miércoles, 25 de mayo de 2011

¿QUÉ PODEMOS ESPERAR DEL PARTIDO POPULAR?

Las elecciones del domingo pasado han deparado una memorable derrota al partido en el gobierno y la correlativa victoria del Partido Popular, que puede ser el preludio de otro resultado parecido en las próximas elecciones generales. El ejercicio democrático del voto ha demostrado su validez para cambiar unos gobiernos por otros sin violencia.
Pero después de las elecciones los problemas que nos aquejan siguen ahí, esperando que los nuevos gobernantes se pongan a resolverlos en las numerosas parcelas en las que mandan o van a mandar.
La insoportable deuda que pesa como una losa sobre las administraciones municipales y autonómicas, sin duda se verá incrementada cuando se produzca el traspaso de poderes y afloren todas las factura pendientes, la caja vacía y una nómina de personal repleta de amigos y familiares de los que cesan, que se han cuidado de dejarlos “colocados de plantilla” antes de marcharse. Será una especie de quinta columna dispuesta a torpedear a los que llegan.
Revertir la situación de despilfarro y corrupción vigente es tarea urgente e imprescindible, pero en modo alguno fácil. Todas las irregularidades que detecta el Tribunal de Cuentas no parece que tengan consecuencias para los que las cometen, ni he oído que el Ministerio Fiscal haya tomado ninguna decisión al respecto.
Sería lamentable que los que han gestionado de forma inadecuada el dinero de los ciudadanos, los que se han enriquecido utilizando sus cargos, los que han beneficiado a sus familiares y amigos en perjuicio de los demás, no tengan otro castigo que cesar en sus cargos. Los resultados electorales no pueden exonerar a los perdedores ni a los ganadores de sus responsabilidades de mal gobierno.
En los meses que faltan para las elecciones generales, el Partido Popular tiene que demostrar su voluntad de cambio, de saneamiento de la vida pública, de reforma de todo aquello aquejado de un funcionamiento lamentable. Las grandes decisiones hay que tomarlas en el primer trimestre de cualquier mandato, sin dudas ni dilaciones.
Muchas de las competencias autonómicas como la educación, la sanidad o la política social, necesitan una mano firme que las reconduzca a sus verdaderos fines que no son precisamente ponerlas al servicio de la ingeniería social preconizada por Rodríguez Zapatero y su equipo. Muchas leyes autonómicas deben ser derogadas para devolver la libertad y la responsabilidad a las personas, a las familias, a la sociedad civil, cansada de imposiciones y prohibiciones.
Es necesario despolitizar a las entidades de ahorro, sin entregarlas como premio a las entidades financieras y bancarias, esas entidades que han conseguido “socializar” las pérdidas derivadas de su mala gestión al mismo tiempo que mantener y aumentar sus intereses privados.
También es imprescindible podar las autonomías y los municipios de todas las empresas públicas, fundaciones, asociaciones y “chiringuitos” donde derivar dinero del presupuesto y acomodar a amigos, parientes y conmilitones sin el necesario control del gasto. Reponer en sus funciones de control presupuestario y de legalidad a Secretarios e Interventores, sin que sus cargos resulten dependientes de las mismas personas a quienes deben de controlar, sería una medida a aplaudir.
Nuestra desgracia sería que el cambio de partido gobernante no significase el fin de corrupciones y corruptelas, sino la sustitución de unas personas por otras para seguir haciendo lo mismo.
Si ganan en las generales tendrán que hacer muchas más reformas. Vayan entrenándose en los meses que faltan para ello.
Francisco Rodríguez Barragán

http://elguadalope.es/2011/05/24/%c2%bfque-podemos-esperar-del-partido-popular/

http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/71290/que-podemos-esperar-del-partido-popular

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