¿De qué se ocupa la ONU?
Hace unos días el primer
ministro israelí Benjamín Netanyahu afirmó en la Asamblea General que la ONU ha
pasado de ser una fuerza moral a una farsa moral, lo cual me parece exacto pues
no solo se trata de las resoluciones que condenan con sospechosa frecuencia a
Israel, sino porque está manejada por diversos grupos de presión que tratan con
bastante éxito de imponer la ideología de género a todo el planeta,
presentándola como un avance de la libertad y los derechos humanos y utilizando
eufemismos tales como la defensa de la salud sexual y reproductiva para
justificar millones de abortos,
El aborto es una gran
industria que surte de material humano a laboratorios para sus vacunas y
experimentos. La gran internacional del aborto Planned Parenthood tiene el
respaldo de la ONU y del gobierno de EE.UU y que cuenta con gigantescas
donaciones.
Aunque el Fondo de Población
de las Naciones Unidas insiste en que no tiene nada que ver con el aborto lo
cierto es que hacen campaña siempre que pueden para extenderlo a todo el mundo.
El multimillonario Soros,
Bill Gates o la Fundación Rockefeller dedican miles de millones a promocionar
la planificación familiar como forma de disminuir la población del planeta
siguiendo la estela de Malthus o Erlich que profetizaron contra la
superpoblación y anunciaron catástrofes que no han ocurrido. La gran catástrofe
que se sigue produciendo es la aniquilación de los niños en gestación
condenando al envejecimiento a un número creciente de países, incluido el
nuestro.
Para contrarrestar el
cincuenta aniversario de la encíclica Humanae Vitae que alertó de los peligros
de la anticoncepción, las organizaciones
proabortistas están promocionando un documento firmado por católicos disidentes
que buscan refutar a Pablo VI e impedir que el Papa siga clamando contra el
asesinato de seres tan inocentes como los niños en el vientre materno.
Toda la tramoya de la
ideología de género, que invoca la libertad y el progreso, es mera engañifa para dar rienda a una
sexualidad desbocada que admite todas las aberraciones, desde el sadomasoquismo
a la sodomía.
Estoy a la espera de que las
feministas alcen la voz contra la situación de tantos mujeres que en el mundo
sufren la ablación genital, tienen que dedicarse a la prostitución y ahora, en
el colmo de la estulticia, se prestan a servir de vientres de alquiler para
satisfacer supuestos derechos que son solo deseos de conseguir un niño como si
fuera un perrito.
Es una sistemática
destrucción de la familia en nombre de no sé qué avances y progresos, cuando la
familia es la base de la sociedad, anterior y superior al estado y a todos los
organismos, agencias y tinglados infectos de la ONU que no consigue parar
ninguna guerra, ni sacar a ningún pueblo del atraso ni, por supuesto, alterar
el clima del planeta con medidas harto discutibles, pero que permite a muchos
vivir a costa de todo ello.
La Unión Europea, que no
pasa por su mejor momento, acepta todas las consignas y programas de la ONU y
se presta servilmente a seguirlas e imponerlas a los países que la forman,
aunque algunos de ellos por fortuna se resisten, aunque no es el caso de España
que acepta sumisa todas estas cosas y las convierte en leyes.
Francisco Rodríguez Barragán
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