Mi envejecido cerebro cada vez entiende menos.
Seguiré pensando por si me
aclaro.
Cientos de miles de personas
han firmado apoyando a Charlie Gard y a sus padres, pero nadie dice nada por
más de cien mil niños abortados. Por lo visto los abortos carecen de
importancia, aunque cada vez el envejecimiento de la población es mayor. Pues
no lo entiendo.
La falta de niños se compensa,
al parecer, con la abundancia de mascotas, perritos de encargo a los que se
mima, pasea y alimenta con delicatesen. Se habrán fijado que los estantes
dedicados a comida para perros y gatos cada vez ocupan más espacio en los
supermercados. Sin duda los propietarios de mascotas se sentirán felices por
tener a estas criaturas a quienes amar que no les causan ningún problema. Pues
no lo entiendo
Puestos a amar a los animales,
los toros de lidia ocupan el corazón de mucha gente que no quiere que sufran en
los ruedos, por tanto que se prohíban las corridas, los circos o el toro de la
Vega y si los toreros sufren una cogida, pues mejor. Amar más a los animales que
a las personas parece muy progresista. Pues no lo entiendo.
Estoy de acuerdo en que todas
las personas gocen de los mismos derechos con independencia de su orientación
sexual. Pero que una minoría insignificante de personas que tienen problema con
su sexo biológico consiga imponerse a la mayoría de la gente con banderas, cabalgatas,
leyes y amenazas y hasta pretenda adoctrinar a nuestros hijos y crearles
problemas de identidad. Pues no lo entiendo.
Luchar contra el calentamiento global es una especia de
consigna-mantra muy en boga. Recuerdo cuando el problema era un agujero en la
capa de ozono y no sé lo que pasó con aquello. Para calentamiento los incendios
forestales, que cada año arrasan miles de hectáreas de arbolado. Nos dicen que
pueden ser intencionados, es decir, una especie de terrorismo pirómano, pero no
sé que haya detenidos por los de este
año y por los pasados. Tampoco veo que se tomen medidas a lo largo del año para
evitarlos. Créanme: no lo entiendo.
Todos los días nos desayunamos,
comemos y cenamos con la murga catalana, ayer Mas hoy Puigdemont, de querer
crear una república independiente, quizás para escapar de la justicia que puede
condenarlos por el famoso 3%. Como ha habido legislaturas en las que se les ha
cortejado y regalado demasiadas cosas, solo les falta un paso más: la
independencia a través de un golpe de
estado a cámara lenta, mientras los demás hablan de tribunales, recursos y
apelaciones a no sé qué diálogo. Pues no lo entiendo.
Hay muchas más cosas que no
entiendo, posiblemente porque soy un zoquete, pero a pesar de escuchar a una
multitud de tertulianos, que pontifican
sobre todos los temas, cada emisión acaba como empezó y al día siguiente lo
mismo, unos defendiendo a los populares, otros a los socialistas de variadas obediencias,
otros a los podemitas, otros a los de Ciudadanos y otras minorías que luego
resultan indispensables para aprobar los presupuestos o sacar adelante
cualquier cosa. Está visto que nuestra democracia no funciona de forma
aceptable, pero no espero que haya acuerdo para repararla.
Francisco Rodríguez Barragán
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