martes, 7 de octubre de 2014

Quiero a mi patria entera


 

 

He recorrido casi toda España, primero conduciendo mi automóvil y ahora viajando con el INSERSO y en todos los sitios, mi esposa, mis hijos y yo,  nos hemos sentido como en casa. La gente con la que nos  hemos encontrado nos han tratado siempre bien, sin ningún problema a causa de la lengua o la procedencia, al contrario, cuando descubren que somos andaluces nos muestran simpatía y muchos nos hablan de lo bien que lo pasaron cuando visitaron Andalucía.

Aunque leí en su momento algunas ofensivas majaderías del Sr. Pujol respecto a los andaluces, no les di la menor importancia pues la gente que nos conoce y nos trata sabe que no somos como este cacique nos retrataba, ni mucho menos. Además Cataluña está llena de andaluces que encontraron trabajo allí y se quedaron a vivir para siempre sin el menor problema. Ignoro si desde que empezó la ofensiva nacionalista han sido molestados o sus descendientes presionados para ser más catalanistas que españoles a través de una educación manipuladora.

Aquí en Andalucía viven y han hecho su vida muchos catalanes, que no creo que tengan motivo alguno de queja de sus convecinos. Los que conozco son buena gente a quienes nadie les causa la más mínima incomodidad por ser catalanes.

Por eso la campaña nacionalista de querer separar a Cataluña de España, que siguen con tozudez el Sr. Mas y su comparsa, me causa un enorme disgusto pues considero como mías a todas las regiones españoles y no puedo entender que unos políticos irresponsables quieran quitarme una de ellas.

Ellos hablan de consulta a sus ciudadanos, pero tales ciudadanos están siendo manipulados con la falsa promesa de que siendo independientes del resto de España van a vivir mejor y van a resolver todos sus problemas cuando, por el contrario, se verían abocados a un incierto futuro. España no roba, ni ha robado nada a Cataluña; que siempre ha tenido un trato de favor desde los tiempos de Felipe V hasta hoy. Pero si los nacionalistas utilizan el poder autonómico, que han recibido de España y su Constitución, para decir majaderías como que la antigua Tartesos es Tortosa y que Leonardo de Vinci, Colón y no cuántos más son catalanes y enseñarlo así a las nuevas generaciones, es Cataluña la que va al desastre.

Presentar su consulta soberanista como el derecho a decidir y su votación como un ejemplo de democracia es desvariar sin remedio. Si cada pueblo, ciudad o provincia quisiera decidir ser soberano, estaríamos volviendo a la I República Española y al desgraciado cantonalismo que terminó como el rosario de la aurora y ¡viva Cartagena! Pero los que no conocen la historia o la falsean están en peligro de volver a repetirla.

No creo que llegue a producirse la secesión catalana pero, de cualquier forma, su larga  campaña de agitación abrirá, está ya abriendo, graves rupturas en la convivencia, enfrentamientos, agresiones y enemistades entre los se están presentado, demasiado tiempo ya, envueltos en la estelada para tapar sus corrupciones y los que quieren ser españoles, sin merma alguna del amor a su región, provincia o pueblo.

¿Acaso el templo de la Sagrada Familia no lo sentimos como propio todos los españoles?

Francisco Rodríguez Barragán





 

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