martes, 11 de febrero de 2014

Un filósofo materialista opina sobre el aborto


He leído en una publicación de internet “PaginasDigital.es” una entrevista  a Gustavo Bueno, padre del materialismo filosófico, en la que señala el sinsentido de presentar el aborto como un derecho de la mujer sobre su propio cuerpo, ya que la propiedad solo puede referirse a cosas externas al sujeto, salvo que una persona sea esclava de otra, forme parte de la propiedad de otro.

En su libro El fundamentalismo democrático ya criticó que el aborto fuera un planteamiento de izquierdas y en la entrevista que he leído remacha que no se trata de izquierdas o derechas, sino de una confusión total de sus aspectos ético, biológico y político, por carecer de sentido plantear la cuestión políticamente, ya que la política está subordinada a otros aspectos extra-políticos, como decir que el aborto es un derecho de la mujer, cuya afirmación le parece un sinsentido, pues sería equiparar el aborto al derecho a comer o a respirar.

Aunque la postura de Gustavo Bueno es claramente contraria al aborto, no he visto que haya suscitado ninguna reacción entre el feminismo militante ni los que se dicen progresistas de izquierdas o derechas, seguramente porque no es fácil encasillar a este filósofo, un hombre honesto que se declara ateo y marxista, en la extrema derecha en la que quieren encerrarnos a los cristianos que nos oponemos al aborto.

No me parece tan difícil entender que el aborto es rechazable, no porque lo condene la Iglesia, sino que la Iglesia lo condena porque es rechazable desde cualquier planteamiento serio desde la razón, la biología o la ética.

Por desgracia la cuestión del aborto es una cuestión política, atizada por políticos que, aunque no lo reconozcan, se mueven pensando en las próximas elecciones. Todo es calcular si les puede dar más votos presentarse como abortistas o antiabortistas.

Apostar por la verdad solo por ser verdad no se lleva demasiado. Los ciudadanos y los políticos nos hemos ido despojando de ideales y valores, preocupados solo del fallido estado del bienestar y los propios intereses y así nos va.

Si los ciudadanos han ido aceptando la libertad sexual sin responsabilidades, que les ha sido facilitada desde el poder promocionando todos los medios anticonceptivos, si se produce un fallo y resulta un embarazo, pues nada, ¡a matar al niño en gestación! en las mejores condiciones legales y sanitarias ¿verdad?

La célula básica de la sociedad es la familia, institución anterior al estado, que se derrumba entre las exigencias del feminismo, la fragilidad de las relaciones de pareja, el escaso índice de natalidad, una educación manipuladora y problemática. No todo son los datos económicos, que apenas entendemos. Necesitamos recuperar los valores básicos de la convivencia, eliminando el perpetuo enfrentamiento de los que aspiran a disfrutar del poder gracias a nuestros votos.

Francisco Rodríguez Barragán






 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario