próximas elecciones.
Francisco Rodríguez Barragán