jueves, 21 de abril de 2011

LA SALUD Y LA ENFERMEDAD

Cuando estamos sanos pensamos menos en la salud que cuando estamos enfermos. Creemos que lo normal es estar sanos, por lo que cuando nos sentimos enfermos tratamos de restablecer la salud rápidamente y buscamos los remedios adecuados. Pero mientras nos curamos o no andamos dándole vueltas a las posibles causas de nuestro mal. Nos preguntamos si habrá sido nuestra imprudencia, lo que hemos comido o bebido, el posible contagio o la herencia que nos ha dejado alguno de nuestros progenitores que también padecía de lo mismo.
Aparte de ello, cuando estamos enfermos quizás nos demos cuenta que la salud es una situación de equilibrio bastante frágil. Lo verdaderamente chocante es que todas las partes de nuestro cuerpo funcionen de forma eficiente, dada la poca atención que le prestamos, pero cuando algo se estropea, ponemos de inmediato todo nuestro interés en repararlo.
Claro que a veces las cosas no tienen fácil arreglo y es necesario acudir a medidas drásticas y dolorosas, especialmente cuando nuestra enfermedad atraviesa el umbral de una crisis que puede llevarnos a superarla o a quedarnos en situación de invalidez más o menos acentuada. También a morirnos, ya que no estamos diseñados para durar eternamente dentro de un cuerpo irremisiblemente caduco.
De la misma forma, las personas que formamos un país, cuando las cosas marchan bien, creemos que es normal nuestro estado de bienestar, que todo está asegurado, progresamos y avanzamos hacia un futuro mejor, pero la salud de un país también depende de un frágil equilibrio, que exige el eficiente funcionamiento de todas sus instituciones.
Si los que dirigen estas instituciones se dedican a ponderar nuestra buena salud y a convencernos de que estamos en buenas manos, de que llevamos una marcha imparable hacia una vida cada vez más cómoda y hedonista y nos lo creemos, nos daremos cuenta, tarde y mal, que estamos realmente enfermos, que nuestra enfermedad es grave y llegamos a la crisis, al momento en que o reaccionamos o nos quedamos inútiles, incluso podemos morirnos, pues nuestro cuerpo social es cada vez más viejo y no hay gente nueva suficiente para regenerarnos.
Cuando se dice de una persona que padece un fallo multiorgánico, podemos esperar lo peor. Lo mismo podemos decir de este ente colectivo que llamamos España, cuando comprobamos el mal funcionamiento de su economía, de su sistema financiero, de su gobierno, de su parlamento, de sus tribunales, de sus partidos, de sus sindicatos ¿seguimos? Lo más grave es, que los mismos que causaron los males sean los que se ofrezcan a sanarnos.
Pensemos que la familia, célula básica de la sociedad, ha sido atacada en sus notas esenciales: la estabilidad, la procreación, la educación. No olvidemos que han tratado y siguen tratando de manipularlos, en una vasta operación de ingeniería social, en la que lo bueno o lo malo no tiene más apoyatura que la opinión cambiante de las mayorías parlamentarias, en la que hasta ser hombre o mujer ha dejado de ser una realidad incuestionable para ser un simple producto cultural, en la que gobernar no es preocuparse del bien común y garantizar la libertad de los ciudadanos, sino el medio para gozar del poder a nuestra costa.
La crisis que padecemos al dejado al descubierto nuestra enfermedad. ¿Seremos capaces de reaccionar y salir de ella, o nos espera un largo periodo de penurias y el futuro de una sociedad envejecida e irrecuperable?
Francisco Rodríguez Barragán

http://elguadalope.es/2011/02/05/la-salud-y-la-enfermedad/
ttp://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=19196
Publicado en Bitácora de Rebelión Digital el 04-02-11
http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/13614/2011-02-04.html
http://www.conoze.com/doc.php?doc=9145
Publicado en Diario Siglo XXI el 090-02-11

CAMBIAR UN GOBIERNO POR OTRO

Los levantamientos populares de Túnez y Egipto para derribar a sus gobiernos, podemos verlos como el ejercicio violento de una democracia directa, sin intermediarios.
La democracia, como gobierno del pueblo, no existe ni ha existido nunca. La muchedumbre solo es capaz de esporádicos impulsos violentos para derrocar aquellas tiranías que duran demasiado.
La idea de democracia, más que poder del pueblo, lo que significa en la actualidad es un procedimiento más o menos ingenioso o sofisticado, que permita el cambio de gobernantes sin recurrir a la violencia.
Las elecciones periódicas para revalidar unos gobernantes o sustituirlos por otros, parece, en principio, un buen procedimiento, aunque en la realidad no resulta tan fácil, pues entre gobernantes y gobernados se interponen los partidos políticos como piezas esenciales, por lo que, aunque sigamos hablando de democracia, lo que tenemos es una partidocracia en la que sus dirigentes buscan el poder a través de la propaganda, el control de los medios de comunicación, las redes clientelares, la exclusión de los adversarios, los pactos poselectorales y cualquier otro medio utilizable.
Si todos los partidos buscan el poder, podemos preguntarnos: para qué quieren ese poder y qué uso hacen del mismo cuando lo obtienen. Para unos es una meta satisfactoria en la que gozar de mando y privilegio, para otros es el camino para transformar la sociedad según sus proyectos doctrinarios.
Pero lo que la sociedad necesita son gobiernos que administren con economía y con transparencia, impulsen el suficiente desarrollo, velen por las necesidades comunes y ejerzan el poder solo en el grado necesario para garantizar a todos los ciudadanos una convivencia en libertad.
Ponerse al frente de una nación, de una comunidad autónoma o de un ayuntamiento, tendría que ser un compromiso de servicio a todos y no una ocasión para imponerse a los demás, para ganar dinero o influencia, para favorecer a los suyos y perjudicar a los contrarios.
Seguramente habrá políticos que tratan de servir a la sociedad que han de gobernar, pero no es eso lo que perciben los ciudadanos, hasta el punto de señalar a la casta política como un problema.
Nuestro sistema de listas electorales cerradas y bloqueadas, decididas por las cúpulas de los partidos, no facilita el conocimiento previo de la capacidad y honradez de los candidatos que vamos a votar. Tampoco somos capaces de un juicio crítico de la actuación del partido mismo y de las diferencias que pueda haber entre ellos. Mucha gente vota siempre al mismo partido, haga lo que haga, con una mentalidad de aficionado al futbol, “viva el Betis aunque pierda”.
Después de una larga temporada de votantes y simpatizantes de un partido, es difícil votar a otro. Más aún cuando cada votante va interiorizando el mensaje de que los contrarios son peores.
Tendríamos que examinar, sin apasionamiento, lo que ha hecho cada partido en donde gobierna o donde es oposición, sin dejarnos engatusar por lo que dicen en su propaganda. Ver si han facilitado el control de sus actos o lo han impedido, si han respetado nuestra libertad, nuestros valores, nuestros derechos.
En esto de nuestros derechos y libertades, hay que ser sumamente exigentes, ya que nos son inherentes y no los tenemos por concesión graciosa de ningún gobernante. Pero si es radicalmente falso que nos puedan “ampliar o conceder nuevos derechos”, es bastante fácil que traten de imponernos sus particulares visiones del mundo y sus valores y reduzcan a la nada nuestros derechos.
Sustituir un gobierno sin violencia, a través de elecciones libres es deseable, pero tenemos unos intermediarios –los partidos─ a los que hay que juzgar atentamente.
Francisco Rodríguez Barragán
http://elguadalope.es/2011/02/10/cambiar-un-gobierno-por-otro/
http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=51779&idNodo=-5
http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/13699/2011-02-11.html
http://www.conoze.com/doc.php?doc=9160
Publicado en Diario Siglo XXI el 16-02-11

TRES CONMEMORACIONES

TRES CONMEMORACIONES
Una de las últimas obras de Américo Castro lleva por título Español, Palabra extranjera y en ella nos dice que no hemos sido nosotros mismos los que nos hemos dado el nombre gentilicio de españoles, sino que fueron las gentes de las tierras de Francia que peregrinaban a Santiago las que, ante la diversidad de nombres que se daban a sí mismos los habitantes del norte de la península, los englobaron a todos con la palabra provenzal spanhol, próxima al hispaniolus del latín medieval.
Podemos comprobar que los gentilicios derivados de palabras como Coruña o Montaña, por ejemplo, se dicen “coruñeses o montañeses” y nunca “coruñoles o montañoles”. Sea como fuere, lo cierto es que la palabra español nos identifica a todos frente a los nacionales de los demás países y es fácil constatar que, si en cualquier punto del planeta, un español se encuentra con otro, aunque no se conocieran previamente, se establece una relación afectiva que muestra que llevamos impresa una relación de pertenencia indudable.
El sentimiento de formar parte de esta nación que llamamos España, no impide, en modo alguno, que nos sintamos parte de otras realidades más reducidas, como nuestro pueblo o ciudad de nacimiento, o más amplias como Europa, o los países que comparten nuestra lengua y una parte de nuestra historia.
Cada generación cuenta a la siguiente los acontecimientos pasados: glorias, victorias, fracasos y derrotas, que nos han ido configurando. Es la tarea formativa de los historiadores transmitir la verdad, y solo la verdad, de los hechos en todas sus dimensiones y hacerlo con las categorías vigentes en el tiempo en que ocurrieron y no con las actuales. Hay que contemplar el pasado para compartirlo y disfrutarlo, lo mismo que disfrutamos con las viejas fotos de familia.
Celebrar centenarios de hechos que tuvieron especial relevancia, es la mejor forma de asumirlos como formando parte de nuestro propio pasado y, como todas las celebraciones, hay que prepararlas con tiempo.
El próximo año 2012 hará 800 años de la batalla de las Navas de Tolosa, 600 del Compromiso de Caspe y 200 de la Constitución de Cádiz. Tres hechos que forman parte de nuestro pasado colectivo de españoles y que el paso de los siglos nos tiene que llevar a verlos con serenidad. Es tarea de los buenos historiadores estudiarlos con atención, valorarlos correctamente y ofrecerlos a todos para acrecentar nuestro caudal de conocimientos.
La batalla de las Navas de Tolosa fue el gran triunfo de los diversos reinos de España contra el imperio almohade, musulmanes fanáticos que destruyeron a los almorávides, ocuparon Marruecos y pasaron a España. Esta batalla marcó el inicio de su decadencia y el creciente poder de la España cristiana.
El Compromiso de Caspe es importante porque resolvió, sin recurrir a la violencia, el complicado problema sucesorio planteado a la muerte, sin descendencia, del rey de Aragón Martin I el Humano. El sistema de compromisarios para resolverlo, propuesto por Cataluña y aceptado por Aragón y Valencia, llevó al trono de Aragón al pretendiente Fernando I el de Antequera, de la casa de Trastámara, pero también nieto de Pedro IV de Aragón.
La Constitución de Cádiz redactada por representantes de España y América, en un momento en que éramos invadidos por los franceses y Napoleón sustituía por su hermano José al inepto Carlos IV, fue una auténtica hazaña de la que podemos sentirnos orgullosos y celebrarla dos siglos después.
Aunque los lugares en que se produjeron estos hechos se apresten a organizar estas celebraciones, no pueden quedar reducidas al ámbito local ya que nos afectan a todos en nuestro sentido de pertenencia a España.
Francisco Rodríguez Barragán
http://elguadalope.es/2011/02/16/tres-conmemoraciones/
http://www.conoze.com/doc.php?doc=9176
http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=51889&idNodo=-5
Publicado en Diario Siglo XXI el 23-02-11 y en Bitácora de Rebelión Digital

RECONCILIARNOS CON NUESTRO PASADO

Oí o leí hace mucho tiempo una frase que decía algo así como que las guerras nunca terminan para los que intervinieron en ellas. Conviví muchos años con gente de la generación anterior a la mía, que habían participado o sufrido las guerras de África y la guerra civil y no recuerdo que para ellos siguieran vigentes tales guerras.
La de África estaba olvidada, aunque alguno de mis antepasados perdiera la vida en Alcazarquivir y de la guerra civil se hablaba como de algo terminado que era preferible ir olvidando. Escuché hablar a gente que había participado en la contienda en uno u otro bando, no tanto por motivos ideológicos como por circunstancias geográficas. Cuando estalló la guerra vivían en lugares en los que triunfaron los que se alzaron o los que no lo hicieron, lo que determinó para una generación ser movilizados y enfrentados en una contienda que duró tres años.
Cuando uno llega a viejo pierde memoria, pero recuerda con nitidez los años de niño, en los que había escasez, racionamiento y restricciones eléctricas y un mercado negro de alimentos al que se le decía estraperlo. Era difícil subsistir, sin duda. Pero no recuerdo haber oído hablar, ni en mi casa, ni en las de mis tíos o mis abuelas, con añoranza de la república ni del rey Alfonso XIII. La ropa de unos pasaban a otros y los trajes raídos se les daba la vuelta.
Por supuesto que todos sabían que se habían cometido desmanes desde que se proclamó la República, de la que no se tenía buen recuerdo. Para ponderar alguna situación como caótica se decía que “esto es una república”.
Familiares que habían sido represaliados por los vencedores fueron poco a poco insertándose en una vida normal, especialmente los que “sabían hacer algo”. Como decía mi padre: “Si eres un buen ebanista, eso no te lo puede quitar nadie”.
Después del despegue de los años sesenta, en los que comenzaron a venir turistas y a movernos en vespa o en seiscientos, los mayores creo que ya se habían olvidado de la guerra y los jóvenes buscábamos trabajo y pluriempleos para poder casarnos.
En los años de la llamada transición volvieron a sonar voces del pasado, pero pienso que la mayor parte de la gente hicimos poco caso pues lo que deseábamos era que hubiera tranquilidad y trabajo y aunque ambas cosas se fastidiaron bastante con el terrorismo y las huelgas, no nos lanzamos a la calle para degollarnos unos a otros.
Lo que ha resultado insólito en estos últimos años ha sido al deliberado propósito de continuar aquella maldita guerra en nombre de nuestros abuelos, los del bando que perdió, contra los del bando que ganó.
Ni mis padres ni mis abuelos me dejaron el encargo de continuar ninguna lucha, razón por la que me niego a secundar estas peligrosas iniciativas que tienen más de venganza que de “memoria” y mucho menos de “histórica”.
Dejemos que nuestro pasado sea investigado por historiadores profesionales que con honestidad traten de buscar la verdad de nuestro pasado, pero repudiemos a los que tratan de utilizar la historia como arma arrojadiza, para justificar políticas averiadas y tratar de demonizar a media España.
Francisco Rodríguez Barragán
http://elguadalope.es/2011/02/24/reconciliarnos-con-nuestro-pasado/
http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=51968&idNodo=-5
http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/13913/2011-02-24.html

NADA QUE CELEBRAR

Llega un año más el 28 de febrero, Día de Andalucía. Aunque la Junta organiza diferentes actos para celebrarlo, amplificándolo a través de los medios de comunicación a su servicio, como ciudadano de a pie de esta hermosa región de España, pienso que no tengo nada que celebrar.
Según el disolvente título VIII de la Constitución, se podía acceder a la autonomía regional por petición de la mayoría simple del censo electoral en todas sus provincias, lo que no se consiguió en Almería pese a lo cual el Estatuto siguió adelante. En lugar de respetar la ley se aplicó el conocido “café para todos” de Suárez.
Este incompleto referéndum andaluz se celebró el 28 de febrero de 1980, que pasó a ser Día de Andalucía.
Desde mayo 1978 en que se constituyó la Junta Preautonómica y consiguió la presidencia Plácido Fernández Viagas, el poder no ha salido de las manos del Partido Socialista.
El transcurso de más de tres décadas de régimen socialista presenta, en mi opinión unos magros resultados. Cambiamos el centralismo madrileño por el sevillano, que no ha resultado mejor. Seguimos a la cola en renta per cápita de todas las regiones españolas, estamos a la cabeza en número de parados, especialmente de los jóvenes que buscan su primer empleo. Tampoco parece que destaquemos en la excelencia de la educación en todos sus grados.
El subsidio de desempleo agrario y el PER, que iniciaron su andadura desde 1984 bajo el gobierno de Felipe González, no han significado un apoyo puntual para superar un desequilibrio, sino un sistema clientelar bien explotado electoralmente por los ayuntamientos y una economía subvencionada. Mucha gente que jamás trabajó en el campo, se ha beneficiado de este subsidio. Como en las ciudades es más difícil crear una red clientelar, varias ciudades importantes dejaron de estar en manos socialistas, pero estos ayuntamientos tienen en contra a la Junta en múltiples ocasiones.
La estafa piramidal de la construcción, que convenció a todos de que el mejor ahorro era el ladrillo, pedir prestado para comprar viviendas, ha sido en esta comunidad especialmente intensa. El litoral se ha colmado de urbanizaciones y cemento y la varita mágica de los ayuntamientos ha manipulado cualquier plan de ordenación urbana y favorecido una corrupción rampante y en gran medida impune.
El gran escándalo marbellí, hoy en los tribunales, no se pudo gestar a lo largo de tantos años sin la connivencia de los organismos autonómicos. Quizás todo empezó en los proyectos urbanísticos de la época de Jaime Muntaner. Pero el caso marbellí es solo uno entre miles de urbanizaciones en los que las corporaciones locales, los promotores, los compradores y la Junta creyeron que se iban a enriquecer. Hoy todo se ha hundido.
En el hundimiento económico que padecemos, las Cajas de ahorros que nacieron para luchar contra la usura, han sido ocupadas por políticos y sindicalistas que favorecieron la gran estafa del dinero barato y las ganancias fáciles. Ahora estas instituciones están en una encrucijada cuya salida no está garantizada.
No existe ningún control sobre el parlamento andaluz y sus decisiones. No hay más que recordar la Expo y sus cuentas cifradas en “pellones”, el AVE y las relaciones con SIEMENS, la oficina de Juan Guerra como gran conseguidor, el caso Ollero, lo que ha costado hacer la A-92 o la eternamente inconclusa autovía del Mediterráneo, que no sé si veré terminada en los años que me quedan de vida.
El número de funcionarios y paniaguados ha crecido de forma alarmante, así como las empresas y sociedades creadas por la Junta y los ayuntamientos, para poder evitar las intervenciones y controles que pudieran dificultar las decisiones políticas con contenido económico. La subvención a la empresa de Aguas Teñidas, está teñido de dudosa legalidad y la gestión de los expedientes de regulación de empleo, no muestran una administración transparente y respetuosa con el dinero de los contribuyentes, sino todo lo contrario.
Por todo ello y otras muchas cosas más que podían añadirse, por mi parte en el Día de Andalucía, no tengo nada que celebrar.
Francisco Rodríguez Barragán

http://elguadalope.es/2011/02/27/nada-que-celebrar/
http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=52022&idNodo=-5
http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/67816/nada-que-celebrar-
http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/13979/2011-02-28.html

INTERVENCIONISTA E INTERVENIDO

Querer legislar acerca de los juegos de los niños en las guarderías, con especiosos y falaces argumentos de lucha contra los juegos sexistas en nombre de una igualdad mal entendida, es una prueba más del irreprimible deseo intervencionista del Gobierno. El designio de este Presidente de querer cambiar la sociedad de arriba abajo, en un trabajo confeso de ingeniería social, nos acerca peligrosamente a un Estado totalitario en el que la democracia es mera fachada.
Pero no resulta nada claro que exista, en los partidos que configuran la sociedad política de la España actual, el propósito de frenar la deriva de este progreso que avanza en dirección equivocada a mi entender, ni tampoco que alguien proponga un programa de regeneración de los valores auténticamente democráticos en los que cada persona sea libre y responsable de su propia vida, sin sometimiento al paternalismo asfixiante de un estado-providencia, y los políticos hayan de responder de su gestión equivocada ante los ciudadanos y ante la justicia. En la Atenas democrática los políticos podían ser condenados al ostracismo.
En lugar de marchar hacia una sociedad abierta y libre, estamos siendo triturados por un Estado intervencionista que a su vez es un Estado intervenido por los órganos de la Comunidad Europea, por otras naciones más fuertes, por los grupos de presión financieros, tanto nacionales como internacionales, que luchan por sus propios intereses y no por el bien común.
También presionan sobre el Gobierno, aunque quizás con su complicidad y beneplácito, los organismos, conferencias, comisiones o agencias, apoyadas económicamente por poderosos lobbys que, a la sombra de la ONU, sin que realmente tengan ningún poder jurídico sobre los países miembros, ejercen una avasalladora influencia sobre las políticas demográficas, tratando de implantar la contracepción y el aborto como “necesarios” para salvar el planeta o silenciar a cualquier grupo religioso que se oponga a sus designios, especialmente a la Iglesia católica, que entiende muy bien la neutralidad religiosa de los gobiernos, pero que se opone a la difusión del laicismo como religión del Estado, con sus dogmas y sus sacrificios humanos (aborto, eugenesia, eutanasia, etc.) Para que hablar de las dudosas historias sobre el cambio climático o las energías renovables y sus beneficiarios.
Pienso que la sociedad civil tendría que movilizarse en un impulso de libertad de los individuos y de los grupos intermedios, en una búsqueda del bien común, regidos por el principio de subsidiariedad, sin esperar de la sociedad política otra cosa que unas leyes claras y duraderas que nos sirvan de marco y la adopción de medidas solidarias para atender a quienes no tengan capacidad para vivir dignamente.
De la concurrencia de muchos egoísmos no puede salir nunca ningún equilibrio social, pero de la acción responsable de ciudadanos educados en auténticos valores, es de esperar una sociedad mejor. Pero como todas las personas podemos ser tentadas por el egoísmo y caer en el abuso o la corrupción, es necesaria una justicia, de verdad independiente, ocupada por los mejores ciudadanos.
¿Cómo podremos librarnos de un Estado intervenido e intervencionista? Esa es la tarea a la que están convocados todos los que se sientan ciudadanos de una sociedad abierta.
Francisco Rodríguez Barragán

http://elguadalope.es/2010/11/09/intervencionista-e-intervenido/ Publicado en Rebelión Digital el 09-11-10 Bitácora http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/12158/2010-11-10.html Publicado en Diario siglo XXI el 10-11-10 http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/62524 Publicado en Análisis Digital el 10-11-10 http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=50439&idNodo=-5 Publicado en Forum Libertas el 08-03-11
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=19448

CREO

Creo que el universo ha sido creado por Dios, que con su palabra llamó a todas las cosas a la existencia, sometido todo a leyes eternas, peso, número y medida.
Creo también que Dios formó al hombre a su imagen y semejanza, es decir con inteligencia y capacidad de amar. Pero el hombre rompió la relación con su creador, en la prueba de la libertad, al sucumbir a la tentación del mal: querer ser como dioses. Esta loca tentación de querer ser como dioses nos sigue alcanzando a todos.
Creo que Dios prometió restablecer su relación con el hombre, para lo cual hizo de la descendencia de Abraham un pueblo que fuera depositario de su promesa y al que habló a través de sus dirigentes, de sus sacerdotes, de sus profetas, anunciándoles el envío de un Mesías de un Salvador.
Creo que la promesa de Dios se cumplió cuando su único Hijo se hizo carne, un hombre como nosotros, por lo que siendo a la vez Dios y hombre, con su vida, muerte y resurrección hizo posible que todos los hombres puedan, si quieren, alcanzar la vida eterna.
La promesa de que llegaría un Mesías fue conservada por el pueblo judío en los libros que fueron escribiendo junto con su propia historia. El cumplimiento de la promesa en Jesús de Nazaret, muerto y resucitado, se convirtió en la buena noticia, el evangelio de la salvación, entregado a la Iglesia que fundó sobre Pedro y sus compañeros, para ser predicado a todos los hombres de todos los tiempos.
Creo por tanto, que Dios ha hablado a los hombres de muchas maneras y por último a través Jesús, pero las palabras de Dios no son el recuerdo de algo pasado sino que están vivas, actuales y eficaces para todos los que se acercan a ellas con la actitud humilde del que quiere escuchar lo que Dios le dice, de los que buscan una esperanza para su vida.
Creo en la Iglesia como depositaria de un mensaje, que en modo alguno puede silenciar sino, al contrario, tiene que ofrecer constantemente a todos los hombres, a todos los pueblos, a todas las culturas, porque Dios es la garantía del hombre. Sin Dios, el hombre queda reducido, cercenado, de la más importante de sus dimensiones, su deseo de plenitud que solo Él puede colmar.
Creo que la Iglesia está vivificada constantemente por la presencia de Cristo, con el que formamos su cuerpo y el impulso del Espíritu Santo. Quiero formar parte de esta Iglesia, sentir con ella, orar con ella, sufrir con ella.
Creo que cada cristiano, unido a Cristo y vivificado por el Espíritu Santo, tiene la hermosa tarea de anunciar al mundo la salvación a través del mandamiento de Jesús: Un nuevo mandamiento os doy, que os améis unos a otros como yo os he amado, es decir hasta la muerte.
Creo en la vida eterna, una vida en la presencia de Dios en la que no habrá hambre, ni llanto, ni dolor. Creo que esa vida no será disolverse en un nirvana, ni una nada, sino en la que seguiré siendo yo, con toda la plenitud de los hijos de Dios.
Esta es mi fe, por encima de cualquier preferencia por sistemas políticos, opiniones científicas o modas pasajeras. Los que me lean ya lo saben.
Francisco Rodríguez Barragán

http://elguadalope.es/2011/01/16/creo/
http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/13320/2011-01-17.html
http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=51399&idNodo=-5
Publicado en Diario Siglo XXI el 19-01-11
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=19119&id_seccion=5

¿MANDAR O SERVIR?

Don Gregorio Marañón personificó en el Conde-Duque de Olivares, valido de Felipe IV, la pasión de mandar, pero lo que se dice pasión, es decir, tendencia desordenada del ánimo por mandar, es la que sufre el presidente Rodríguez Zapatero y todos padecemos.
Una persona de tan poco peso específico, que resulta encumbrado de la noche a la mañana, al puesto de presidente del gobierno de España, se siente tocado de una especial condición de iluminado, que le hace sentirse llamado a cambiarlo todo porque él sabe mejor que nadie lo que hay que hacer.
Para comprobar el poder de su voluntad omnipotente, comenzó de inmediato a mandar. Retiró a los soldados españoles de Irak, derogó la ley de educación que pretendía elevar el listón de exigencias, hizo lo mismo con el Plan Hidrológico Nacional para sustituirlo con unas plantas desaladoras de las que nunca más se supo.
Presumiendo de talante y modernidad democrática, impuso la asignatura de Educación para la Ciudadanía, cuyo contenido, inspirado en disolventes ideologías, anuló el derecho que asiste a los padres, garantizado por la Constitución, para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.
Creo que nadie se oponía a que de la convivencia de las personas homosexuales pudieran derivarse ciertos derechos, pero consiguió imponer que estas uniones sean llamadas matrimonios. Los ataques a la institución matrimonial y familiar son una constante de su política. Ha mandado sustituir las palabras padre y madre por progenitor A y B y eliminado el Libro de Familia. Puso en marcha la ley del divorcio exprés para hacer cada vez más frágil la institución familiar.
Cuando se puso de manifiesto el abuso de la Ley de despenalización del aborto de 1985, en lugar de tomar medidas para evitarlo, su poder legislativo consiguió convertir el aborto en un derecho de la mujer y ampliarlo sin cortapisa, usando de su omnipotencia para decidir sobre lo bueno y lo malo, negociando con las minorías los votos que pudieran faltarle para cualquiera de sus deseos.
En un alarde de viejo absolutismo, prometió a Maragall aprobar el Estatuto que le enviara, con lo que abrió una disolvente carrera hacia la destrucción de la España que tanto costó unificar.
Su omnímodo poder se plasmó en ocurrencias, como el cheque bebé o los 400 euros del impuesto de la renta. Distribuyó el dinero del presupuesto destinado a planes de desarrollo social como le vino en gana. Buscó la amistad de los países con peores regímenes y alumbró la “ideica” de la Alianza de Civilizaciones, no tanto para establecer lazos con el Islam como para fastidiar a la Iglesia Católica.
Proclamó que iba a llevar a España al corazón de Europa, cuando ya estaba allí desde antes que él llegara. Pero con la crisis, quizás hemos llegado al corazón de Europa en forma de trombo.
Convencido de que la realidad tenía que conformar con su palabra negó la crisis económica hasta que vio que estábamos hundidos en ella.
Se pasó todo el tiempo hablando de ampliación de derechos, pero hasta la Seguridad Social ha dejado de ser social y segura.
Más listo que nadie, ha comprado la colaboración sindical repartiendo a manos llenas el dinero de los contribuyentes y la colaboración política con cesiones a las autonomías periféricas.
Cuando hacía más falta la colaboración de los dos grandes partidos se ha dedicado a denigrar a la oposición, rechazar sus propuestas y exigirle sumisión.
Ya advirtió Jesús a sus apóstoles que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos y los grandes las oprimen con su poder, pero entre los cristianos quien quiera ser el primero sea el servidor de todos. ¡Cuándo seremos capaces de distinguir entre los que quieren mandar y los que quieren servir!
Francisco Rodríguez Barragán

http://elguadalope.es/2011/03/12/%c2%bfmandar-o-servir/#more-26207
http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/14197/2011-03-12.html
http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=52239&idNodo=-5
http://www.conoze.com/doc.php?doc=9222
Publicado en Diario Siglo XXI el 12-03-11

BAUTIZADOS Y CUARESMA

El mensaje del Papa para la Cuaresma de este año, parte del sacramento del Bautismo, a través del cual se nos transmitió la vida nueva en Cristo el Señor y que el hecho de que en la mayoría de los casos se reciba en la infancia, pone de relieve que se trata de un don de Dios.
Los bautizados que mediten este mensaje entenderán, sin duda, que su vida como cristianos empezó en su bautismo. Pero hay también muchos bautizados, que aunque fueron catequizados, no participan en la vida de la Iglesia, ni en sus sacramentos y en la práctica han abandonado la fe.
En las últimas generaciones muchos niños reciben el bautismo, pero después no son evangelizados ni en su familia, ni en su colegio, ni en su parroquia. El bautismo de estos niños es tan solo una costumbre, un acto de celebración social que, incluso hay quien lo promociona al margen de cualquier sentido religioso: un bautismo civil.
Administrar el sacramento del bautismo a los niños tiene sentido cuando los padres lo piden como algo que ellos mismos consideran valioso, pero si viven alejados de la Iglesia, a la que ven con indiferencia o incluso con animadversión, no existe ninguna garantía de que vayan a ser formados en la fe de su bautismo.
Si en otros tiempos se realizaba la catequesis en un largo catecumenado para recibir el bautismo, ahora, los que reciben el bautismo necesitarían ser evangelizados a través de una acción preferente de la comunidad eclesial, para incorporarlos plenamente a ella.
La catequesis que se imparte en parroquias o colegios, a menudo sin una decidida colaboración familiar, es insuficiente para que estos niños, al llegar a su adolescencia y juventud, puedan enfrentarse a un ambiente laicista hostil.
Por otro lado hay muchos bautizados que se dicen cristianos pero piensan en la iglesia como un supermercado del que se pueden elegir unas cosas y rechazar otras. Aceptan la acción asistencial y caritativa y algunas devociones como valiosas, pero rechazan o ignoran las enseñanzas de la Iglesia sobre la moral sexual, el matrimonio o el aborto. Tampoco saben nada de la doctrina social de la Iglesia, ni de sus obligaciones en materia profesional y económica, por lo que no llegan a tener ninguna conciencia de pecado en estas materias, aunque actúen con codicia y egoísmo.
El relativismo se va abriendo paso en sus vidas y aceptan como bueno o malo lo que deciden “democráticamente” los políticos de turno. Todo aquello que desde los medios de comunicación se presenta como “progresista” es aceptado con facilidad, lo que lleva a rechazar a la Iglesia y sus enseñanzas como anticuadas y reaccionarias y tratar de expulsarla de la vida pública.
La necesidad de una nueva evangelización se acuciante, aunque haya que realizarla en unas condiciones políticas adversas, pero sobre ello ya estamos advertidos por el mismo Jesús. El mundo no lo aceptó a Él ni nos va a aceptar a nosotros, pero el mayor peligro es querer hacer una iglesia aceptable al mundo, que nos tienta diciendo: “todo esto te daré si me adoras”.
Sobre las tentaciones de Jesús en el desierto y las nuestras tenemos la oportunidad de meditar en esta Cuaresma y sacar el compromiso de ponernos a evangelizar porque solo a Dios, no al mundo, hemos de rendir culto.
Francisco Rodríguez Barragán
http://elguadalope.es/2011/03/07/bautizados-y-cuaresma/
http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=52139&idNodo=-5
http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/68172/bautizados-y-cuaresma
http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/14078/2011-03-07.html
http://www.conoze.com/doc.php?doc=9208
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=19576

PUBLICIDAD Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

La Codorniz, aquella revista humorística que supo sobrevivir a todos los años de la censura, dejó de existir cuando llegaba la democracia. Su lema “donde no hay publicidad resplandece la verdad”, creo que inicialmente fue el título de una sección de crítica de cine, aunque la frase se quedó para siempre como una crítica a la publicidad y su relación con los medios de difusión.
La publicidad cumple su papel fundamental de dar a conocer las cosas que se ofrecen al consumo de la gente, desde el pregón callejero al anuncio impactante, elaborado por equipos de técnicos conocedores de los resortes adecuados para vender cualquier cosa. Si la publicidad resulta engañosa y falsa pronto se descubre y el producto fracasa.
Pero la publicidad, además de ofrecer productos, resulta indispensable para la supervivencia de los medios de comunicación. Aunque el coste de la publicidad repercuta sobre el precio del producto ofrecido, el medio que la ofrece en forma de imagen o sonido no cobra nada a su público y, si es en papel, lo hace a un precio muy inferior a lo que cuesta editarlo o incluso totalmente gratuito.
Las emisoras de radio, las cadenas de televisión, los diarios o las revistas, se costean con los anuncios que publican. Esta relación necesaria entre los medios y la publicidad, no debe ser pasada por alto por los lectores, espectadores y oyentes, pues ello puede darle la clave acerca de las cosas que dice o no dice cada medio, si algún segmento de la verdad queda opacado o no resplandece de forma suficiente.
Naturalmente no me refiero a los anuncios de muebles o lociones capilares, sino a los anuncios institucionales, financieros o políticos, que contribuyen decisivamente a mantener el medio y a los cuales es peligroso criticar, por si cancelan su cuenta de publicidad. Pensemos, por ejemplo, en los anuncios oficiales de los diversos organismos autonómicos, o en los de “contactos” que se mantienen en las páginas de publicaciones respetables, pero que no quieren perder esta fuente de financiación.
Las cadenas oficiales que han prescindido de la publicidad viven a costa del presupuesto, que nutrimos entre todos, razón por la que habríamos de esperar una absoluta imparcialidad y un comprobable pluralismo, pero que pueden convertirse fácilmente en altavoces del partido en el poder.
Además todos los medios son empresas que buscan beneficios económicos o políticos y el medio mismo se convierte en publicidad de la ideología de sus propietarios, que no estarán especialmente interesados en que resplandezca la verdad de ideologías opuestas. El distinto tratamiento de una misma noticia en los diversos medios, pone de manifiesto la tendencia de cada cual.
Lo más corriente es la adhesión a los medios que, de alguna manera, responden a nuestras previas convicciones, lo cual termina embotando nuestra capacidad de juicio. Dejamos de pensar y buscar la verdad por nuestra propia cuenta, para asumir como propias las ideas que nos facilita el programa, emisora o periódico al que nos adscribimos de por vida.
Los medios de comunicación, incluido internet, que hoy se nos ofrecen en grandes cantidades podemos utilizarlos como medio de evasión o como material sobre el que aplicar nuestra razón y nuestra capacidad de análisis, en caso contrario, terminaremos adoctrinados y manipulados, casi sin notarlo.
Francisco Rodríguez Barragán
http://elguadalope.es/2011/03/18/publicidad-y-medios-de-comunicacion/
http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=52337&idNodo=-5
http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/14379/2011-03-24.html

PRACTICANTES NO-CREYENTES

En las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas se incluye siempre la pregunta acerca de la religión de los encuestados, que viene arrojando un 75% aproximadamente de católicos, aunque de estos no llega al trece por ciento los que asisten una vez por semana a misa. Hay por tanto una mayoría de católicos no-practicantes, alejados de la Iglesia, bautizados quizás, pero escasamente instruidos en la fe.

Pero además de la realidad de los creyentes- no-practicantes, me preocupa bastante la de los practicantes-no-creyentes, o creyentes en unas cosas sí y en otras no. Se muestran públicamente como católicos, asisten a determinados actos de culto, a veces están integrados en asociaciones, cofradías o movimientos cristianos, pero no ahorran sus críticas a la Iglesia, pues ellos saben todo lo que habría de arreglar en ella, desde el Papa para abajo.

Tampoco ahorran sus críticas a otros grupos cristianos, bien por considerarlos “carcas” o “progres”. Lo de la “unidad de los cristianos” será algo relativo a los ortodoxos o los protestantes, pero se piensa, por desgracia, que no tiene nada que ver con la animadversión y rechazo de unos grupos eclesiales por otros.

A menudo estos críticos de la Iglesia tienen mentores que les facilitan ideas teológicas novedosas, argumentos doctrinales, o propuestas de reforma de las instituciones eclesiales, cosas al parecer más urgentes que la propia conversión a la verdad del evangelio. Parece olvidado que es Pedro, el que recibe el encargo de confirmar en la fe a sus hermanos y no otros.

En lugar de seguir transmitiendo a los hombres que Dios nos ama, que tiene un plan sobre nosotros, que Cristo es el camino, la verdad y la vida, que la Iglesia que fundó tiene una misión permanente: transmitir el Evangelio recibido, sin modificaciones ni rebajas, estos cristianos quieren llegar a acuerdos con el mundo y sus valores. Nos dicen que, como todo ha cambiado, es la Iglesia la que tiene que amoldarse a las nuevas realidades del mundo: familias frágiles, sexualidad permisiva, relativismo rampante, donde todo vale lo mismo, tolerancia que exige la renuncia a cualquier convicción, ideología de género, etc.

Muchos son cristianos, tan modernos, que han dejado de creer en el demonio, en el infierno, en el sentimiento de pecado, en la necesidad absoluta de ser salvados por Jesús.

En estos tiempos de crisis les parece estupendo que la Iglesia abra comedores para dar de comer a los que pasan hambre, pero apenas se cuestionan las causas del desastre y la responsabilidad que a todos nos atañe.
¿Son muchos o pocos estos cristianos practicantes pero no-creyentes? No lo sé, quizás yo mismo sea uno de ellos, tendré que convertirme más seriamente al Evangelio.

Francisco Rodríguez Barragán


http://elguadalope.es/2011/03/25/practicantes-no-creyentes/
http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/69072/practicantes-no-oyentes
http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=52464&idNodo=-5
http://www.conoze.com/doc.php?doc=9247

CAPILLAS EN LAS UNIVERSIDADES

Cuando supe de los ataques a las capillas católicas ubicadas en dos universidades, me sentí indignado. Después, cuando vi las imágenes de los que habían perpetrado estas acciones, en lugar de indignación sentí pena al ver unos jóvenes extraviados por ideas sectarias, revolucionarios de la nada, que sabían que profanar los lugares de culto católico y faltarle el respeto a los cristianos, no resulta en modo alguno peligroso, nadie va a incitar a la venganza y aunque hayan conculcado derechos quedarán impunes
Pero ¿por qué se pretenden eliminar las capillas religiosas de las universidades? ¿Qué encuentran de peligroso en esta presencia? ¿Ignoran que la Iglesia católica fue la impulsora de las universidades?
Sus ataques a Dios son ridículos. Si no creen que exista, sus acciones carecen de sentido. Si lo odian hasta la blasfemia, será porque de alguna manera creen en su existencia y es patético que piensen que pueden infligirle algún daño. Dios, en su infinita grandeza, no es un ser pasible, pero en cambio, es compasivo y misericordioso. Jesucristo, su Hijo, que por amor al hombre se hizo uno de nosotros, murió en la cruz mientras pedía perdón y excusaba a sus verdugos diciendo: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen. Tampoco los atacantes de las capillas saben lo que se hacen.
Quizás a quienes odian es a los cristianos, compañeros de la universidad, pero no creo que por ejercer su derecho a practicar libremente su religión, esto le irrogue ningún perjuicio a los demás, mientras que tratar de imponer a ultranza el laicismo atenta, sin ninguna duda, con los derechos y libertades de los cristianos. No obstante, bueno es que sepan que los cristianos vamos a amarlos a pesar de todo, pues venimos obligados a amar a nuestros enemigos, cuya aversión no nos coge de sorpresa. Jesús mismo nos advirtió que seríamos perseguidos a causa de su nombre.
Es posible que a quien odien con saña sea a la Iglesia, pero la iglesia y los cristianos son la misma cosa, el pueblo de Dios, el cuerpo de Cristo, que camina por el mundo y por la historia con la misión de anunciar a todos los hombres el amor de Dios. Aunque formada por hombres limitados y pecadores, la Iglesia se esfuerza constantemente en la defensa del hombre y sus derechos. Creó universidades y escuelas antes que existieran los ministerios de educación, hospitales antes que existiera la seguridad social, ha atendido siempre a los excluidos, a los marginados, a los necesitados. Los comedores sociales no están abiertos en los locales de los partidos, ni de los sindicatos. Los mantiene la Iglesia.
La impunidad de los ataques, la efímera gloria de la atención de los medios de comunicación, sin duda que animará a otros a organizar burlas blasfemas contra los cristianos.
Reclamaremos que se nos respete, quizás sin éxito, condenaremos estas acciones, pero queremos ser compasivos y misericordiosos con los que nos odian y persiguen y rezaremos para que encuentren objetivos más nobles por los que luchar y comprometerse.
Francisco Rodríguez Barragán
http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/14579/2011-04-04.html
http://elguadalope.es/2011/04/01/capillas-en-las-universidades/
http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=52598&idNodo=-5
http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/69393/capillas-en-las-universidades

¿QUÉ PODEMOS HACER?

Este último periodo de nuestra historia ha resultado un monumental fiasco. Hace falta poco tiempo para hundir un país, pero son necesarias varias generaciones para levantarlo, por lo que no podemos perder tiempo en ponernos manos a la obra.
No son solamente la economía y el paro nuestros problemas, hay muchos más. El trabajo de ingeniería social aplicado a lo largo de estos años ha sido un proceso de demolición de los pilares básicos de la sociedad. La familia, como célula social encargada de transmitir la vida y los valores que hacen posible la convivencia, ha sido arrasada.
Ya no hay padres ni madres, sustituidos por progenitores A y B, ni siquiera libro de familia. La manipulación perversa del lenguaje ha eliminado la palabra matrimonio, sustituida por pareja. (Lo de matrimonio se reserva para el “matrimonio homosexual”).
Las parejas se hacen y deshacen sin legalizar siquiera sus uniones y si lo hacen son cada vez más frágiles y precarias. Abiertamente en contra del matrimonio estable, se ha introducido el divorcio exprés.
Desciende la natalidad por debajo del nivel de reposición de la población, al mismo tiempo se facilitan todos los medios para una sexualidad irresponsable: anticonceptivos, píldora del día después o aborto. Seguramente siguen las instrucciones de los desquiciados “sabios” que quieren reducir la población mundial a la cuarta parte, para salvar al planeta tierra.
Ser hombre o mujer ha dejado de ser algo dado para convertirse en “opción personal”, en concepto cultural. Esto es algo de lo que se imparte en la asignatura esa de Educación para la ¿ciudadanía?
Se habla mucho de corrupción y de poder, pero poco de honestidad, de honradez, de esfuerzo, de excelencia, de trabajo bien hecho, de responsabilidad, de servicio, del bien o de la verdad.
No podemos esperar que otros políticos distintos tengan una varita mágica, para reponernos en aquella situación que ahora nos parece tan estupenda en la que podíamos gastar sin cortapisa, consumir con despilfarro, hipotecarnos de por vida, aquella época en que pensábamos que sin mayor esfuerzo éramos cada vez más ricos y nuestras inversiones en casas de la ciudad, del campo o de la playa, con dinero prestado, subían y subían de valor.
Hemos despertado del sueño y tenemos todos que aceptar nuestra parte de culpa, aunque en muchos casos aleguemos que fuimos engañados. Como en el timo del toco-mocho, coincidió la codicia de los timadores y de los timados. No vale lamentarse sino volver a descubrir el valor de la sobriedad, de la economía doméstica que aconsejó siempre no gastar más de lo que se gana, huir de la ostentación y el despilfarro.
Asumamos nuestra responsabilidad de vivir y hagamos lo que nos corresponde a cada uno. Quienes tienen trabajo que trabajen más y mejor y los que no lo tienen que vayan a buscarlo donde lo haya, los que tengan iniciativas que emprendan y los que tienen dinero que inviertan. Pero exijamos a los políticos los valores de honradez, honestidad, economía y transparencia. Exijamos que se termine la orgía de despilfarro de la administración. Exijamos que desaparezcan todos los “chiringuitos” montados por los políticos para medrar y formar una red clientelar de paniaguados.
No existe ninguna superioridad moral de este o aquel partido, hasta tanto no la demuestren con hechos justos y eficaces. Que no nos vengan unos con trasnochados obrerismos, otros con la fábula de una mano oculta que armoniza la codicia de todos, y otros con el estado del bienestar, también en crisis.
Utilicemos nuestra razón para juzgar de la bondad o maldad de todas las propuestas, programas y propagandas, sin caer en la tentación de juzgar como bueno lo que nos beneficie, aunque sea a costa de otros, y malo lo que nos suponga algún sacrificio, aunque sea en beneficio de los demás.
No perdamos más tiempo en lamentos, sino pongámonos a arreglar esto, empezando por fortalecer la institución familiar y el sistema educativo. Dejemos de creer tontamente en un estado providencia. Nuestros problemas no parece los vayan a resolver los políticos ni los sindicatos, a los que hay que pedirles, que al menos, no pongan trabas a nuestra libertad, ni nos agobien con más cargas, impuestos, prohibiciones ni burocracia.
Francisco Rodríguez Barragán
http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=52617&idNodo=-5
http://elguadalope.es/2011/04/09/%c2%bfque-podemos-hacer-2/
http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/14672/2011-04-09.html
http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/69683/qu-podemos-hacer
http://www.conoze.com/doc.php?doc=9279

ELECCIONES A LA VISTA

Con una ley electoral del año 1977, que ha mostrado suficientemente sus defectos, pero que los dos partidos mayoritarios no se han propuesta mejorar, se convocan elecciones municipales y autonómicas para el mes de Mayo, con sus listas cerradas y bloqueadas.
En las elecciones generales, normalmente no votamos a las personas que van a representar a nuestra provincia en el Congreso y el Senado, a las que muchas veces ni conocemos, y cuyo trabajo en estos parlamentos nos resulta misterioso, pues terminan las legislaturas sin que los hayamos oído nunca parlamentar. Los nombres que aparezcan en las papeletas son lo de menos ya que realmente se vota a los partidos.
En las municipales, aunque también tengamos listas cerradas y bloqueadas, normalmente conocemos a las personas cuyos nombres aparecen en ellas. Muchos serán repetidores, dispuestos a conservar su puesto en el ayuntamiento, en el gobierno o en la oposición, pues se aseguran un sueldo que, muchas veces será superior al que podrían obtener con su oficio o profesión, si es que la tienen.
Los vecinos pueden juzgar con conocimiento de causa si los que gobernaron, y quieren seguir gobernando, lo hicieron en beneficio de todos los vecinos o en el de su clientela afecta. Si administraron los impuestos y tasas que cobraron a los vecinos con seriedad y economía, si pueden presentar unas cuentas claras y transparentes.
También pueden conocer si se han enriquecido con el cargo o han enriquecido a sus parciales. En todas las corrupciones hay corruptos y corruptores, pero los resultados económicos los delatan y todo el pueblo lo sabe.
Por tanto en las elecciones municipales los votantes tienen una clara responsabilidad, ya que está en sus manos evitar que los que quieren medrar con la política lo consigan y se perpetúen. El problema puede ser que muchos vecinos hayan perdido su independencia al convertirse en clientela de los políticos, que compran su voto con el dinero de todos, a través de ayudas, prebendas y subvenciones.
Al ser las listas cerradas y bloqueadas, pueden aparecer mezcladas personas que nos merecen más o menos respeto y confianza, dependerá por tanto de la opinión que tengamos acerca de los que ocupan los primeros puestos de la lista, el que no decantemos por una u otra opción.
Hay que votar en conciencia, sin sentirse obligados por haber mantenido en el pasado simpatías hacia un determinado partido. Lo importante es elegir a personas que puedan regir la comunidad de vecinos de cada pueblo con honestidad y que no buscan acceder a la política para vivir de ella. Siempre serán preferibles los que hayan acreditado su capacidad y valía en el ejercicio libre de su profesión u oficio, que los que arriben a las listas electorales buscando un trabajo bien retribuido, sin ninguna vida laboral previa.
En las elecciones autonómicas a la vista también podemos aplicar los mismos criterios para optar por una u otra lista, sin dejarnos manipular con mensajes grandilocuentes y mucho menos si estos mensajes tratan de sembrar división y odio entre los españoles.
Lo que necesitamos es conseguir en nuestros ayuntamientos y autonomías gobernantes austeros, administradores escrupulosos del dinero de los contribuyentes, honestos a carta cabal, preocupados por el bien común y la solidaridad, dispuestos a superar la crisis que padecemos.
Francisco Rodríguez Barragán
http://elguadalope.es/2011/04/21/elecciones-a-la-vista/

PROCESIONES DE SEMANA SANTA

La Semana Santa como atractivo turístico, ocasión de viajar o vacación no me parece mal, aunque pienso que su verdadero sentido se ha diluido, se ha perdido para la mayor parte de la gente.
La celebración del memorial de la Pasión de Cristo que los cristianos sacaron a la calle en forma de procesiones y cortejos, tenía la finalidad de hacer pública confesión de su fe en Jesucristo muerto y resucitado, como salvación de todos los hombres.
Hoy que el laicismo militante de nuestro gobierno trata de reducir nuestra fe a una cuestión privada, excluida del ámbito público, me parece necesario que, lejos de recluirnos en el interior de nuestras iglesias, optemos decididamente por anunciar abiertamente el evangelio, con ocasión o sin ella.
Pero tendríamos que preguntarnos si nuestras procesiones de Semana Santa son un claro testimonio de nuestra fe, o solo recuerdos del barroco, que resultan atractivos como mero espectáculo.
Las túnicas y capirotes de los cofrades han perdido casi toda referencia a su origen penitencial, razón por la que se tapaban la cara. Quizás hoy sería bueno que fueran a cara descubierta para que su fe y compromiso cristiano fuera manifiesto.
Pasear por las calles de la ciudad una representación escultórica de la Santa Cena debería explicar a los espectadores que se trata de la institución de la Eucaristía, en la que Jesús se nos da a sí mismo en el pan y en el vino, como vida de todos los que crean en Él.
La agónica oración de Jesús en el huerto de los Olivos, su prendimiento, su injusta condena, los azotes, burlas y corona de espinas que soportó, llevar a cuestas la cruz para ser clavado en ella y morir perdonando y exculpando a sus verdugos, es la entrega amorosa más portentosa que se haya producido en el mundo: que el Hijo de Dios muera por los hombres de todos los tiempos.
La pasión de Jesús será un signo para la gente si los que la muestran, creen en Cristo y le siguen en sus vidas de cada día. Las esculturas pueden ser ilustraciones didácticas, pero necesitan el testimonio coherente de los cristianos que las acompañan por las calles.
En muchos sitios los desfiles procesionales acaban bruscamente, bajando a Jesús de la Cruz y mostrándolo en el sepulcro, como si allí acabara todo, pero no es así. Cristo resucita en la mañana de Pascua y queda establecida su divinidad. Si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe, como dice San Pablo. Sin resurrección, Jesús sería una persona interesante del pasado, pero resucitado es el Señor, el que ordenó a sus seguidores que anunciaran el evangelio y unidos a Él formaran su iglesia.
En casi todos los desfiles, alhajada y adornada, aparece María, la madre de Jesús. Sin duda la mayor parte del pueblo siente devoción por la Virgen. Hay quien dijo que muchos españoles no creen en Dios pero creen en la madre de Dios.
Las procesiones de Semana Santa tienen sentido si evangelizan, si invitan a la fe y al seguimiento de Jesús en estos tiempos de laicismo, alejamiento y rechazo de lo cristiano. Espero que el retorno a la fe tenga como mediadora a María, que nunca necesitara ninguna joya, ya que fue y es la llena de gracia, dispuesta siempre a interceder por nosotros.
Francisco Rodríguez Barragán

http://elguadalope.es/2011/04/13/procesiones-de-semana-santa/
http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/14726/2011-04-13.html
http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=52755&idNodo=-5
Publicado en Diario Siglo XXI el 21-04-11
http://www.conoze.com/doc.php?doc=9278