viernes, 15 de abril de 2016

Nuestros políticos y los derechos humanos



Como es muy probable que tengamos que volver a votar, conviene que conozcamos bien los partidos y personas que esperan recibir nuestro voto. Hemos tenido ocasión de irlos conociendo, a unos desde hace tiempo y a otros desde las últimas confrontaciones electorales  en las que empezaron a mandar en comunidades autónomas o en ayuntamientos, así que nuestro voto debería ser un voto debidamente estudiado, sin dejarnos llevar por lo que hayamos hecho en otras ocasiones ni apostar por palabras novedosas..
He pensado que podemos examinarlos a través de algunos artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos pues son precisamente nuestros derechos los que hay que exigir que sean respetados escrupulosamente por los gobernantes.
El artículo primero dice que los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y en el tercero que todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. Pero nacerán si los dejan nacer, pues cada vez nacen menos y son abortados más. Después de haberse generalizado el uso de anticonceptivos los bebés asesinados en el vientre materno superaran ampliamente los cien mil cada año.
Esta matanza de niños en gestación ha sido impulsada, propagada y facilitada por nuestros gobernantes que han conseguido convencer, paso a paso, a los gobernados que el aborto es un derecho, vulnerando de plano el derecho a la vida que tiene todo ser humano, todo individuo. ¿O acaso cada niño en gestación no es un ser humano único y diferenciado? ¿Es lógico defender los huevos del halcón peregrino, por ejemplo, y eliminar los embriones humanos?
Ya sé que los políticos de todos los colores son partidarios del aborto e incluso hay partidos que no quieren en sus filas a quienes defiendan la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Desde luego no merecen mi voto.
El artículo dieciséis de la citada Declaración de Derechos Humanos reconoce el derecho a casarse y fundar una familia y reconoce así mismo que  la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad, pero nuestros gobernantes, también paso a paso, han minado esta institución. La gente se casa cada vez menos y los matrimonios que se contraen se rompen siete de cada diez, recuerden la ley del divorcio exprés, hoy lo normal es simplemente juntarse en la mera provisionalidad. ¿Sobre esta provisionalidad se puede fundar una familia? ¿Puede seguir considerándose como el elemento natural y fundamental de la sociedad? ¿Hay algún partido que defienda tal cosa?
El artículo veintiséis dice que toda persona tiene derecho a la educación que tendrá por objeto el desarrollo de la personalidad humana y que los padres tendrán el derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos. Demasiadas y cambiantes leyes han promulgado nuestros políticos sin llegar a ponerse de acuerdo en algo que exige, para ser eficaz, de continuidad en el tiempo, validez y claridad en los valores que se transmiten, control de su calidad, ausencia de todo tipo de manipulación y adoctrinamiento por parte del poder y absoluto respeto al derecho preferente de los padres. ¿Quién defiende, de verdad, todo esto?
Hay más artículos de la Declaración de Derechos Humanos a través de los cuales podemos mirar a los políticos. Será cuestión de tratarlos en otra ocasión.
Francisco Rodríguez Barragán
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Antes de votar, pensar por nosotros mismos



Desde las elecciones de 20 de diciembre estamos sufriendo hasta el empacho de la presencia en todas las cadenas y demás medios de comunicación de nuestros políticos. Nunca habíamos tenido la oportunidad de conocerlos a todos, antiguos y nuevos, en una situación novedosa: la difícil investidura por el parlamento, cuando ninguno ha conseguido la mayoría absoluta ni apoyos suficientes y claros para gobernar.
Ya sabemos bastante de sus ambiciones personales pero poco de lo que piensan hacer en beneficio de todos los españoles. Por lo pronto han demostrado su incapacidad para llegar a acuerdos de gobierno posibles, aunque fueran temporales.
El ansia de poder los tiene obnubilados y se dedican a repetir los mismos mantras: hay que formar un gobierno de cambio y de progreso, aunque el único cambio por el que lucha el aspirante es desalojar de la Moncloa a Mariano Rajoy para ocuparlo él.
Podemos preguntarnos si tenemos alguna idea de lo que quiere cambiar ni hacia donde quiere progresar, si al futuro o al pasado, al viejo frente popular. Extraño intérprete del resultado de las elecciones.
Como las pasadas elecciones autonómicas y municipales ya han configurado gobiernos con los nuevos partidos, sus pactos y componendas, podemos meditar en los resultados conseguidos, si han sido positivos o no, para el caso de que se repitan las elecciones generales.
Quizás debemos plantearnos, si hay partidos y políticos que merezcan nuestro voto, nuestra confianza. Políticos y partidos que ya estén gobernando a favor de todos los ciudadanos y con el máximo respeto de los derechos y libertades inalienables que tenemos como personas y que no dependen de ninguna concesión del poder. Los “derechos” que puedan darnos los gobiernos de turno valen poco porque también pueden quitárnoslos cuando se les antoje...
Si nos decidimos a la penosa tarea de pensar, tendríamos que ver si el invento de trocear España en 17 autonomías ha resultado positivo o negativo para los ciudadanos o si juzgamos que realmente no podemos costear tanto gobierno, tanto parlamento, tanto cargo y tanta administración.
¿Acaso funcionan mejor las cosas con tantas leyes autonómicas? ¿Hemos ganado algo los españoles al haber transferido a las autonomías la sanidad, la justicia, la educación para que legislen sobre ello como les parezca? Cada vez los españoles somos más desiguales.
¿Funciona acaso mejor la justicia? Cualquier sumario dura años para desesperación del inocente y tranquilidad del culpable. A lo largo de tanto tiempo los asuntos pueden dejarse en el cajón o ponerlos en marcha cuando exista algún interés político por medio.
¿Estamos satisfechos con la educación en todos los niveles? Seguramente no, ni en contenidos, ni en organización ni en resultados. Basta leer los informes PISA o el lugar que ocupan nuestras universidades en el ranking mundial.
Nuestra vinculación a Europa ¿nos resulta satisfactoria? La cuestión es complicada y no está al alcance de los que formamos el pueblo llano, pero no parece que la Unión Europea esté en el mejor momento. De cualquier forma lo mismo puede ayudarnos a salir de un atolladero que obligarnos a rebajar las pensiones, por ejemplo.
Invito a todos a que, antes de votar, piensen por sí mismos, sin dejarse llevar por las opiniones de las numerosas tertulias radiofónicas o televisivas.
Francisco Rodríguez Barragán
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Ingeniería social: ideología de género



Ante tanto dislate acerca de la ideología de género es una satisfacción leer el comunicado del Colegio Americano de Pediatras en el que advierte del abuso infantil que constituye condicionar a los niños a creer que pueden elegir su propio sexo como se está introduciendo en la educación pública y, lo que es más grave, en las leyes “progresistas” que se elaboran por unos parlamentos que se arrogan unos poderes absurdos.
Dice el Colegio Americano de Pediatras que no existe un tercer sexo pues la sexualidad humana es un rasgo biológico objetivo binario. Nuestros cromosomas XY y XX son marcadores genéticos saludables. Somos concebidos como hombre o como mujer, siendo su finalidad obvia la reproducción y crecimiento de nuestra especie, lo cual es evidente por sí mismo. También dice el citado Colegio que nadie nace con un género sino con un sexo biológico.
Nadie nace con conciencia de ser hombre o mujer sino que se va desarrollando con el tiempo, aunque puede desviarse a consecuencia de percepciones subjetivas del niño, de sus relaciones y experiencias adversas desde la infancia y quienes se identifican como del sexo opuesto o como algo intermedio, no conforman un tercer sexo sino que siguen siendo hombres o mujeres biológicos.
Que un niño se crea niña o una niña se crea niño es un problema psicológico objetivo en su mente pero no en su cuerpo, es una disforia de género y debe ser tratada como tal. Utilizar bloqueadores hormonales en la pubertad o la mutilación quirúrgica de sus órganos sanos es una barbaridad respaldada por el lobby de lesbianas, gay, bisexuales y transexuales con grandes influencias en organismos internacionales.
El pasado 21 de marzo tres obispos españoles publicaron su reflexión sobre la «Ley de Identidad y expresión de Género e Igualdad Social y no discriminación» aprobada por la Asamblea de la Comunidad de Madrid en la que señalan que el “supuesto derecho” al reconocimiento de la identidad de género libremente manifestada, es mera ideología nacida de la revolución sexual y la dictadura del relativismo que pretende en nombre de la libertad abolir cualquier norma moral que impida el imperio de la libertad absoluta de la técnica.
Dicen también los obispos que el contenido de esta ley no es algo separado del proyecto de ingeniería social que se viene propiciando en España y también a nivel mundial, del que forman parte la anticoncepción, la esterilización, el aborto, el amor libre, las técnicas de reproducción asistida, la usurpación deliberada de la filiación natural de los niños, manipulación hormonal y extirpación quirúrgica para la reasignación de la identidad personal, la eutanasia, el suicidio asistido, la manipulación de embriones, etc. en una tarea de deconstrucción del hombre que avanza inexorable.
El campo educativo en manos de los poderes públicos es una herramienta decisiva en esta tarea, a través de la implantación de una educación sexual, promovida por la Organización Mundial de la Salud que afecta a los niños desde la escuela infantil hasta el bachillerato, sin contar para nada con la voluntad de los padres y otorgándoles la capacidad legal para definir su orientación sexual.
Como puede verse los políticos hablan de “derechos” al mismo tiempo que conculcan los que teníamos como personas y como padres.
Francisco Rodríguez Barragán
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Reflexión en Semana Santa


Contemplo en el televisor las procesiones de Semana Santa, con las calles llenas de gente que mira el desfile de cofrades, de músicos y de imágenes y me pregunto si ese Jesús preso, azotado, coronado de espinas, despojado de sus vestiduras y finalmente crucificado, representa algo en nuestras vidas.
Me pregunto si todos saben algo de ese judío condenado a muerte por Poncio Pilatos a instigación del Sanedrín judío en tiempos del emperador Tiberio, hace dos mil años, que murió perdonando a sus verdugos y abandonado de casi todos sus discípulos, pero que tres días después resucitó y les encargó difundir su mensaje: “Id al mundo entero y predicad el evangelio”.
Aquellos discípulos asustados comprobaron que era Jesús y estaba vivo, por lo tanto era efectivamente quien decía ser: el Hijo de Dios. Eran testigos de ello y su testimonio no les salió gratis, fueron perseguidos, torturados y muertos, pero su mensaje ha llegado hasta nosotros, aunque quizás no le estemos haciendo ningún caso, entretenidos con los ruidos que nos llegan del mundo a través de todos los medios de comunicación.
El mismo Jesús, haciendo el camino inverso de Adán que quiso ser como Dios, se hace hombre para que siguiéndolo podamos volver a Dios de quien recibimos la existencia. Junto con la existencia también recibimos de Dios  la libertad, para que libremente le amemos o lo rechacemos.
Jesús predicó durante un poco tiempo en Palestina, anunciando el reino de Dios y proclamando cosas tan chocantes como llamar dichosos a los pobres, a los que hambrientos, a los que lloran, a los que son perseguidos a causa de la justicia, porque ellos serán consolados,  poseerán la tierra, porque de ellos será el reino de los cielos.
En cuanto a la ley, de la que eran tan celosos guardianes los jefes de la sinagoga, se atrevió a cuestionarla proponiendo superar los mandamientos: se os dijo: no matarás, pero yo os digo más: ni tan siquiera ofenderás  de palabra a los demás, se os dijo: amarás a tu prójimo, pero yo os digo que también a tu enemigo, se os dijo: ojo por ojo y diente por diente pero yo os digo más: ofrecerás la otra mejilla al que te golpee, se os dijo: no codiciarás la mujer del prójimo, pero yo os digo más: ni siquiera la mirarás con mal deseo…
El mensaje que Jesús quiere que difundan sus discípulos es que hay más gozo en dar que en recibir, que el que quiera ser el primero ocupe el último puesto y sirva a todos, que el amor es más fuerte que el odio, que Dios nos ama y nos perdona si nos volvemos a Él..
Pero también nos advierte que el mundo odiará a los cristianos a causa de su nombre, pues el príncipe de este mundo, el mismo demonio que tentó a Adán, sigue activo con sus tentaciones, con su propuesta de ser como dioses hasta el fin de los tiempos.
En la oración que  Jesús enseñó a sus discípulos, y que ha llegado hasta nosotros, pedimos que: no nos deje caer en la tentación y nos libre del malo, que sea santificado el nombre de Dios y venga a nosotros su reino, que siempre se haga su voluntad, también pedimos el pan de cada día, no el estado del bienestar, y el perdón de nuestras ofensas en la misma medida que nosotr
os perdonamos a quienes nos ofenden.
Francisco Rodríguez Barragán
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Las Naciones Unidas, su política y sus directrices



El pasado sábado 12 de marzo se reunió en Paris el I Foro One of Us (Uno de nosotros), cuyo presidente es Don Jaime Mayor Oreja, en el que unos 1300 líderes europeos analizaron la situación respecto a la defensa de la vida y la dignidad de la persona humana, que por parte de partidos políticos y grupos de presión tratan de ser silenciados en Europa.
La aceptación social del aborto, las prácticas anticonceptivas, los vientres de alquiler, la ideología de género, que invocando la igualdad de los sexos, pretende eliminar la función de la familia, maternidad y paternidad, desvincular la sexualidad de la procreación que pasa a ser una carga que la mujer no debe soportar y si desea tener un hijo poder acudir a cualquiera de las técnicas de inseminación artificial que se ofrecen.
Si el inicio de la vida no goza de ninguna garantía, si el concebido y no nacido puede ser eliminado sin cortapisas, también el final de la vida está siendo ya cuestionado desde planteamientos eufemísticos que tratan de encubrir la manera de introducir la eutanasia como muerte digna.
Al mismo tiempo el Center for Family & Human Rights, primera organización próvida  presente en los organismos de la ONU, advierte de que en la próxima Cumbre Humanitaria Mundial, que se reunirá en mayo en Estambul, se pretende que las Naciones Unidas implementen la tasa Tobín, sobre las transacciones financieras de divisas, como un ingreso propio para el sostenimiento de sus organismos a fin de no tener que rendir cuentas a los países que vienen hasta ahora contribuyendo.
Aunque estos organismos de la ONU se presentan como gestores de tareas humanitarias, lo cierto es que son los grandes impulsores de la reducción de la población a través de la implantación del aborto en todos los países, aunque digan que tratan de conseguir la salud sexual y reproductiva de la mujer. De hecho el organismo relativo a la población vincula sus ayudas a la eliminación de cualquier traba al aborto, difusión de anticonceptivos e incluso esterilización tanto de mujeres como de hombres.
Ellos siguen empeñados en conseguir un derecho mundial al aborto y una nueva definición de los sexos y la familia, aunque hasta el momento no han conseguido los apoyos suficientes en la Asamblea General, pero han encontrado la aceptación política de muchos países europeos, entre ellos España, que a través de un constante proceso de manipulación está inmersa en un  invierno demográfico y en una destrucción progresiva de la familia, crisis mucho más honda que la económica y que puede dar al traste con el manoseado estado del bienestar.
También informa C-Fam que el comité de la ONU que supervisa el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966 sostiene que el derecho al aborto forma parte integral de la “salud reproductiva” y que las naciones deben revocar las leyes que restrinjan el aborto y la sodomía, subvencionar el aborto mediante la asistencia médica nacional, exigir la educación sexual para los servicios de salud sexual y reproductiva  sin el consentimiento de los padres, eliminar la protección a la objeción de conciencia, supervisar y controlar a los proveedores de asistencia médica privada, escuelas e instituciones dedicadas al cuidado de niños. Como puede verse unas directrices a las que nuestros políticos, de todos los colores, no parecen oponerse sino más bien secundarlas.
Francisco Rodríguez Barragán
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Buscar la verdad no es fácil, exige utilizar la razón.


Cuando yo era joven, hace ya muchos años, si alguien me contaba alguna cosa y le mostraba mis dudas me contestaba: ¡pues lo ha dicho el periódico o la radio!, argumento que casi siempre me parecía convincente y es que lo que aparece en los medios de comunicación, antes y ahora, nos lleva a creérnoslo, máxime si hay una predisposición a aceptarlo. La guía de conducta de mucha gente es lo que diga su periódico de cabecera o su cadena favorita.
Analizarlo todo para exprimir la verdad no es lo habitual, quizás porque no buscamos la verdad sino el argumentario que apoye nuestras filias, fobias, aficiones y posturas preconcebidas. Pocas veces admitimos estar equivocados en nuestras opiniones y si nos proponen revisarlas desconfiamos.
Quizás no nos damos cuenta de que todo es un montaje propagandístico dirigido a hacernos aceptar, poco a poco, nuevas ideas y opiniones que irán modificando nuestros comportamientos.
Si nos invitan a cambiar nuestros comportamientos mostramos rápidamente nuestra oposición. Si la Iglesia nos repite: convertíos, cambiad de vida, creed en el evangelio, no hacemos ningún caso, estamos convencidos de que todo lo hacemos bien o al menos como lo hace la mayoría, la que según nos repiten nunca se equivoca.
Lo que buscamos son argumentos para defender nuestras propias posturas que se apresuran a facilitarnos los medios de comunicación. Cuando comprobamos que otras personas o grupos piensan diferente no se nos pasa por la cabeza examinar lo que puedan tener de razón. Así vivimos encerrados en nuestras propias opiniones, formas y maneras mirando a los demás con indiferencia, en el mejor de los casos, o incluso con odio.
Estamos asistiendo, a escala nacional, a una cerrazón absoluta que no augura nada bueno. Es una lucha por el poder, a cara de perro, en la que todo vale para “desalojar a Rajoy de la Moncloa”. Un espectáculo poco edificante entre los que ha recibido el voto de los españoles para gobernar con eficacia.
También habrá que contemplar las razones, si las hay, de los que quieren acabar con el sistema y hacer la revolución. Pienso que llevamos ya demasiadas revoluciones a nuestras espaldas, pero si hay personas que se sienten engañadas y perjudicadas por el sistema habrá que abrir el diálogo para conocer la forma que proponen para resolver el conflicto de intereses, pero lo mismo que hay que escuchar habrá que exigir que se escuche a los demás y encontrar soluciones que pasen por el respeto mutuo.
El egoísmo es sin duda un mal camino para entenderse, pero las recetas fracasadas de movimientos revolucionarios hay que erradicarlas, pero buscando que la realización de una política más justa haga innecesaria ninguna clase de revolución.
La solución de todos los conflictos pasa por una regla de oro: ama a tu prójimo como a ti mismo, pero me temo que está por estrenar y no resulta demasiado publicitada por los medios de comunicación. Lo mismo pasa con otra regla de oro: si quieres ser el primero has de ser el último y el servidor de todos.
Bueno, dejo de escribir y voy a ver lo que pasa en el discurso de investidura de Pedro Sánchez.
Francisco Rodríguez Barragán
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