martes, 27 de abril de 2021

Necesitamos obtener un espíritu de sabiduría

 


Que San Isidoro de Sevilla nos ilumine con su luz.

Me pongo a escribir este artículo el 26 de abril fiesta de San Isidoro de Sevilla que vivió tiempos complicados (556-636) época de transición entre la decadencia del mundo romano y el asentamiento en España del pueblo visigodo y sus problemas religiosos: arrianismo y catolicismo.

Seguramente muchos recordarán los nombres de Leovigildo, Hermenegildo y Recaredo, que consiguió la unidad religiosa bajo el catolicismo. Pues en esa época brilló San Isidoro y sus hermanos, también santos, Leandro y Florentina.

Fue San Isidoro un hombre sabio, no solo de sabiduría humana, que también cultivó acumulando todo el saber humano de su tiempo, sino con el espíritu de lo que dice la Biblia en su Libro de la Sabiduría que ojalá conocieran todos nuestros gobernantes, pues empieza diciendo: Amad la justicia los que juzgáis la tierra y como Salomón pedid la prudencia para vuestras decisiones y llegará a vosotros el espíritu de sabiduría.

Dedicado en cuerpo y alma a su pueblo fue modelo de gobernante y un faro de luz en aquellos calamitosos tiempos de divisiones y enfrentamientos.

Pienso que todo aquel que decide dedicarse a la política debe estar convencido de que va a realizar un servicio a favor de sus conciudadanos y nunca podrá dedicarse a atizar enemistades y banderías ni mucho menos a enriquecerse con el puesto que estos mismos ciudadanos le otorguen.

No serán las teorías de marxistas o librecambistas las que conseguirán mejorar nuestro mundo y mucho menos si ambas teorías se alían para someter a los ciudadanos a regímenes totalitarios que digan: no tendrás nada, pero serás feliz.

Hay que huir, como de la peste, de agendas anunciadoras de cambios o de reinicios. Debemos examinar si es el espíritu de sabiduría quien inspira a tantos inquietantes personajes y confusas instituciones internacionales, así como las adhesiones de nuestros propios gobernantes a tales foros.

Es fácil comprobar como las leyes que, con mil argucias y componendas, nos imponen cada día a los ciudadanos están cada vez más lejos de Dios y más cerca del desastre.

No hay que creer a los que opinan que Dios no existe, que el hombre se ha hecho a sí mismo y puede decidir por encima y en contra hasta de la misma biología o que no hay que respetar ninguna norma religiosa, ni que exista otra vida después de la muerte. Todo esto no es ciencia sino ignorancia y manipulación interesada.

El espíritu de sabiduría tiende a la paz y a la concordia y nunca a la algarada ni al enfrentamiento. Tenemos una milenaria historia, con sus luces y sus sombras, de la que debemos sentirnos satisfechos y no podemos aceptar que se falsee ni tergiverse por los propios españoles y mucho menos manejarla como arma arrojadiza para hundir al adversario político.

El espíritu de sabiduría nos dice que la vida es sagrada desde la concepción hasta la muerte natural y que todo el que sufre es acreedor a nuestro amor y nuestros cuidados. Tampoco es aceptable que mientras unos mueren de hambre otros se forren.

Todos tenemos que trabajar por un mundo más justo y tratar de conseguir la sabiduría que viene de Dios.

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20210426Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

 http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/38950/2021-04-27.html 


martes, 13 de abril de 2021

Tiempo de gloria y anuncio de la resurrección

 


            Anunciar al mundo entero que Cristo ha muerto y ha resucitado para      salvarnos hay muchos que no lo creen, pero habrá que seguir insistiendo

Desde el domingo de Resurrección hasta el domingo de Pentecostés son cincuenta días de gloria que al coincidir con la primavera propiciaban ferias y fiestas en tiempos que no sufríamos de ninguna pandemia y había más cristianos con fe.

Ojalá pase este tiempo de problemas y podamos dar gracias a Dios por sus beneficios, aunque me temo que la fe va enfriándose en nuestro país y en toda Europa y seguramente también en la América que alguna vez fue española.

Para muchos todo esto de la resurrección del Señor son antiguallas pasadas de moda y si se habla algo de religión inmediatamente piensan que es una institución dedicada a poner normas: no robarás, no fornicarás, no desearás a la mujer de tu prójimo, etc. por lo que la ignoramos mientras disfrutamos del sexo sin cortapisas o del egoísmo sin trabas, salvo colaborar con alguna ONG.

Anunciamos la muerte y la resurrección de Cristo y es como si habláramos de los faraones de Egipto, pero estos hechos son verdades que muchos testigos de los hechos nos han transmitido aun a costa de su propia vida.

No son cuentos ni fantasías de hace dos mil años. Los que vivieron junto a Jesús de Nazaret y lo vieron morir en la cruz, no creyeron que había vuelto a la vida cuando se lo dijeron algunas mujeres y comprobaron que la tumba estaba vacía.

Pero Jesús se les apareció vivo en la orilla del mar de Galilea y se le abrieron los ojos. ¡Es el Señor! Por miedo a los judíos, encerrados todos juntos en el lugar donde celebraron la pascua, Jesús se presentó a ellos y empezaron a creer que lo que había anunciado –a los tres días resucitaré- era cierto. Tomás, uno de los seguidores de Jesús, no estaba con ellos y cuando se lo dijeron no quiso creerlo hasta que pudiera meter el dedo en las llagas de sus manos y en su costado y entonces se apareció de nuevo Jesús y le dijo trae tu mano y toca mis llagas y asombrado confesó: Señor mío y Dios mío.

Otros dos que desanimados por la muerte de Jesús se volvían a su pueblo –Emaús- otro viajero se les unió y fue explicándole que Jesús tenía que morir y resucitar. Como se hacía tarde, los de Emaús invitaron al compañero a cenar y entonces lo reconocieron al partir el pan.

Los seguidores de Jesús no eran gente sugestionable que aceptara sin más el hecho increíble de que había resucitado, pero conforme lo van aceptando se van llenando de fuerza para predicar este hecho a la gente y el grupo empieza a crecer y muchos piden ser bautizados.

Antes de ascender a los cielos Jesús les ordenó anunciar al mundo entero el evangelio, la buena noticia y ellos obedecieron la orden. Transmitir al mundo entero lo que Jesús había dicho y enseñado, sin aditamentos ni interpretaciones filosóficas, es lo que han hecho desde aquellos primeros apóstoles a los que les costó el martirio, hasta los que hoy predican el mismo evangelio en China, Rusia, Japón o África y también puede costarles la vida hacerlo.

Es verdad: Cristo ha resucitado y nos anuncia la vida eterna. Si no le creemos es problema nuestro si decidimos hacer nuestra voluntad y alejarnos del amor de Dios que quiere que todos los hombres se salven, excepto los que no quieran salvarse enredados en sus vicios y pecados.

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20210412Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

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martes, 6 de abril de 2021

Me invitaron a rezar por un político y acepté hacerlo

 

            Recito una y otra vez el Padrenuestro  y al meditarlo me quedo perplejo de que mucha gente no rece.

El año pasado recibí una invitación un tanto desusada: el compromiso de rezar por un político. Contesté que lo haría y di el nombre del político que elegí. He tratado todos los días de incluir a tal persona en mis oraciones.

Ya sé que esto de rezar parece no estar muy de moda, que es cosa de viejas y beatas. Efectivamente soy viejo pero no tengo conciencia de ser o haber sido un beato. Me confieso cristiano y pecador necesitado siempre de misericordia y perdón de parte de Dios.

Pregunto a más de uno si reza y elude la respuesta. Yo estoy seguro de que los que aprendieron a rezar de niños, aunque hayan abandonado la práctica volverán un día a recuperarla, si no se empecinan en negar a Dios.

La oración del Padrenuestro, que nos enseñó el mismo Jesús, podemos repetirla una y otra vez interiorizando su contenido. Llamar a Dios, al que hizo el cielo y la tierra, con el nombre de Padre debería hacernos temblar de alegría. Tomar conciencia de que es nuestro Padre y que nos ama, nos dejará perplejos y entenderemos la petición de que su nombre sea santificado y que su reino de verdad y de vida, de santidad y de gracia, de justicia, de paz y amor se haga realidad en este mundo. Esa es nuestra tarea por más que nos empeñemos en ignorarla.

Creo que hacer la voluntad de Dios aquí en la tierra, es mucho mejor que hacer la voluntad de los políticos que dicen gobernarnos pero nos enfrentan con sus programas, sus odios, sus bastardos intereses.

Pedir el pan nuestro de cada día es muy distinto de querer asegurar toda nuestra vida a fuerza de dinero y poder, tanto es así que solo pedimos para hoy ya que el mañana traerá su propio afán y nunca lo tenemos asegurado.

Creer que todo depende de nosotros, que podemos hacer siempre lo que queramos sin preocuparnos de la moralidad de nuestros actos, es una ofensa a Dios. Tenemos que pedir perdón de nuestra soberbia, de nuestra avaricia, de nuestra lujuria, de nuestra envidia, de nuestra gula, de nuestra ira y nuestra pereza. Si Dios no nos perdona cargaremos con el fardo de nuestros pecados por toda la eternidad.

Pero hay una condición ineludible: que también nosotros perdonemos a quienes nos ofenden a quienes nos hacen mal. Tenemos que perdonar a tantas personas a las que odiamos, o que nos caen mal, o que las ignoramos como si no existieran  o a las que no hicimos el bien que estuvo en nuestras manos proporcionarle…

Todo esto exige una profunda revisión. Hay que perdonar para ser perdonados. Ofender a Dios y ofender a nuestros semejantes vienen a ser la misma cosa y no perdonar a los demás nos cierra el camino del perdón de Dios.

Terminamos la oración del padrenuestro pidiendo a Dios que no nos deje caer en tentación y que nos libre del mal. El tentador es el diablo, Satanás, que nos ofrece la inmundicia del orgullo, de la incontinencia, de una engañosa libertad y nos susurra como en  el paraíso “seréis como dioses” y caemos una y otra vez en sus engaños.

Dios existe y es nuestro Padre dispuesto a perdonar si perdonamos y el demonio también existe buscando constantemente la forma de perdernos y alejarnos del amor de Dios. Hay que elegir.

Francisco Rodríguez Barragán

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https://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/2823774/invitaron-rezar-politico-acepte-hacerlo

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20210405Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

 http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/38925/2021-04-06.html