domingo, 10 de octubre de 2010

ESTADO DE MALESTAR

El estado de bienestar fue un invento exitoso, que pensamos iba a progresar y perfeccionarse de manera constante, elevando el nivel de vida de los ciudadanos. Su viabilidad necesitaba, sobre todo, del pleno empleo y la solidaridad entre generaciones, articulada en un vasto sistema de seguridad social, de salud y de educación.
Para ello hubo que pagar el precio de un agobiante intervencionismo del poder, convertido en una especie de estado-providencia, que cuidaría de cada uno de nosotros desde la cuna a la tumba. Papá-Estado se iba a ocupar de nuestra salud, nuestro empleo, nuestro paro, nuestra invalidez, nuestra vejez y además de la educación de nuestros hijos. Todo esto ¿nos hacía más libres o más siervos?
El pleno empleo solo podía conseguirse con un consumo siempre creciente, que necesitaba la creación constante de nuevas necesidades: el consumismo insaciable.
Conseguir la estabilidad del sistema parecía posible, pero el equilibrio es siempre un punto inestable y podemos comprobar que hace aguas, que está en crisis, que progresamos hacia la ruina.
El estado del bienestar fue la respuesta a una crisis anterior, pero no sabemos cuál pueda ser la respuesta a la crisis actual. No creo que esta situación sea un simple paréntesis para volver a la normalidad anterior. Como diría cualquier pesimista, toda situación es siempre susceptible de empeorar.
Me pregunto en qué podrán emplearse todos los que se han quedado sin trabajo, al estallar la burbuja inmobiliaria. El seguro de desempleo solo puede ser algo limitado en el tiempo. Para crear nuevas actividades hace falta capacidad emprendedora, formación técnica adecuada, valor para asumir riesgos. ¿Nuestro sistema educativo está formando para ello o para hacer oposiciones a puestos de las distintas administraciones?
La solidaridad entre generaciones, base de la seguridad social, ¿es posible con una población cada vez más vieja y con una tasa de natalidad insuficiente para la renovación generacional? La llegada masiva de inmigrantes pienso que, no va a resolver el problema, sino a plantearnos otros más graves.
Para distraer al personal de los problemas que se avecinaban los gobiernos decretaron y educaron en la absoluta permisividad de las costumbres, el relativismo moral, la ideología de género, la ampliación de extravagantes derechos, la asignatura de educación para la ciudadanía para adoctrinar a la juventud en la ideología de los gobernantes. Es el crepúsculo del deber, de todo deber, excepto de pagar a Hacienda. Es la ética indolora, para gozar del placer sin responsabilidad, aunque haya que montar todo un tinglado inicuo, para paliar las enfermedades de transmisión sexual, los embarazos o la violencia de género.
En lugar del bienestar lo que vemos crecer a nuestro alrededor es el malestar: cuando se pierde el empleo, cuando no se puede pagar la hipoteca, cuando se rompen los matrimonios, cuando no se sabe qué hacer con los niños, cuando los hijos se dan al botellón o la droga, cuando el fracaso escolar aumenta, cuando la corrupción y la ineficacia de los políticos se repite hasta la náusea ¿qué podemos esperar? Invito a la reflexión, pensar es gratis.
Francisco Rodríguez Barragán

http://elguadalope.es/2010/09/25/estado-de-malestar/ http://www.camineo.info/news/207/ARTICLE/11263/2010-09-25.html Publicado en Bitácora de Rebelión Digital el 27-09-10 y en Diario Siglo XXI el 29-09-10 http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/60447 Publicado en Análisis Digital el 30-09-10 http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=49703&idNodo=-5

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