Se habla mucho de lo que
habría de hacerse para conseguir una mayor transparencia en la gestión de las
diversas administraciones que padecemos, desde modificar la Constitución a dar
por muerto nuestro sistema político a manos de iluminados populistas.
Por mi parte propongo algo
bastante fácil de hacer: solicitar que cada administración publique las cuentas
de cada ejercicio, ingresos y gastos, con la diferencia resultante de lo que
queda en caja y lo que queda debiendo a contratistas, proveedores,
instituciones financieras, etc.
Los presupuestos que cada
administración prepara en los meses finales de año, puede resultar cuadrada, ya
que el papel lo soporta todo, pero los ciudadanos que somos los que ponemos el
dinero nunca llegamos a enterarnos de nada. Se dice, se comenta, se publica que
el ejercicio terminó con déficit o superávit, pero poder verlo sería lo que
necesitamos y entonces comparar los resultados con el presupuesto.
Ya sé que existe un Tribunal,
que se dice revisa las cuentas de toda la administración, pero con un retraso
de varios años, y no he oído que haya puesto en conocimiento del Ministerio
Fiscal los casos que hayan detectado de malas prácticas, malversaciones y
latrocinios.
Quizás habría que encargar
de la revisión de las contabilidades de todas las administraciones a la Guardia
Civil ya que es quien viene detectando las corrupciones que nos dejan
asombrados y furiosos.
Los organismos encargados de
vigilar han fallado estrepitosamente desde hace bastantes años. El Banco de
España, que tendría que velar por el buen funcionamiento de los bancos y demás
instituciones financieras, tampoco parece haberlo hecho y así nos desayunamos
con tarjetas negras, preferentes, sueldos y bicocas de los administradores que
nos dejan estupefactos, mientras que los trabajadores no consiguen que se
revisen los convenios colectivos que les afectan.
Ahora que todo el mundo
tiene acceso a internet por qué no aparecen en las páginas webs de cada
administración: lo que recauda, lo que gasta, en qué lo gasta, lo que debe, a
quién lo debe. Los políticos y los funcionarios son administradores de los
medios que ponen en sus manos los ciudadanos
a los que hay que rendir cuentas de la gestión de forma exhaustiva y detallada.
Hay que abandonar la falacia
de que basta con las elecciones, cada cuatro años, para aprobar o reprobar la
gestión de los políticos. Los políticos, que se han presentado voluntariamente
a representar a sus votantes, tienen el deber insoslayable de rendirles cuentas,
de forma periódica, de la utilización de las cantidades que han sido puestas en
sus manos.
Cuando entramos en las
páginas webs de cualquier pueblo, ciudad, autonomía o ministerio podemos
encontrar muchos datos de las más variadas cosas, pero poca o ninguna
información económica.
Parece que tenemos que
contentarnos con las variaciones que nos ofrecen de una serie de indicadores
que la gente corriente no controlamos, pero sí podríamos entender el volumen de
cada partida de ingresos y en qué se gastaron.
Por favor, los ciudadanos tenemos
que conocer el destino de cada euro que sale de nuestros bolsillos, sin tener
que esperar a que un juez dicte una sentencia, después de varios años,
declarando que los políticos, de aquí o de allá, cometieron tales o cuales delitos, que puede
ser que estén hasta prescritos.
Francisco Rodríguez Barragán
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