Ser
cristiano es para todos los días y no solo el 25 de julio
Me dispongo a escribir mi
artículo semanal hoy lunes día de Santiago Apóstol, patrón de España. La aparición
de su cadáver en el campo de la estrella (Compostela), puede ser algo
legendario pero lo que es cierto es que Santiago ha sido considerado nuestro
patrón por muchos siglos.
Ahora es cuando su patronazgo
parece disolverse entre las cosas nuevas que van surgiendo en nuestro mundo que,
a mí, cada vez me gustan menos. Tengo mis dudas acerca de si progresamos o
retrocedemos
Cuando me hablan de inventos y
descubrimientos creo que vamos hacia un mundo mejor pero cuando veo que crecen
los robos y los delitos o que las diferencias entre hombres y mujeres se están
desvaneciendo, o que dejan de ser delitos las acciones que siempre se
consideraron incorrectas, como por ejemplo la ocupación de viviendas ajenas, los
robos y los asesinatos, el mundo en que me ha tocado vivir me parece horrible y
fluctuante.
¿Podemos seguir siendo cristianos
aquí ahora? Aprendí desde joven que el cristiano es un hombre para los demás,
es decir, el que es capaz de darse, de cargar con los pecados ajenos, de estar
siempre dispuesto a servir.
Seguramente mis coetáneos mostrarán
su rechazo y extrañeza a tales conductas. Lo importante para los que me rodean
es el goce inmediato del sexo, del dinero, de la posición, etc.
Vamos dejando en manos de
misteriosas minorías las grandes decisiones como por ejemplo quienes deben
vivir o morir, bien por el aborto o la eutanasia, mientras entonan el
estribillo de que “hay que salvar el planeta”.
Si leemos el primer libro de la
Biblia, el Génesis, Dios dice que todo lo creado era bueno hasta que aparece
Lucifer y todo lo echa a perder y la primera pareja usa de su libertad para
seguir al demonio y son arrojados del paraíso.
Esta lucha entre la libertad del
hombre y la maldad de Satanás sigue sin tregua, aunque Cristo, el Hijo de Dios,
se ofrezca cada día para invitarnos a ser y actuar como cristianos. Depende de
cada uno de nosotros la respuesta. ¿Queremos ser cristianos o no?
Nuestra respuesta tendrá
consecuencias graves, de ella depende salvarnos para toda la eternidad o condenarnos
también para toda la eternidad.
Las dos invitaciones siguen
abiertas, la de Dios y la de Satanás, en un combate sin pausa. Nuestro patrón,
el apóstol Santiago, está dispuesto a ayudarnos si se lo pedimos con seriedad y
no solo con cánticos y romerías.
Lo mismo podemos decir de la
Virgen María, dispuesta siempre al perdón y la misericordia siempre que la
invoquemos con seriedad y no solo con canciones y tamboriles.
De nosotros depende el resultado.
Seguir a Jesús, a María y a los apóstoles o perder el tiempo en tonterías.
Invito a los que se tomen la
molestia de leerme a decidirse por ser cristianos de verdad o seguir
empantanados en las arenas movedizas de nuestros enemigos.
Francisco Rodríguez Barragán
Publicado en
https://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez