La siempre instructiva lectura
de los barómetros del CIS nos da a
conocer los resultados de su encuesta de enero de este año. Quiero creer que
las respuestas de 2480 personas que han sido encuestadas, forman un universo
perfecto y reflejan el pensamiento y sentimiento de unos 38 millones de
españoles mayores de 18 años.
Como viene ocurriendo
reiteradamente, el mayor problema que se detecta es el del paro, ─para lo cual
no hacía falta preguntar a nadie─, después siguen la corrupción y el fraude,
los políticos en general, los partidos y la política, la vivienda y los
problemas de índole económica, que acaparan los mayores porcentajes.
Es curioso que la reforma
laboral, los recortes, los desahucios, la subida del IVA, las excarcelaciones o
la ley del aborto, a pesar de que los medios de comunicación les dedican
constantemente sus programas, sus comentarios y sus tertulias, solo son
percibidos como problemas por unos porcentajes insignificantes de encuestados,
lo que lleva a pensar que la mayoría de los españoles tiene escaso interés por
estos problemas, si efectivamente es digna de confianza la encuesta realizada.
Con respecto a la política y
los políticos el CIS plantea a los encuestados varias preguntas. La relativa a
la gestión tanto del PP como del PSOE, es valorada como mala y muy mala por el
70% y la confianza que les inspiran Rajoy y Rubalcaba, es poca o ninguna para
el 90%. En cuando a los partidos por los que sienten mayor simpatía o
consideran más cercanos a sus propias ideas, ganan por el 44,7% los que han
respondido: ninguno. Si hubiera que
votar ahora, el 24,2 no votaría, el 21,1 no lo tiene decidido y el 8 votaría en
blanco.
La Administración de justicia
solo se percibe como problema por un 3,2%, seguramente porque la gran mayoría
de los españoles no tiene que pasar por los juzgados, pero habría que poner en
relación los problemas de la corrupción, el fraude y los políticos, incluidos
los sindicatos, con la justicia. Resulta escandaloso que los más altos
tribunales dicten sentencias que la comunidad autónoma afectada no cumple y no
pase nada, que cualquier procedimiento tarde décadas en tramitarse, que en el
Tribunal Constitucional se pueda saber la postura que adoptará cada miembro de
acuerdo con su adscripción política, que los justiciables tengan más confianza
en el juzgado que pueda tocarle que en la justicia.
Como si se tratara de un rito,
todo el mundo dice que hay que respetar las decisiones judiciales, ─aunque
algunas no se cumplan─, pero el aforado y el que no tiene foro, no están en la
misma situación. Una reciente decisión judicial declara como ejercicio de un
derecho constitucional y una acción
democrática el acoso a la vicepresidenta del Gobierno; se dan indultos
sorprendentes, excarcelaciones escandalosas…
Pedro Pacheco, el que fue alcalde de Jerez,
dijo hace años que la justicia es un cachondeo
¿Le ha dado el tiempo la razón? A pesar de todo, para los españoles, la
justicia no es un problema importante.
¿Cuándo se dictará sentencia en
el caso Bárcenas, la trama Gurtel, Bankia o los ERES andaluces? Como hace
tiempo que dejé de ser joven, quizás no llegue a verlo.
Francisco Rodríguez Barragán