martes, 2 de agosto de 2011

FIN DE EJERCICIO. BALANCE Y MEMORIA

Al acabar un año todas las empresas hacen balance del ejercicio y redactan la memoria de sus actividades. La vida de cada persona también es una empresa que realiza día a día sus actividades, sobre las que debería reflexionar cada noche para llevar un control, ya que nada hay más importante que nuestro vivir.
Pero hagamos “caja” cada noche o dejemos de hacerla, el fin de un año es un momento importante para revisar nuestra vida, nuestra cuenta de pérdidas y ganancias, no solo en el plano económico sino en el de nuestro desarrollo personal. Tenemos que preguntarnos si hemos ganado algo en nuestro ser como personas, si somos mejores o peores o si estamos estancados en la mediocridad y la rutina.
Tener muchas cosas, consumir y gozar sin freno, no nos hace mejores personas. Lo que aumenta nuestra calidad, nuestro ser, es el desarrollo de nuestra capacidad de amar a los demás, de darnos a los demás y ser felices en ello. Nadie hay más pobre que el que gasta su vida en poseer cosas materiales, pues jamás estará satisfecho.
En cambio es verdaderamente rico es el que es capaz de darse a sí mismo amando a los demás, pues experimentará el gozo de comprobar que cuanto más da más tiene. Todos creemos que el odio es destructivo, pero no creemos que el amor sea una fuerza capaz de renovarlo todo, quizás porque no sabemos amar, porque no hemos experimentado el gozo de buscar activamente el bien de quienes amamos.
En la contabilidad del ser, las ganancias están en relación directa con nuestra capacidad de darnos, las pérdidas en nuestro maldito egoísmo. Hemos sido creados para crecer, para desarrollar todas nuestras potencialidades, ponerlas al servicio de los demás y gozar con ello. Nos engañan los que nos quieren convencer de que nuestro destino es disfrutar de placeres sin cortapisa y volver a la nada.
Quienes solo tienen como horizonte definitivo la vuelta a la nada, podrán decidir llevar una vida honesta y recibirán su premio por ello, pero otros muchos se refugiarán en su egoísmo y sus placeres y terminarán siendo manipulados por los vendedores de mentiras.
Hay muchas cuentas en la contabilidad de nuestra vida. La cuenta más importante es la de “capital” y este capital es el ser nuestra propia vida que puede crecer o disminuir. Otra es nuestra familia que hay que construir desde dentro en los valores permanentes de servicio, de compartir, abierta al mundo pero enraizada en la solidaridad. La familia es una institución más fiable que el estado de bienestar, por lo que hay que cuidarla y fortalecerla.
La cuenta de nuestra profesión hay que examinarla para ver si lo que hago, mi trabajo, redunda en beneficio de los demás o solo pienso en lo que puedo obtener. Nuestras relaciones con los vecinos, los amigos, los compañeros, conviene examinarlas y mejorarlas.
Puede haber también partidas negras, que no quisiéramos ver, son las que anotan el daño que hicimos a los demás, que están necesitadas de restitución y de perdón. Otras partidas negras, que siempre tenemos presentes, son las que reflejan los daños que nos hicieron y que podemos cancelar con el perdón y el olvido.
Quizás haya más cosas, pecados que están en nuestra conciencia, aunque tratemos de acallarlos, de justificarlos, de olvidarlos. También pueden ser canceladas estas partidas con el perdón que Dios nos ofrece. Puede que hoy no creas en Dios pero mañana a lo mejor cambias de opinión y lo encuentras pues Él siempre nos está buscando.
Francisco Rodríguez Barragán
http://elguadalope.es/2011/01/01/fin-de-ejercicio-balance-y-memoria/ http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/13052/2011-01-02.html Publicado en Bitácora de Rebelión Digital el 03-01-11 y el 05-01-11 en Análisis Digital y Diario Siglo XXI http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=51251&idNodo=-5 http://www.diariosigloxxi.com/firmas/franciscorodriguez
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=18918


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