He recorrido casi toda
España, primero conduciendo mi automóvil y ahora viajando con el INSERSO y en
todos los sitios, mi esposa, mis hijos y yo, nos hemos sentido como en casa. La gente con
la que nos hemos encontrado nos han
tratado siempre bien, sin ningún problema a causa de la lengua o la
procedencia, al contrario, cuando descubren que somos andaluces nos muestran
simpatía y muchos nos hablan de lo bien que lo pasaron cuando visitaron
Andalucía.
Aunque leí en su
momento algunas ofensivas majaderías del Sr. Pujol respecto a los andaluces, no
les di la menor importancia pues la gente que nos conoce y nos trata sabe que
no somos como este cacique nos retrataba, ni mucho menos. Además Cataluña está
llena de andaluces que encontraron trabajo allí y se quedaron a vivir para
siempre sin el menor problema. Ignoro si desde que empezó la ofensiva
nacionalista han sido molestados o sus descendientes presionados para ser más
catalanistas que españoles a través de una educación manipuladora.
Aquí en Andalucía viven
y han hecho su vida muchos catalanes, que no creo que tengan motivo alguno de
queja de sus convecinos. Los que conozco son buena gente a quienes nadie les
causa la más mínima incomodidad por ser catalanes.
Por eso la campaña nacionalista
de querer separar a Cataluña de España, que siguen con tozudez el Sr. Mas y su
comparsa, me causa un enorme disgusto pues considero como mías a todas las
regiones españoles y no puedo entender que unos políticos irresponsables
quieran quitarme una de ellas.
Ellos hablan de
consulta a sus ciudadanos, pero tales ciudadanos están siendo manipulados con
la falsa promesa de que siendo independientes del resto de España van a vivir
mejor y van a resolver todos sus problemas cuando, por el contrario, se verían
abocados a un incierto futuro. España no roba, ni ha robado nada a Cataluña;
que siempre ha tenido un trato de favor desde los tiempos de Felipe V hasta hoy.
Pero si los nacionalistas utilizan el poder autonómico, que han recibido de España
y su Constitución, para decir majaderías como que la antigua Tartesos es
Tortosa y que Leonardo de Vinci, Colón y no cuántos más son catalanes y
enseñarlo así a las nuevas generaciones, es Cataluña la que va al desastre.
Presentar su consulta
soberanista como el derecho a decidir y su votación como un ejemplo de
democracia es desvariar sin remedio. Si cada pueblo, ciudad o provincia
quisiera decidir ser soberano, estaríamos volviendo a la I República Española y
al desgraciado cantonalismo que terminó como el rosario de la aurora y ¡viva
Cartagena! Pero los que no conocen la historia o la falsean están en peligro de
volver a repetirla.
No creo que llegue a
producirse la secesión catalana pero, de cualquier forma, su larga campaña de agitación abrirá, está ya abriendo,
graves rupturas en la convivencia, enfrentamientos, agresiones y enemistades
entre los se están presentado, demasiado tiempo ya, envueltos en la estelada
para tapar sus corrupciones y los que quieren ser españoles, sin merma alguna
del amor a su región, provincia o pueblo.
¿Acaso el templo de la
Sagrada Familia no lo sentimos como propio todos los españoles?
Francisco Rodríguez
Barragán
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