Unas cuantas cuestiones que me preocupan
Aunque el Instituto de Política
Familiar hace tiempo venía alertando de la situación de envejecimiento de
España, ha sido ahora cuando los medios de comunicación se han hecho eco de la
situación de que, por segundo año consecutivo, hay una pérdida de población, ya
que son menos los que nacen que los que se mueren y eso que los más de cien mil
abortos al año no se contabilizan como defunciones.
Las anticipaciones de Huxley en
su mundo
feliz, se están haciendo realidad ente nuestros ojos: la exaltación del
ejercicio de la sexualidad con cualquiera y el absoluto rechazo del embarazo
por considerarlo una salvajada inaceptable para las mujeres o al menos una
molestia a suprimir. Los niños de ese mundo feliz son producidos por
encargo de las autoridades en laboratorios. Esto no ha llegado aún, aunque la
inseminación artificial o los vientres de alquiler son un anticipo de ese negro
futuro en el que la familia desaparece, ya está desapareciendo, al menos en el
lenguaje que es por donde se empieza: padre, madre, hijo, matrimonio, hombre y
mujer van siendo palabras descatalogadas y sustituidas por otras retorcidas
invenciones legislativas.
Recuerdo cuando la palabra
“fobia” se refería siempre a la rabia, la hidrofobia de los perros. Ahora este
elemento compositivo está presente en multitud de campos: la homofobia, la
transfobia, la cristianofobia o la islamofobia. La cristianofobia se manifiesta
cada día en derribar una cruz, asaltar y pegarle fuego a una capilla, en pegarle
a una monja, o en la nueva “desamortización” que ahora consiste en querer arrebatar a la iglesia templos y catedrales o ceder a los musulmanes
la de Córdoba por una curiosa “islamofilia” ignorante de la historia pero
quizás subvencionada por determinados países ricos y…musulmanes.
Es también inquietante el deseo
que muestran algunas corrientes políticas de reescribir la historia, en la que está ausente cualquier respeto por
la verdad. Orwell ya previó en su 1984 que la historia podía ser
reescrita de acuerdo con el poder del Gran Hermano. Parece que esta reescritura
está funcionando con las nuevas generaciones, que aceptan lo que les “enseñan”
en los distintos niveles educativos, pero escasamente instructivos.
Para el partido gobernante
resulta importante disminuir el paro o subir unas décimas en las previsiones de
crecimiento, pero sin ofrecer una visión de su política con valores capaz de ilusionar
a la gente que los vota, quizás como mal menor, continuistas de Rodríguez
Zapatero.
El único programa del nuevo
secretario general de los socialistas es desalojar a Rajoy de la Moncloa para
ocuparla él, para lo cual se aliaría con el mismo diablo. No sabemos si tiene
un concepto claro de España, ni del bien común, ni de nada, solo odio y
resentimiento.
Los de Podemos son unos
marxistas, fuera de época, que viven de capitalizar el descontento. Donde
gobiernan son un desastre. Su ideal no sabemos muy bien si es Cuba, Venezuela o
Irán. Si llegarán al poder que ¡Dios nos coja confesados! Desaparecerían del
mapa todas las libertades (como en Venezuela). La noticia de que un profesor de
esta cuerda utiliza a sus alumnos para espiar a los vecinos da escalofrío.
Los de Ciudadanos tampoco
ofrecen nada sustancioso, seguramente irán desapareciendo, salvo que el
club Bilderberg, el gobierno en la
sombra, lo siga apadrinando
Estas son unas cuantas
cuestiones inquietantes que cualquiera puede ampliar.
Francisco Rodríguez Barragán
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