domingo, 25 de febrero de 2018

La dudosa salud de nuestra democracia



            ¿Cuándo tendremos políticos que piensen en el bien común?
Comienzo por confesar mi pesimismo respecto a la marcha de nuestra democracia que comenzamos con grandes ilusiones, pero nos está llenando hoy de graves desazones, pues da la impresión de que,  al faltar una meta común, un programa ilusionante de futuro, una historia compartida, ha llegado el momento de desmembrar, de hacer pedazos esta vieja nación a la que tanto amo.
Cada partido, cada grupo, cada región, cada ciudad, cada pueblo, en lugar de sentirse aunados en un proyecto compartido, en una búsqueda incesante del bien común, pretenden utilizar todas sus fuerzas para desunir, para reclamar derechos imposibles, para hundir a los contrarios,
Unos tratando de mantenerse en el poder hablan constantemente de éxitos económicos, seguramente ciertos, pero que no llegan a todos. Pretenden ser representantes de la derecha, pero ¿qué derecha? ¿Hay quien defienda los valores que la cohesionaban? ¿Por qué se siguen aprobando leyes destructoras de la familia inspiradas en la perversa y amenazante ideología de género, en la promoción de una sexualidad descontrolada pero que se niega a favorecer el crecimiento de la natalidad, la estabilidad del matrimonio?
Los que aspiran a desalojar a los anteriores ¿qué ofrecen? Unos, más de lo mismo, aunque con un aire más moderno. Otros, o mejor, otro quiere a toda costa ocupar la Moncloa, es el del no, el del odio africano, el que ha conseguido nuevamente imponer su voluntad al viejo partido socialista, pero que no sabemos lo que ofrece o al menos yo no he oído nada que valga la pena.
Otros que también sueñan, o soñaron alcanzar el poder, con su color morado y su círculo de soga, -─uroboros son los viejos marxistas que sueñan con la revolución que nos castigará, hasta eliminarnos, a los que no pensamos como ellos. Son peligrosos porque han asimilado a Gramsci que los convenció de que la revolución hay que empezarla ocupando las universidades, los colegios, incluso las guarderías, los medios de comunicación  y desde ahí ir borrando valores, virtudes, religiones, con la potente herramienta que ideó Noam Chomsky, de armas silenciosas para guerras tranquilas, de técnicas de manipulación masiva.
También están los nacionalismos que nuestra democracia pensó integrarlos en el proyecto constitucional del 78  pero ha sido en vano. Han crecido sus quimeras, sus falsas historias, sus locos deseos de ser independientes, que no harían a todos sus habitantes ni mejores ni más ricos ni más europeos y han pensado que el momento de hacer realidad sus fantasías es ahora, cuando parecen acabados los políticos capaces de ofrecer una programa de convivencia lleno de ilusión, capaces de buscar el bien común, el de todos, por encima de los egoísmos partidarios.
Hay algunos embriones de partido que ignoro si llegaran a cuajar, si los dejarán cuajar, porque el ritmo de gasto para las campañas electores no está a su alcance.
Y hablando de gastos está el derroche de mantener una administración desmesurada, municipal, provincial, autonómica y estatal una hidra feroz de cuatro cabezas que engullen por lo menos la mitad del PIB, sin que esté nada claro que el sistema autonómico nos haya aportado algún beneficio superior al que tendríamos con estado unitario, salvo a los políticos, funcionarios y enchufados que lo disfrutan.
Francisco Rodríguez Barragán
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Eso de la Cuaresma ¿va contigo?



            Ahora es tiempo favorable para convertirnos y creer en el Evangelio
Un año más ha empezado la Cuaresma. Seguramente habrá más gente interesada por el Carnaval ya que noticias del mismo en cada lugar nos llegan por todos los medios. Chirigotas, charangas, desfiles de todas clases. Unos graciosos, otros chocarreros, desfiles suntuosos y presentaciones obscenas, incluso blasfemas, amparadas en la libertad de expresión, pero que son una ofensa a los sentimientos religiosos de los que hoy seguimos considerándonos cristianos.
Pienso que mucha gente no tiene ninguna idea del significado del Carnaval ni de la Cuaresma. Hubo tiempos en los que la vida de la gente estaba orientada por la Iglesia. Durante la Cuaresma los cristianos ofrecían el sacrificio de no comer carne, por lo que al iniciarse este tiempo se consumían, entre jolgorios, todas las carnes que hubiera en la casa, pues no había congeladores en cada cocina. Así que el carnaval venía a significar algo así como “carne fuera”, mientras que la Cuaresma era tiempo de seriedad, recogimiento y preparación para celebrar la Pasión de Cristo en la Semana Santa, que terminaba con la alegría pascual de la resurrección del Señor.
En el siglo IV se estableció que la Pascua de resurrección se celebrase el domingo siguiente a la primera luna llena de primavera y que cuarenta días antes comenzara la cuaresma (en este cómputo no se tienen en cuenta los domingos del periodo). Al utilizar los ciclos lunares estas celebraciones resultan movibles en el calendario solar que usamos.
Volviendo al día inicial de la Cuaresma, el miércoles de Ceniza, se impone en la frente de cada cristiano que asiste una cruz de ceniza, al mismo tiempo que el celebrante le dice: “Conviértete y cree en el evangelio”. También se utilizan otras fórmulas como: “Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás” o “Concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida”, cualquiera de ellas merece una atenta reflexión.

La invitación a convertirse y creer en el evangelio, me parece siempre oportuna, aunque no sea cuaresma ni miércoles  de ceniza. Dentro de cada uno de nosotros sentimos a menudo una cierta insatisfacción, un deseo de ser mejores, que queda a menudo solapado por el ansia insaciable de otras cosas materiales: riquezas, suerte, éxito, placer, pero el evangelio es la buena noticia que nos anuncia que Dios nos ama y nos invita a amarle sobre todas las cosas y para toda la eternidad.

Recordar que somos poca cosa y que cuando muramos volveremos al polvo, no es lo que nos gusta oír, pero es la pura verdad. El grave problema es creer si después de la muerte nos espera un Dios que nos ama o el frío vértigo de la nada; si más allá de la muerte nos pedirán cuentas de lo que hicimos y de lo que dejamos de hacer, de nuestros amores y nuestros odios. Mucha gente prefiere no pensar en ello, no pensar en la muerte,  convencerse de que más allá no hay nada, pero ¿y si hay?

Por tanto la tercera fórmula sería la oración que tendríamos que llevar en los labios: Concédenos Señor el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida y no una vida cualquiera sino una vida sin fin.

Que esta Cuaresma sea una oportunidad de encontrarnos con Dios en el que vivimos, nos movemos y existimos.

Francisco Rodríguez Barragán

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domingo, 11 de febrero de 2018

Conductas desviadas de niños y jóvenes



            Violencia, sexo, pornografía y redes sociales
Una niña de 11 años da a luz, fue embarazada por un hermano de 13 o 14. Otro pequeño ha sido violado, sodomizado, por otros niños, al parecer en el colegio en hora de recreo, son dos sucesos que han saltado a los medios pero no serán casos aislados, lo mismo que la violencia que ejercen unos niños sobre otros, alumnos acosados por sus compañeros hasta amargarles la vida, que no queda solo en palabras sino en agresiones y palizas que son grabadas por el móvil de algunos para presumir de ello.
Que niños de corta edad o al borde de la pubertad hagan estas barbaridades pienso que se debe al desmadre que padecemos. ¿Dónde aprendieron los niños en edad escolar estas prácticas? Sin duda en las redes sociales, el internet, la tele o el móvil que ofrece sin cortapisa pornografía, pedofilia y fornicación, sin nadie que vigile lo que hacen con estos aparatos nuestros hijos.
De vez en cuando nos dicen que han detenido a personas que almacenaban en internet fotografías de contenido pedófilo. ¿Cómo consiguieron tales fotos?
 Antes una fotografía necesitaba un proceso largo para revelarla, pero con la tecnología actual las fotos y su difusión, vía whatsApp,  son instantáneas, cualquiera puede autorretratarse o retratar a otros y enviarla de móvil a móvil, sin posibilidad de controlar la cadena de personas que las verán.
Establecer contactos con desconocidos que pueden ganar su confianza, es un riesgo del que no son conscientes la mayor parte de los niños que utilizan el móvil sin control alguno. Muchos padres caen en la trampa que les tienden sus hijos con aquello de “todos mis amigos lo tienen” y para que no se sienta desgraciado por ello, pues ponen en sus manos un arma peligrosa.
Hay que tener en cuenta además que la corrección paterna se ha devaluado hasta hacerla imposible. Lo mismo que la amenaza de la mujer a su pareja: “si te denuncio por malos tratos te vas a enterar”,  los niños también esgrimen la misma amenaza: telefonear a determinado número y acusar a los padres.
Niños y jóvenes inimputables cometen verdaderos delitos, incluso de sangre, van a parar a los centros de acogimiento (antes se llamaban reformatorios), creados por cada comunidad autónoma en los que, al convivir mezclados, refuerzan sus malas inclinaciones y no se reforman de ninguna manera. Los funcionarios que los tienen a su cargo tienen pocas posibilidades de educarlos y bastantes de ser agredidos y burlados.
El alcohol, las drogas y el sexo se ofrecen constantemente a la juventud desde la niñez e incluso hay instituciones que creen positivo el reparto de preservativos o las instrucciones sobre cómo utilizar las drogas, como ha hecho un importante ayuntamiento.
Para mayor confusión hay los que siguiendo las consignas de la ideología de género están introduciendo en la mente de los niños que el sexo es algo que puede cambiarse a voluntad, decidir si se quiere ser niño o niña con independencia del que realmente tenga desde su nacimiento, obligando a tratar a niños como niñas y viceversa si muestran estas tendencias y castigando a quienes quieran evitarlo.
Es el resultado de perder velozmente los valores morales, éticos y religiosos que pueden orientar la vida de las nuevas generaciones en nombre de una falsa modernidad que está dando como resultado sexualidad desenfrenada, violencia y vicio.
Francisco Rodríguez Barragán
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La innecesaria ley de la memoria histórica



            Me parece grave que se instauren leyes que amenacen nuestra libertad            de opinión.
La innecesaria  ley de la memoria histórica, aprobada en tiempos de Rodríguez Zapatero, parece que están empeñados en empeorarla nuestros actuales diputados, cuando lo procedente sería derogarla de una vez.
La historia es una importante disciplina académica y son los historiadores los que deben ofrecer el resultado de sus investigaciones, que otros podrán contradecir, puntualizar o impugnar, como se ha hecho siempre y arriesgando el propio prestigio en las obras que publiquen.  No hay ningún pasado definitivamente cerrado ya sea la invasión árabe, la reconquista, el descubrimiento de América, las conquistas de Alejandro y por supuesto todas las guerras que en el mundo han sido.
Pero una cosa es estudiar historia como constante búsqueda de la verdad  y otra utilizar la historia o remover el pasado de forma políticamente agresiva, partidista, rencorosa. Buscar la verdad exige esfuerzo, estudio, reflexión, pero agitar el pasado en busca de réditos políticos me parece despreciable, mera labor de agitación y propaganda que puede alterar la convivencia pacífica de los ciudadanos.
Creo que el callejero de nuestros pueblos y ciudades es quizás el que resulta siempre modificado después de cualquier cambio.  Hay calles en mi ciudad que han cambiado de nombre varias veces, aunque la gente, a menudo, ha seguido utilizando el más antiguo y menos problemático.
Estuve en la comisión encargada del cambio del callejero, cuando comenzó la transición y mi postura fue no cambiar un personaje por otro sino recuperar el que tuvo durante más tiempo, especialmente si no era de ningún  político. Descubrí entonces que los personajes que daban nombre a muchas calles y plazas eran desconocidos de sus vecinos, quizás por ello un granadino, Don Julio Belza, acometió hizo un concienzudo trabajo y publicó el libro “Las calles de Granada”, un curioso inventario de nombres, sucesos y personajes.
Pero la ley de Memoria Histórica va mucho más allá de un cambio de callejero pues da pie para abrir heridas cerradas y olvidadas de sucesos ocurridos hace más de ochenta años, sin tener en cuenta que en el clima revolucionario que dio lugar a la guerra civil, cualquier familia tiene antepasados de un bando o de otro o de los dos, que fueron víctimas del odio y la violencia.
Además esta ley, si llega a modificarse en el sentido que se anuncia, intentará establecer una verdad inapelable, de la que nadie pueda disentir y el que disienta puede ser acusado y condenado, lo cual es una imposición totalitaria inadmisible en una democracia que dice respetar la libertad de los españoles.
 Ya tenemos ejemplos de este tipo de leyes en los casos de violencia e ideología de género, del matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto o la educación para la ciudadanía, cuestiones en las que no se acepta ninguna opinión en contra, ninguna disidencia frente a la imposición de cuestiones más que discutibles ya que atañen a la educación, a la libertad religiosa o al fundamento de la familia.
Luego podrán decir que todo esto está aceptado por la sociedad, una sociedad cada vez más manipulada, incapaz de oponerse a lo que se le presenta como moderno y avanzado, pero en la que tratan de silenciar, por todos los medios,  las voces discrepantes.
Francisco Rodríguez Barragán
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Publicado en el brief ACTUALL de 6 de febrero de 2018