La ideología de género y su implantación
Aunque nunca están de
acuerdo en nada, es extraño que coincidan unos partidos y sus contrarios en
establecer leyes sobre identidad de género. Al parecer todos los españoles
estaban clamando por resolver los problemas del colectivo LGBTI, es decir de
lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales, siguiendo el impulso
de la ONU, sus agencias y organismos, (que bien poco hacen por garantizar la
paz y los derechos humanos en el mundo).
En nuestro país, no sé si
como aportación del estado de
bienestar, está muy avanzada la introducción como norma social de que todo
comportamiento sexual debe ser aceptado sin crítica ni discusión y para
garantizarlo se ordena que los niños sean educados e informados desde el jardín
de infancia en la ideología de género, incluso facilitando el cambio de sexo de
nuestros hijos si muestran cualquier rasgo diferencial, ser niño en vez de niña
o al contrario.
Unos defienden que la
homosexualidad está determinada desde el nacimiento. Se nace homosexual, como
se nace hombre o mujer, es como si se hubiera descubierto la existencia de un
tercer sexo. La función complementaria de hombre y mujer ha estado siempre
clara, pero ¿un tercer sexo? Claro que, una vez puestos, hay que aceptar que
también se nace bisexual o cualquier otra cosa y se prescribe como digna de
protección la orientación sexual, eufemismo en el cabe todo lo imaginable.
Otros defienden que no es el
nacimiento sino la libertad absoluta de la persona la que puede redefinir su
género más allá de toda imposición biológica o cultural. La asignación de roles
diferenciados por el sexo no hay duda de que produjo innegables injusticias, en
las que las mujeres llevaron la peor parte, quedando excluidas de tareas y
funciones que están demostrado ser capaces de realizar tan bien como los
hombres, aunque algunas extremistas radicales han querido ir más allá de lo
razonable, al reclamar explícitamente el ejercicio de la sexualidad y el rechazo la maternidad. Curiosamente
están apareciendo homosexuales que, ante la imposibilidad de ser madres, están
dispuestos al extraño papel de buscar vientres de alquiler para conseguir un
hijo.
Podemos observar que simultáneamente
al avance de la ideología de género, sean cuales sean sus presupuestos, se está
produciendo un envejecimiento galopante de la población en los países de
occidente, a causa de los millones de abortos que impiden la renovación demográfica.
Mientras que los ecologistas
trabajan con denuedo por preservar la biodiversidad del planeta, la biología
humana por el contrario se degrada cada vez más. Con eufemismos engañosos como
lo de defender la salud sexual y reproductiva de la mujer o respetar todas las
orientaciones sexuales, nos estamos cargando el matrimonio y la familia, que
han sido las piezas fundamentales de la sociedad. Todo esto no ocurre porque sí
sino que está siendo promovido desde las másl altas instancias internacionales
y europeas. (Desde la UE se acosa a Polonia por no tener el aborto libre, desde
la ONU se acosa a los países pobres condicionando las ayudas económicas al
establecimiento de planes de aborto y esterilización, etc.)
Aquí no sé si por ser más
“progres” que nadie o por eliminar de la vida pública a los católicos que
defienden el matrimonio, la familia y la vida desde la concepción, todos los
partidos pergeñan en cada autonomía su ley de género y sus planes educativos.
Francisco Rodríguez Barragán
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