martes, 31 de agosto de 2021

¡Qué tiempos nos ha tocado vivir!

 


¿Tendrá este mundo arreglo o habrá que esperar al juicio final?

¿De qué escribir sino de Afganistán? Los sucesos del aeropuerto de Kabul, repetidos en todas las cadenas de televisión a todas horas han venido a sumarse a nuestra pandemia, la situación económica, la escasa actuación de nuestros gobernantes, la excesiva respuesta de Estados Unidos y la más que discreta de la Unión Europea.

La venganza que anuncia Biden y las armas que portan los talibanes no anuncian nada bueno y como siempre serán los pobres y sus niños los que pagarán con sus vidas esta locura.

Desde que cayeron las torres gemelas en Nueva York han pasado quizás veinte años en los que poco se ha avanzado para encontrar un camino de pacificación y diálogo.

La sharía está cada vez más presente y amenazante en el mundo entero mientras que nos dedicamos a inventar nuevos derechos de “entrepierna”. Así nos va a occidente cada vez con menos niños y más perros, mientras se va alzando sin prisa ni freno el imperio mundial de China.

Los que andan propalando la llegada del Nuevo Orden Mundial, el calentamiento del planeta y una agenda para el 2030 o 2050 que no sabemos si va a solucionar nuestros problemas o agravarlos, seguro que agravarlos me temo.

El movimiento de pueblos que llamamos inmigración es imparable, como lo fue en los tiempos del imperio romano, pero con la diferencia de que aquellos bárbaros aceptaron pronto las leyes de Roma y aquí me temo que habrá que terminar aceptando el Corán, el burka, las barbas y el turbante pues no tenemos más que algunas ideas desvalorizadas de democracia o igualdad.

Las ideas que levantaron Europa estaban estrechamente unidas a unos valores religiosos que cambiamos por los idearios de Voltaire, de Schopenhauer, de la revolución francesa, el comunismo, el nazismo y el feroz capitalismo que sigue vigente.

A lo largo de mi ya larga vida pensé que todo iba a mejor, pero acabadas las guerras europeas y la del Japón, pronto llegaron las de Vietnam, el avispero del Sureste asiático, los extraños procesos descolonizadores que no hicieron crecer a los territorios sometidos. Por mucho que admiremos a Gandhi habremos de reconocer que ni la India ni el Pakistán hayan dejado de ser pobres y subdesarrollados.

Mao, del que se hablaba muy mal cuando gobernaba, ha dado paso a una China próspera que sigue siendo, al parecer, marxista. ¿?

Imagino que en lo poco que me queda de vida veré mas desgracias o grandezas. Las personas que rigen los destinos del mundo no son de fiar ya se titulen de derechas o de izquierdas. ¿Dónde estará el centro? Quizás sea solo una idea geométrica.

No sé lo que pensarán de nosotros nuestros hijos, pero es seguro que no mereceremos ningún reconocimiento ni alabanza, aunque siempre hay personas que dan su vida por amor, por la patria, por el prójimo. Esos serán los que salven el mundo en su hora postrera, en la hora en que resuenen las trompetas del Apocalipsis que profetizó San Juan.

Un viejo compañero que murió hace muchos años decía: “el que nace pobre y feo y se casa y no es querido y su muere y va al infierno: vaya juerga que ha corrido” ¿Habrá muchos en estas circunstancias?

 

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

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martes, 24 de agosto de 2021

Mandar es servir

 


Si el que manda busca enriquecerse en lugar de servir a su prójimo sea execrado para siempre.

Mandar es servir. Cualquier persona investida de una autoridad, de un poder, de un cargo, ya lo gane en unas elecciones, en un examen o en una prueba de acceso, nunca puede olvidar que su obligación es servir a los ciudadanos y en ningún caso disfrutar del cargo en su propio beneficio, enriquecerse con la prebenda obtenida o no hacer nada, salvo lucir la insignia, el collar, los galones o las estrellas que le señalan como autoridad, es decir: servidor del pueblo, de los ciudadanos, de los administrados.

El embajador de España en Kabul y su adjunta parecen entenderlo perfectamente cuando anuncian que serán los últimos en abandonar sus puestos y hayan cumplido la misión que les ha sido encomendada.

La actitud de servicio a los demás es ineludible para conseguir un clima adecuado de convivencia. Pero no solo de tienen que hacerlo los de arriba sino también los de abajo. Por ejemplo, los padres y los hijos.

Los padres están constituidos en autoridad respecto a sus hijos, autoridad que no puede serle arrebatada por ningún gobernante. Los padres tienen que educar a sus hijos y los hijos aceptar las normas que les impongan sus padres.

La relación de servicio en una familia no puede transferirse a ningún gobierno, los hijos SI SON DE SUS PADRES, aunque alguna ministra trastornada lo niegue. Este es un caso claro de utilización viciada de un cargo, con el objetivo de adoctrinar a los ciudadanos desde la infancia en sus propias ideas, ¡qué vaya usted a saber de dónde las ha sacado!

Bueno, quizás sepamos o intuyamos la fuente de esta actitud adoctrinadora: el nuevo orden mundial NOM o la férrea dictadura del neomarxismo gramsciano. En cualquier caso, lo que resulta claro es que estas personas no vienen a servirnos, a buscar nuestro bien, sino a enriquecerse y engrandecer su partido.

Servir a los demás es respetar sus propias ideas, aunque no coincidan con las de los que mandan. La tabla de derechos de los ciudadanos: libertad de religión, libertad de opinión, libertad de elección, libertad de asociación, etc., no pueden ser restringidas por los que mandan ya sea como políticos o como jueces, sino favorecidas y respetadas siempre.

Mal camino se lleva si se manipulan los medios de información para que solo llegue a los ciudadanos lo que interesa a los gobernantes. La convivencia siempre es posible si partimos del respeto mutuo y el dialogo franco y no manipulado.

Servir al prójimo es amarlo de todo corazón cosa que puede resultar cada vez más urgente si recibimos a personas de otro credo, otro color, otras circunstancias.

El que quiera aprovecharse de su situación para enriquecerse a costa de los demás será execrado por las siguientes generaciones. En la sucia manipulación de nuestra historia que sirve de justificación para denigrar a los demás, hay demasiada maldad que habrá que erradicar con la verdad y el olvido.

Evitemos que la culpa de nuestros abuelos nos manche y nos enfrente. Borremos de una vez para siempre las palabras terminadas en “ismo”, las palabras que ahondan diferencias y atizan odios.

Francisco Rodríguez Barragán

 

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https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

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miércoles, 18 de agosto de 2021

El peculado es pecado contra el séptimo mandamiento y un delito.

 


El pecado no se perdona si no s devuelve lo robado y el delito necesita jueces justos y valientes

En mi ya larga vida he ido acumulando libros, en papel o en PDF, que no llegué a leer y ahora cuando contemplo todos ellos que, sin duda, irán a parar, en el mejor de los casos a una librería de viejo, y con mayor seguridad a algún depósito de basura.

Uno de estos libros que bajé en PDF es el Catecismo Romano del Concilio de Trento publicado en 1926 con más de 600 páginas, aunque buena parte de ellas corresponden a notas que avalan el texto con citas de la Biblia, de los santos padres o de otros concilios, me puse a leerlo comprobando que iba dirigido a los párrocos para que instruyesen debidamente a sus feligreses.

Es posible que en otros tiempos los párrocos ejercieran esta labor, hoy pienso que no, aunque puedan aconsejar a los seglares si les plantean algún problema interpretativo.

La primera parte trata sobre los artículos del credo, la segunda sobre los Sacramentos, la tercera trata sobre los preceptos del decálogo, que es por donde voy en mi lectura y encuentro cosas bastante modernas.

En el séptimo mandamiento que manda “no hurtarás” incluye además del robo una serie de abusos que van desde la usura, el abuso en el trabajo tanto contra el trabajador como contra el empresario: contra el trabajador cuando no se le entrega un salario justo o contra el empresario cuando se cobra sin trabajar, con una llamada especial a los que trabajan al servicio de la administración y cobran un sueldo sin ninguna clase de rendimiento.

Pero también se incluye en este mandamiento “el peculado” que no sabía de lo que se trataba. Pensé que quizás fuera una palabra en desuso, pero me fui al Diccionario de la RAE y allí estaba bien definida: “Delito que consiste en el hurto de caudales del erario, hecho por aquel a quien está confiada su administración”.

Está claro que el peculado es un delito y también un pecado que exige la oportuna reparación para ser perdonado.

He pensado que nuestros pecadores y delincuentes de peculado han conseguido hasta borrar la huella de la palabra.

Meditando sobre ello veo que los caudales del erario público, lo que todos pagamos en impuestos, pueden estar en manos de delincuentes y lo estarán hasta tanto los que nutrimos ese erario con nuestros impuestos no sea capaz de desembarazarse de la falsedad presupuestaria, en la que todos los políticos de cualquier color, tratan de aumentar los impuestos, pero no suelen dar cuenta de cómo se hayan gastados. En cualquier comunidad de vecinos cuando se estudian las cuentas anuales todos tienen el máximo interés en saber qué se hizo de su dinero.

En los Presupuestos del Estado lo único importante es “aprobarlos como sea”. El examen de la recaudación y del gasto queda en el misterio y “el peculado” se produce.

Ya que los pecados contra la ley de Dios parecen haber sido derogados y nadie teme ir al infierno por administrar los caudales públicos en su beneficio y el de sus afines, a ver si el derecho que debe fijar los delitos y las penas tiene jueces y magistrados capaces de hacerlas cumplir.

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20210816Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

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jueves, 12 de agosto de 2021

Santa Teresa Benedicta, patrona de Europa, ruega por nosotros.

 Somos muchos países sin raíces ¿podremos subsistir?

Estoy escribiendo el 9 de agosto fecha en que se celebra la fiesta de Santa Teresa-Benedicta de la Cruz, que el Papa Juan Pablo II canonizó y nombró patrona de Europa. Quizás la Europa con la que soñaba Juan Pablo II no tenga mucho que ver con la que tenemos.

Esta santa cuyo nombre era Edith Stein antes de entrar en religión fue una importante filósofa. Su tesis doctoral fue dirigida por Edmund Husserl, filosofo afamado, pero que ni hizo nada para que consiguiera una catedra, sino que siempre lo dificultó pues no simpatizaba con las mujeres que querían demostrar que eran tan valiosas o más que los hombres. Era un feminismo ligado al esfuerzo y no meramente propagandístico como es actualmente.

Aunque sus trabajos eran importantes y llegaron a influir en Simone de Beauvoir en su obra El segundo sexo.

Eran tiempos de guerras y del auge del nazismo y su condición de judía la puso en un terreno peligroso. Influida por las lecturas de nuestra Santa Teresa de Jesús decidió convertirse al catolicismo y entrar en el Carmelo de Colonia.

Allí siguió leyendo y escribiendo, pero dada la situación de peligro pasó al convento de Echt en Holanda en 1938, pero la persecución continuó sin tregua y cuatro años después dos oficiales irrumpieron en el convento llevándose a la fuerza a la monja que fue enviada al campo de exterminio de Auschwitz donde fue asesinada el 9 de agosto de 1942 en la cámara de gas.

La profundidad de su pensamiento, más potente que el de Husserl y Heidegger, podía haber dotado a Europa de una filosofía de base católica, más allá de la mera fenomenología.

Luchó con todas sus fuerzas por conseguir la igualdad de la mujer, ya que ella había sufrido en carne propia el rechazo antifeminista. El feminismo que ahora triunfa en Europa es de mera propaganda, solo de fachada.

El esfuerzo del papa Juan Pablo II por poner a Europa bajo el patronazgo de Santa Brígida de Suecia, Santa Catalina de Siena y Santa Teresa Benedicta, ojalá dé los frutos que deseaba. Por el momento, Europa está cada vez más alejada de sus raíces cristianas promocionando leyes inicuas como la del aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la ideología LGBT y otras barbaridades.

Invito a los que quizás me lean que eleven sus oraciones a esta Santa y si pueden lean sus libros que es seguro les serán de provecho.

Naturalmente la red de televisiones seguirá con sus intrascendentes telediarios: juegos olímpicos, pandemia, vacuna y las vacaciones de nuestros políticos. ¿Podrán descansar después de dejarnos todo manga por hombro? Todos esperan dinero de Europa, pero sin encomendarse a ningún santo. ¿Vamos por buen camino?

Visto lo mal que nos llevamos entre nosotros mismos, destruyendo a España en girones, creo que solo nos queda rezar.

Pero ¿a quién le importa España? Todo es alargar la mano pedigüeña y hablar mal del pasado que ni conocen ni vivieron.

Francisco Rodríguez Barragán

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http://www.sotodelamarina.com/Francisco_Rodriguez_Barragan/Articulos/20210809Francisco_Rodriguez_Barragan.htm

 

 

 

 

martes, 3 de agosto de 2021

809 años de la batalla de las Navas de Tolosa.

 


El 29 de junio del 2012 escribí un artículo sobre los ochocientos años de la batalla de las Navas de Tolosa. Vuelvo a enviar el mismo artículo porque la situación de nuestro país no ha cambiado, incluso ha empeorado, y hay empeñados en ir haciendo desaparecer nuestra historia, nuestra memoria.

Recordar una de nuestras mejores historias cada cien años, máxime cuando los niños no las conoce en la escuela, me parece fatal. Menos mal que hasta ahora en Granada celebramos el dos de enero de cada año el día de la toma, aunque cada vez con más contradictores.

Este es el artículo de hace nueve años:

800 años de la batalla de las Navas de Tolosa

Una nación existe si las personas que la forman tienen un pasado común y un proyecto de futuro juntos. Si el pasado común se desdibuja, se omite o se silencia, el futuro se rompe, se fracciona, en proyectos de vida insolidarios y enfrentados. Lo mismo pasa si se trata de una realidad más amplia. Europa podrá ser una comunidad estable si su proyecto de futuro está cimentado en una historia común, en unos valores compartidos, en encuentros y desencuentros vividos y superados.

Pero al mismo tiempo que tratamos de formar una realidad supranacional llamada Europa, nuestra vieja nación se descompone en taifas que olvidan el largo proceso que los llevó a una grandeza, que parece avergonzarnos hoy.

En mi lejanísima etapa de colegial recuerdo las clases de Historia de España en las que se nos hablaba del esfuerzo de los castellanos, vascos, leoneses, navarros, aragoneses o catalanes, por recuperar la península del dominio de los musulmanes que pretendieron conquistar Europa.

En la larga marcha que empezó en Covadonga se fueron produciendo avances y retrocesos. Cuando desapareció gran caudillo Almanzor, el victorioso, el califato cordobés se fraccionó en un mosaico de pequeños reinos, que diversos pueblos africanos pretendieron unificar para luchar contra los reinos cristianos que habían ido surgiendo en el norte.

El próximo 16 de julio se cumplirán 800 años de la batalla de las Navas de Tolosa, en la que la actuación de Alfonso VIII de Castilla, Pedro II de Aragón, López de Haro de Vizcaya, Sancho VII de Navarra, conjuntados por los buenos oficios del Arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada, obtuvieron una decisiva victoria contra el imperio almohade de Miramamolín.

A los españoles de hoy no parece importarnos demasiado aquella batalla, que forzó el paso de Despeñaperros y abrió las puertas de Andalucía para acciones posteriores como la conquista de Córdoba en 1236 por Fernando III, Sevilla, Jaén, el Estrecho, hasta dejar reducido el poder musulmán al reino de Granada, que se mantuvo hasta 1492.

La batalla de las Navas de Tolosa, orquestada como Cruzada por Roma, animó a otros ejércitos de Europa a sumarse a la operación militar, aunque desistieron de continuar, con lo que la victoria fue enteramente española. El gigantesco rey de Navarra Sancho VII arremetió contra la tienda de Miramamolín, rodeada de esclavos negros encadenados, rotas las cadenas, éstas pasaron a formar el escudo de Navarra donde continúan.

En la antigua carretera de Madrid a Andalucía, a su paso por el pueblo llamado La Carolina, hay un monumento a esta batalla con todos los reyes y el arzobispo que tomaron parte en ella y delante una estatua del providencial pastor Martin Halaja, que señaló el camino a las tropas para sorprender a los almohades.

Cuando los españoles son capaces de concertarse para conseguir un fin, llega la victoria, pero si se enzarzan en disputas estériles, entonces dinásticas, hoy partidistas o separatistas, nada prospera ni se realiza.

Francisco Rodríguez Barragán

Publicado en

https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez

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